En sus nuevas memorias, Kevin Federline, bailarín, DJ y exesposo de Britney Spears, ofrece su punto de vista sobre su tensa relación, y dice que le preocupa que la decisión tomada hace cuatro años de liberar a la estrella del pop de su tutela pudiera haber sido desacertada.

En You Thought You Knew, que saldrá a la venta el 21 de octubre, Federline, de 47 años, traza su trayectoria desde adolescente cabeza hueca que creció en Fresno, California, hasta esposo y padre de dos hijos con la cantante.

Él y Spears finalizaron su divorcio en 2007, tras tres años de matrimonio, y luego iniciaron una prolongada y compleja batalla por la custodia que terminó en 2008. En su libro, Federline relata su versión de esa disputa y habla del consumo de drogas y alcohol y de los arrebatos de ira de Spears durante las últimas etapas de su matrimonio.

En los 18 años transcurridos desde su ruptura, Federline ha observado a su exesposa desde la distancia, ya que ambos compartían la paternidad. “Hace años que no hablamos”, declaró Federline a The New York Times en una entrevista. Pero escribe que cada vez le preocupaba más lo que describe como el comportamiento errático de Spears, del que se enteró de segunda mano por sus dos hijos, Sean Preston, que ahora tiene 20 años, y Jayden James, de 19.

En un capítulo, relata la época en que los chicos, siendo adolescentes, dijeron que no querían volver a casa de su madre por varias razones, entre ellas el miedo.

“A veces se despertaban por la noche y la encontraban de pie, en silencio, en la puerta, mirándolos dormir —‘Oh, ¿estás despierto?’— con un cuchillo en la mano”, escribe. “Luego se daba la vuelta y se iba sin dar explicaciones”.

En el penúltimo capítulo del libro, Federline expresa plenamente su preocupación.

“La verdad es que parece que esta situación con Britney se precipita hacia algo irreversible”, escribe.

“Se ha vuelto imposible fingir que todo va bien”, añade. “Desde mi perspectiva, el tiempo corre y nos acercamos a un punto sin retorno. Algo malo va a ocurrir si las cosas no cambian, y mi mayor temor es que nuestros hijos se queden sosteniendo los pedazos”.

Un portavoz de Spears declinó hacer comentarios el lunes. En las memorias de ella, que se están convirtiendo en una película, Spears niega haber tenido nunca problemas significativos de abuso de sustancias y califica de traumática su batalla con Federline por la custodia. Spears escribe que Federline no le permitió ver a sus hijos durante semanas y “trató de convencer a todo el mundo de que yo estaba completamente fuera de control” como parte de su intento de obtener la custodia completa hace años.

Federline, que también ha participado en programas de telerrealidad, dijo que no había hablado del contenido de las memorias con Spears.

“Nunca, ni una sola vez, he estado en contra de Britney”, dijo Federline en la entrevista. “Solo he intentado ayudar a mis hijos a tener una relación increíble con su madre. Y es duro porque cuando realmente reflexiono sobre todo lo que ha pasado, mis hijos no conocen a la mujer con la que me casé. Y he pasado dos décadas intentando acortar esa brecha”.

Spears ha expresado su interés por reparar la relación con sus hijos y, en varias ocasiones durante el último año, ha hecho publicaciones en redes sociales donde recuerda el tiempo que pasaron juntos.

La cantante alcanzó la cima del estrellato del pop, pero en 2008 fue sometida a una tutela que supervisaba sus finanzas y asuntos personales, después de que sus problemas de salud mental salieran a la luz pública.

En el libro, Federline habla de la noche en que Spears fue trasladada al Centro Médico Cedars-Sinai y sometida a un internamiento psiquiátrico involuntario de 72 horas tras un enfrentamiento de tres horas con sus hijos.

“Fue una de las noches más duras de mi vida”, escribe Federline. “Me sentía mal por lo que estaba pasando. Era alguien a quien había amado. Alguien con quien había construido una vida. La madre de mis hijos”.

Una jueza de Los Ángeles puso fin a esa tutela en 2021 tras considerar que “ya no era necesaria”.

Federline dice en su libro que el llamado “Movimiento Liberen a Britney” —la presión de los fanáticos y simpatizantes para que se pusiera fin a la tutela— puede que “empezara desde un buen lugar”, pero escribe que vilipendió tan intensamente a la gente que rodeaba a Spears que ahora los profesionales con capacidad para ayudar a su exesposa pueden tener demasiado miedo para intervenir.

“Toda esa gente que puso tanto empeño en eso”, escribe, “debería poner ahora la misma energía en el movimiento ‘Salven a Britney’. Porque ya no se trata de libertad. Se trata de supervivencia”.

En los últimos meses, Spears ha vuelto a llamar la atención de la prensa sensacionalista —y al parecer ha suscitado la preocupación de algunos miembros de su círculo— con publicaciones en las redes sociales que incluyen un video de ella donde baila en una mansión que parecía tener excrementos de perro en el suelo y con una rodilla vendada, escribió en Instagram que “se me sale de vez en cuando, no estoy segura de si está rota”.

Aunque Federline, en su libro, admite que no conoce la “solución” perfecta para seguir adelante, pide a quien “alguna vez se haya sentido conmovido por Britney” que apoye a sus hijos y a su madre.

“Ahora, más que nunca, necesitan tu apoyo”, escribe. “He sido su amortiguador durante años, pero ahora es más grande que yo. Es hora de hacer sonar la alarma”.

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