Chihuahua, Chih.- Con la persecución ocurrida el pasado miércoles en el municipio de Aldama, “Los Cabrera”, célula delictiva originaria de Durango y con presencia en el Valle de Juárez que aún trabaja bajo la sombra de Ismael “El Mayo” Zambada, suma otro intento por tomar el control del corredor de Ojinaga que, desde hace años, está en manos de “La Línea”, informaron fuentes de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Durante la tarde del miércoles, elementos de diversas corporaciones detuvieron a cuatro individuos en la carretera de Aldama a San Diego de Alcalá, donde reportaron un enfrentamiento armado.
Los detenidos fueron identificados como Lizbeth Q. C., Juan José R. R. y Alexis E.V., originarios de Durango, así como Alexis G. C., oriundo de Chihuahua, a quienes les fueron aseguradas ocho armas largas, 21 cargadores, 569 cartuchos, cuatro chalecos tácticos y dos vehículos con blindaje artesanal.
Asimismo, portaban gorras con el nombre de “El Mayo”, por lo que las autoridades los relacionaron con el grupo de “Los Cabrera” que habrían ingresado a la zona en busca de Daniel H. R., alias “El Palillo” o “El Palito”, operador de “La Línea” en ese municipio.
El gabinete de seguridad federal dio a conocer en un comunicado de prensa que estas personas fueron trasladadas a la delegación de la Fiscalía General de la República (FGR) en esta capital para consignarlas por la portación ilegal de armas de uso exclusivo de la fuerzas armadas.
No obstante, los enfrentamientos y homicidios en este corredor remontan a septiembre del año pasado, a raíz de una ruptura dentro de “La Línea”, consecutiva a la detención de su líder, Sergio Menchaca Pizarro, alias “El Menchaca”, en Presidio, Texas, y al ascenso de su medio hermano, Sergio P., alias “El Menchaquita”.
Este último, revelaron las fuentes, habría expulsado a un grupo de integrantes afines a su hermano para sustituirlos por gente allegada a él, lo cual detonó el quiebre y la eventual alianza con sus rivales, “Los Cabrera”, organización fundada por los hermanos Felipe, Alejandro y José Luis Cabrera Sarabia quienes, desde el 2015, fueron señalados por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, como “importantes proveedores de heroína y mariguana para el Cártel de Sinaloa” con sede en el estado de Durango, bajo el mando de Ismael Zambada García y Joaquín Guzmán Loera.
Desde hace años, lograron incrustarse en el Valle como bastión del Cártel de Sinaloa en la frontera norte, impidiendo además que “La Línea” cerrara la pinza entre Ciudad Juárez y la región de Ojinaga.
Así, el pacto con los miembros de “La Línea” ayudaría a desplazar a “El Menchaquita” a cambio de que el grupo de Durango ampliara su control, no sólo en el Valle, sino por todo el corredor que va desde Aldama a Ojinaga, el cual es una ruta para el tráfico de drogas y migrantes provenientes del sur del estado.
El 8 de septiembre de 2024 ocurrió el primer enfrentamiento, cuando un grupo de sicarios de Durango, reclutados por el exintegrante de “La Línea”, Roberto G. H., alias “El 04”, incursionaron en Ojinaga, Manuel Benavides y Coyame.
En esa ocasión, las balaceras dejaron como saldo a seis personas sin vida y un agente municipal herido. También llevaron a la cancelación de los festejos patrios en los municipios de Manuel Benavides y Coyame, cuyos alcaldes consideraron que las condiciones de seguridad no eran las idóneas para realizar estos eventos.
El 14 de septiembre fueron capturadas siete personas originarias en su mayoría de Durango. Sin embargo, todos fueron puestos en libertad por orden de un juez que declaró ilegal la detención.
Ocho días después de las balaceras, el 16 de septiembre, hubo un “topón” entre células delictivas en el kilómetro 46 +200 de la carretera que conduce de Parral a Jiménez, justo entre los municipios de Coronado y Allende, entre integrantes de “La Línea” y “Los Salgueiro”, que dejó nueve hombres sin vida.
Al respecto, el fiscal general del Estado, César Jáuregui Moreno, reconoció que este hecho estaría relacionado con la disputa interna de “La Línea” en la región de Ojinaga.
La racha violenta continuó el 20 de septiembre, cuando fueron localizados 11 cuerpos con huellas de tortura, dos de ellos decapitados, cerca de las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de Ojinaga, ubicadas en la calle Séptima.
Sobre los cadáveres había una lona con un mensaje firmado con las iniciales NCDJ (Nuevo Cártel de Juárez) dirigido a “Roberto”, a quien acusaban de traicionar a “La Línea”, trayendo a sicarios de Durango.
A principios de diciembre de ese mismo año, un nuevo choque entre los grupos rivales generó daños en un transformador de la CFE, que afectó el suministro de energía y señal telefónica, y obligó a la suspensión de las fiestas navideñas organizadas por el Ayuntamiento.
La Policía del Estado informó que fueron encontrados en el sitio tres vehículos, dos estaban incinerados; también fue incautado armamento, entre ellos armas calibre .50 y .223.
En este año ha habido reportes de enfrentamientos en enero y marzo que derivaron en algunos aseguramientos.
En la zona de Aldama, el pasado 26 de febrero registraron una fuerte balacera en la colonia Esperanza, que dejó a una persona sin vida. Pese a que fue desplegado un operativo de seguridad, en la carretera que conduce a Ojinaga fueron encontrados ponchallantas, lo que dificultó la movilización de las autoridades.
Un mes antes, el 23 de enero, la Fiscalía de Distrito Zona Centro realizó diversos cateos en dicho municipio con la finalidad de ejecutar una orden de aprehensión.
Horas más tarde, fue asesinado un hombre llamado Gumaro Q. N., de 47 años de edad, cerca de la zona donde fueron realizadas las diligencias, aunque la dependencia descartó que los hechos estuvieran vinculados.
De manera extraoficial trascendió que las fuerzas estatales y federales buscaban “El Palillo” o “El Palito”, no obstante, las versiones no fueron confirmadas, aunque los datos proporcionados por las corporaciones de seguridad lo identifican como un generador de violencia en la región, que trabaja con el grupo de “El Menchaquita”.