Por tercera vez, elementos del 35 Batallón se toparon ayer con miembros del crimen organizado al incursionar en busca de las narcofosas de Casas Grandes, pero ésta vez llegaron a la guarida del grupo criminal y fueron recibidos a balazos con el arsenal que guardaban aquellos.

La pericia de los militares pudo más que la de los reclutados para sicario, responsables del narcopanteón en la alta sierra del llamado Pueblo Mágico, por lo que en la refriega donde salieron a relucir las armas de alto calibre, dos de los presuntos delincuentes cayeron abatidos y otros más huyeron.

En el lugar, una pequeña comunidad rústica conocida como Steven, donde predominan productores norteamericanos de manzana, responsables de desviar la carretera que debía llegar a El Largo Maderal y que quedó en una ruta estéril que hasta ahora era dominada por el crimen organizado, los militares hallaron el avispero donde se guardaban 60 armas de fuego, cascos y chalecos tácticos, cargadores, radios y al menos 6 vehículos.

El objetivo de los militares era resguardar al equipo de peritos en antropología forense y a elementos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), para iniciar las excavaciones de al menos 20 narcofosas que se ubicaron en la zona el día anterior, sin saber que se encontrarían con el nido en el que fueron recibidos a balazos.

Las excavaciones tuvieron que esperar y la prioridad fue repeler la agresión y neutralizar a los hostiles.

Este es el tercer encuentro entre militares y presuntos delincuentes, el primero a finales de diciembre donde también fueron recibidos a balazos y como resultado, lograron arrestar a tres sicarios y decomisar un pequeño arsenal que incluía lanzagranadas.

Uno de los civiles capturados cayó herido en la refriega y resultó ser el comandante de un grupo de al menos 50 sicarios, identificado como Pablo "N" de 33 años, alias "El Peluchín", quien al ser investigado terminó confesando la ubicación de las narcofosas en El Willy.

Además, "El Peluchín" también resultó con orden de aprehensión pendiente por haber participado en la masacre de los LeBaron en Bavispe, Sonora, donde el pasado 3 de noviembre de 2019, alrededor de 50 sicarios ocultos en la maleza de la serranía que dominaba la brecha por donde pasaban las tres familias, asesinaron a 3 madres de familia y a 6 de sus hijos, algunos de los cuales fueron calcinados dentro de su vehículo.

En una segunda incursión, los militares hallaron un campamento en el que arrestaron a otros tres presuntos sicarios, entre quienes estaba José Julián Jiménez Villa, uno de los cuatro limpiavidrios que "desaparecieron" dos años atrás en Nuevo Casas Grandes mientras realizaban su trabajo diario en un traficado crucero.

En este evento igualmente fue decomisado armamento y equipo táctico, pero además, se toparon con terrenos que sospecharon, podría haber inhumaciones clandestinas, lo que originó uno de los mayores descubrimientos en el estado de Chihuahua, con un narcopanteón del que se han rescatado hasta el momento 64 cuerpos.

Del 15 al 24 de enero, el equipo de especialistas y ministeriales, apoyados por elementos del 35 Batallón, estuvieron trabajando sin mayores problemas en el rescate de cuerpos, hasta el 5 de febrero cuando de regreso a El Willy, sufrieron estragos en sus vehículos por estrellas ponchallantas esparcidas en la carretera, así como artefactos explosivos en el área de las narcofosas y mensajes amenazantes en cartulina.

Ese episodio con el rescate solamente de 4 cuerpos completos e incompletos junto con osamentas, había dado por terminada la labor de búsqueda.

Sin embargo, ayer el 35 Batallón volvió a sostener un enfrentamiento armado y al repeler a los sicarios portando equipo táctico, logró abatir a dos que quedaron tendidos junto a sus armas largas, asegurando además un gran arsenal.

De los abatidos, se dijo por último que solamente uno de ellos pudo ser identificado por una credencial, como Jesús Adrián O.V., mientras el otro de unos 30 a 35 años permanece sin identificar.