Gilberto Ontiveros Lucero, alias “El Greñas”, conocido también como el “zar del narcotráfico”, falleció ayer a la edad de 73 años en un hospital privado en esta ciudad, informaron a El Diario personas cercanas a él.
Indicaron que el estado de salud de Ontiveros Lucero se agravó en el último año y finalmente falleció por causas naturales.
“El Greñas”, uno de los pioneros del Cártel de Juárez, fue detenido en enero de 1989 por agentes de la entonces llamada Policía Judicial Federal y permaneció 15 años recluido en el penal federal de Puente Grande, en Jalisco.
De acuerdo con un texto publicado por El Diario el 3 de marzo de 2007, Ontiveros Lucero fue descrito como “estrafalario”, dueño de autos de lujo, de un jet, de un rancho de casi 10 mil hectáreas en la Sierra de Chihuahua y del edificio que hoy alberga al Hospital de la Mujer, donde pretendía construir el hotel “El Palacio del César”.
Detenido por primera vez en 1986, la historia periodística narra que Ontiveros Lucero ejerció su trayectoria delictiva desde fines de los años setentas y hasta 1985, cuando alcanzó el esplendor junto a otros capos como Rafael Aguilar Guajardo.
“En un informe confidencial de la DEA (Drug Enforcement Administration), hecho público en 1987, se dice que el grupo de ‘El Greñas’ introdujo en 1985 más de 40 mil libras (más de 18 toneladas) de mariguana a Estados Unidos. El reporte le atribuye además la desaparición de seis personas que presuntamente se infiltraron en su banda. Asimismo, el documento da cuenta de las operaciones de cultivo, transportación y almacenamiento de la droga, del lavado de dinero sucio, la adquisición de vehículos, armas y de un avión”, publicó este medio en febrero de 1996.
En 1986, agrega el artículo, la DEA logró identificar a los socios de Ontiveros y gran parte de ellos fueron aprehendidos en una acción ejecutada por el entonces comandante de la Policía Judicial Federal en Ciudad Juárez, Guillermo González Calderoni –a su vez ejecutado en 2003 en Estados Unidos–.
Desde ese 1986, el mismo acusado señaló que su arresto era parte de la campaña por la gubernatura del entonces candidato priista Fernando Baeza Meléndez. Entonces, ‘El Greñas’ duró poco más de dos años en prisión, hasta mayo de 1988, cuando, según las autoridades, reanudó por completo sus actividades de narcotráfico.
“En declaración rendida el nueve de enero de mil novecientos ochenta y nueve, ante la Policía Judicial Federal, Gilberto Ontiveros Lucero manifestó entre otras cosas, que al salir de prisión el veintisiete de mayo de mil novecientos ochenta y ocho se dedicó nuevamente a la compra y venta de enervantes, principalmente tráfico de mariguana”, menciona la resolución del Tribunal Superior Agrario que determinó el destino de los predios contiguos al rancho de ‘El Greñas’, ubicado en el ejido de Temósachic, Chihuahua, y denominado “El Riyito”, de 9 mil 973 hectáreas.
El segundo arresto ocurrió luego de que, en diciembre de 1988, la Judicial Federal encontrara varias toneladas de mariguana en una de sus bodegas.
“Estoy de acuerdo con la primera vez que me aprehendió el comandante Guillermo González Calderoni, el viernes 25 de abril de 1986, que fue cuando purgué una condena de dos y medio años con dos días, porque en ese entonces lo hice por el bien de mi familia. Pero la segunda ya no, porque (el entonces jefe de la Judicial Federal en Chihuahua) Elías Ramírez y sus secuaces sólo buscaron detenerme en forma injusta el 9 de enero de 1989. Desde ese entonces me tienen, hagan de cuenta, como un preso político; que no debe existir en nuestro país. Incluso recluido en la celda de castigo durante 20 meses, sin siquiera poder ver a mi hijo que también se encuentra recluido en Ciudad Juárez”, comentó Ontiveros en una entrevista publicada en 1993.
El artículo fue publicado en la capital del estado con motivo de la llegada del reo al penal de aquella ciudad, procedente del de esta frontera. Ahí, según se reportó, duró sólo tres días, al cabo de los cuales fue trasladado al penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, hoy “La Palma”, donde estuvo hasta 2004, cuando fue enviado junto con otros narcotraficantes al penal de Puente Grande, en Jalisco.
