Ciudad Juárez.- Melissa Elías Reyes tenía 28 años y fue una de las cinco víctimas mortales del accidente ocurrido la madrugada del domingo 2 de noviembre en el cruce de la avenida Tecnológico y la calle Centeno.
Detrás de su nombre quedó la historia de una madre que soñaba con ofrecerle un mejor futuro a su hijo y abrirse camino con esfuerzo en una vida que no le había sido sencilla.
“Todo lo hacía por él”, relató su madre, Elizabeth Reyes Chávez, mientras hablaba entre flores y veladoras durante el sepelio. Recordó que su hija quería estudiar para aplicar pestañas y abrir un pequeño negocio, pero que las circunstancias económicas no se lo permitieron. “Decía que quería aprender algo para salir adelante, pero todo era caro, y ella pensaba primero en su hijo”, expresó.
Melissa había trabajado en una joyería y, tras ser liquidada, compró un automóvil con el dinero recibido para poder buscar empleo y trasladar a su hijo a la escuela.
“Decía que así ya no tendría que andar batallando con el camión, que iba a poder moverse más rápido para buscar trabajo”, contó Elizabeth. El vehículo, sin embargo, comenzó a fallar poco tiempo después.
En casa, madre e hija se apoyaban mutuamente. Vendían menudo y chilindrinas para completar los gastos, y cuando la situación era difícil, Melissa siempre buscaba alternativas.
“Ella se preocupaba mucho por el niño, sobre todo cuando venían los gastos de la escuela o los cumpleaños. Una vez la vi llorar porque no podía hacerle su fiesta. Y el niño, al verla, me dijo que ya no quería nada, que sólo quería verla bien”, recordó su madre.
Melissa había conocido el dolor desde joven. A los 16 años perdió a su primer hijo tras un accidente doméstico, y años después enfrentó la muerte de su padre.
“He pasado por mucho dolor –dijo Elizabeth–, perdí a mi esposo, a mi nieto y ahora a mi hija. Ella siempre fue fuerte, pero la vida no le dio tiempo de cumplir todo lo que soñaba”.
La noche del accidente, Melissa había estado en una fiesta de disfraces familiar junto a sus sobrinos y hermanos. Horas después salió con una amiga. Esa misma madrugada, su madre presenció el choque sin imaginar que su hija se encontraba entre las víctimas. “Vi el carro envuelto en llamas. Marqué varias veces, pero no me contestó”, relató.
Los recuerdos de Melissa se mantienen vivos en las palabras de su familia. La describen como una mujer alegre, protectora y decidida, que siempre estaba presente cuando alguien la necesitaba.
Melissa soñaba con volver a estudiar, aprender un oficio y sacar adelante a su hijo Ricardo Damián, de nueve años. Desde su infancia, él había sido su prioridad. “Todo lo que hacía lo hacía por él”, repite su madre. Ahora, Elizabeth enfrenta la tarea de explicarle la ausencia de su mamá.
En medio del dolor, Elizabeth Reyes Chávez compartió un mensaje dirigido a los jóvenes y conductores: “Que valoren la vida. Si van a tomar, pidan un Uber o hablen con un amigo que no lo haga. Que piensen en sus padres, en sus hijos. Nada vale más que la vida”.
Para su madre, esa imagen resume quién era: una mujer que, pese a las adversidades, siempre buscó dar amor, consuelo y esperanza. “Era mi hija, mi amiga y mi compañera –dijo Elizabeth–. Y ahora, todo lo que me queda de ella es él, mi nieto”.
Despiden a Mariana
Ayer se realizaron los servicios funerarios de Mariana Santiago Solís, pasajera del automóvil Honda.
La velación se llevó a cabo desde el pasado lunes en su casa, ubicada en la calle Villa de Austria, y ayer se hizo el servicio religioso y se le dio sepultura en el panteón Jardines Eternos.
Mariana era alumna de la carrera de Operaciones Logísticas y Comercio Exterior de la Universidad Tecnológica de Ciudad Juárez (UTCJ). (David Ceniceros / Con información de Josué Serna / El Diario)