La Habana, Cuba.- El cantautor cubano Silvio Rodríguez recorrió a punta de poesía más de dos horas de su repertorio musical de cinco décadas mientras a sus pies un mar de personas -muchas de las cuales no habían nacido cuando su aventura artística comenzó- tarareaban en éxtasis sus canciones.
Rodríguez, de 78 años, se presentó el viernes por la noche en la emblemática escalinata de la Universidad de La Habana, en un concierto gratuito que dio inicio a una de sus poco habituales giras, esta vez por cinco países de Latinoamérica.
Sin esquivar la realidad social y política de Cuba, característica de la Nueva Trova que cultiva, el artista se dirigió al público.
"Los hombres han de vivir en el goce pacífico, natural e inevitable de la libertad", señaló leyendo un escrito del prócer independentista cubano José Martí.
"Ser bueno es el único modo de ser dichoso. Ser culto es el único modo de ser libre. Pero, en lo común de la naturaleza humana, se necesita ser próspero para ser bueno", agregó parafraseando a Martí.
Entre los asistentes de pie, pero no en las primeras filas, estuvo el mandatario Miguel Díaz-Canel y su esposa Lis Cuesta, admiradores de la obra de Rodríguez.
En el escenario, decorado con una bandera cubana proyectada en una pantalla, estuvieron su esposa, la flautista Niurka González, y la hija de ambos, la pianista Malva Rodríguez. Lo acompañaron también sus músicos habituales como Jorge Reyes en el contrabajo y Oliver Valdés en la percusión.
Un momento especial fue el homenaje que Rodríguez hizo a otros trovadores cubanos interpretando temas como "Créeme", de Vicente Feliú, y "Te Perdono", de Noel Nicola, ambos fallecidos.
Pero la escalinata de la Universidad pareció estremecerse cuando interpretó "Yolanda", de Pablo Milanés -fallecido en 2022-, su compañero fundador de la Nueva Trova en la Cuba revolucionaria de los años 60. Aunque durante un tiempo estuvieron distanciados, el gesto pareció reafirmar su mutua admiración.
Casi al final del concierto, Rodríguez recitó "Halt!" (Alto), un poema de 1979 del cubano Luis Rogelio Noguera sobre los campos nazis y lo que consideró la poca memoria de los judíos que matan a los palestinos.
Sin añadir comentarios explícitos sobre la actual guerra en Gaza, Malva colocó sobre los hombros de su padre una kufiya, o pañuelo palestino, con el que concluyó la velada.
"Silvio es historia, sus canciones dicen verdades enormes", dijo a The Associated Press Sheyla Menéndez, una estudiante de 16 años que llegó por lo menos tres horas antes del inicio del espectáculo para escuchar al trovador junto a un grupo de amigos.
También acudieron personas de otras naciones que viajaron expresamente a Cuba para verlo.
"Vale la pena (venir) para verlo en su jugo, con su gente", expresó Mauricio Aguilar, un mexicano de 51 años que sigue la obra del artista desde los años 80.
Canciones muy conocidas como "Ojalá", "El Necio", "La Era" y "Ángel Para Un Final" también sonaron en la noche.
La gira se llevará a cabo entre octubre y noviembre en Chile, Argentina, Uruguay, Perú y Colombia, países en los que las entradas se agotaron y fue necesario programar nuevas funciones.
El público se despidió coreando "¡gracias Silvio!", iluminando con las luces de sus celulares la escalinata universitaria.