De gustos estrafalarios
Un texto sobre la leyenda negra del narcotráfico en Juárez, difundido por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y elaborado por Adriana Linares, da cuenta de la trayectoria de “El Greñas” en esta frontera.
“En Ciudad Juárez, a finales de la década de los setenta inició su trayectoria como traficante Gilberto Ontiveros Lucero ‘El Greñas’, y alcanzó la cumbre en 1984. Su grupo trabajó conjuntamente con Rafael Aguilar Guajardo, quien había sido coordinador federal de seguridad de la zona norte”, cita el texto.
“El Greñas” era ampliamente conocido en colonias como la Hidalgo por sus gustos estrafalarios. Adquirió vehículos de lujo, inició la construcción de un suntuoso hotel (El Palacio del César), compró un jet Leary, tenía dos casas en la colonia Hidalgo, una dúplex en la Villa Savignon, una más en el fraccionamiento Infonavit Aeropuerto, un rancho en Temósachi (El Riyito), y una residencia en Cuernavaca, Morelos, que anteriormente fue propiedad de un shah de Irán. Gustaba también de mascotas exóticas como los tigres y cocodrilos, se estimó que logró amasar una fortuna de 50 mil millones de pesos en el auge de su carrera delictiva.
En marzo de 1986 en Buenaventura, Chihuahua, “El Greñas” organizó una carrera de caballos a la que asistieron cientos de personas y durante la cual perdió una apuesta de un millón de dólares con el asentado local Armando Ortiz.
“El Greñas” fue capturado en abril de 1986, debido a que secuestró y torturó al fotógrafo de periódico Herald Post de Texas, Estados Unidos, Al Gutiérrez, dándolo por muerto, sin embargo, sobrevivió y tras las denuncias del medio norteamericano, el Gobierno norteamericano presionó al Gobierno mexicano quien finalmente lo arrestó y mantuvo en prisión por aproximadamente dos años.
Ontiveros recobró su libertad wen mayo de 1988 y fue reaprehendido en enero de 1889 por “tráfico de drogas” permaneciendo preso por 15 años.
Durante su estancia en la cárcel, Fernando Baeza Meléndez, gobernador del estado en ese tiempo, realizó la expropiación de varias de las propiedades del “zar”, entre ellas la construcción de lo que se iba a convertir en el lujoso Hotel Palacio del César.
Para el año 1990 el Gobierno estatal consiguió la expropiación del terreno que a la larga se convirtió en lo que ahora es el Hospital de la Mujer, ubicado sobre Paseo Triunfo de la República.
Aún en prisión, en 2007 Ontiveros Lucero interpuso un amparo para exigir el monto de 80 millones de pesos de indemnización por este terreno donde se construía el hotel.
Un año después “El Greñas” había recobrado su libertad por orden de la magistrada Avelina Morales Guzmán tras haber purgado sentencia recluido en los penales de Puente Grande y El Altiplano, además un juez ordenó la restitución de la propiedad, sin embargo, el hospital ya estaba en funcionamiento, por lo que le fue entregado un terreno aledaño que Gilberto convirtió en un estacionamiento público.
Según la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), el grupo de “El Greñas” introdujo en 1985 más de 40 mil libras (18 mil 143 kilos) de mariguana a Estados Unidos y también se le atribuye la desaparición de seis personas que presuntamente se infiltraron en la banda.
La DEA informó además de operaciones de cultivo, transportación y almacenamiento de vehículos y armas automáticas en El Paso, Texas, mismas que servirían para proteger a su gente y resguardar los cultivos de mariguana en los ranchos de su propiedad.
La última entrevista realizada por El Diario a Ontiveros Lucero fue en el 2017, días después de ser detenido por policías municipales por una supuesta riña con una mujer, en lo que él consideró intento de homicidio y mostró las heridas que sufrió con un cuchillo de su propia cocina.
Ontiveros Lucero compartió entonces que mantenía la demanda contra el Gobierno del Estado por la expropiación de sus predios, donde actualmente opera el Hospital de la Mujer y que confiaba en ganar. (Josué Serna, con información de Sandra Rodríguez Nieto / El Diario)