Nueva York, Estados Unidos.- Las empresas chinas están sintiendo frialdad en EU, excepto en las universidades, donde son bienvenidas como clientes.
Las universidades firman contratos en todo el mundo para vender su expertise en investigación y capacitación, y algunos de sus acuerdos más lucrativos han sido con empresas con sede en China. Ese comercio prospera, pese a una rivalidad cada vez más profunda entre los dos Gobiernos.
Casi 200 universidades estadounidenses mantuvieron contratos con empresas chinas valuados en 2.3 mil millones de dólares entre el 2012 y el 2024, arroja una revisión realizada por The Wall Street Journal de las divulgaciones hechas al Departamento de Educación. El Journal contabilizó aproximadamente 2 mil 900 contratos.
El amplio comercio en el expertise estadounidense presenta un dilema para las universidades y los formuladores de políticas en Washington: ¿Dónde yace la raya entre fomentar la investigación académica y empoderar a un rival estadounidense?
"Parece claro que cuando los chinos contratan universidades estadounidenses obtienen una capacidad que no pueden conseguir en ningún otro lugar", expuso Daniel Currell, un funcionario del Departamento de Educación de la Administración Trump que ha rastreado la influencia extranjera en la educación superior. "La gran pregunta es: ¿qué (contratos) deberían ser legales y divulgables, y cuáles deberían ser ilegales?", planteó.
Las tres principales compañías petroleras paraestatales de China han financiado contratos por 100 mil dólares o más con la Universidad de Texas en Austin, que la escuela describe sólo como "actividad de investigación".
Las universidades estadounidenses ganan dinero de prácticamente todos los países en forma de colegiatura, donativos y contratos. En el análisis del Journal, Qatar proporcionó más dinero no destinado a colegiaturas a las universidades estadounidenses que cualquier otro país, seguido por el Reino Unido, Alemania y China.
Los donativos atraen más publicidad porque a menudo son grandes cantidades de dólares de personas que otorgan, por ejemplo, derechos para ponerle nombre a nuevos edificios. Pero en general, el mundo de los contratos involucra mucho más dinero.
El Journal encontró que el valor agregado de los contratos universitarios atribuidos a China durante aproximadamente la última década fue de 2.5 veces los donativos chinos reportados, en línea con los flujos de otros países. China sigue siendo la mayor fuente de estudiantes extranjeros en los campus estadounidenses y su gasto, incluyendo la colegiatura, representa una proporción mucho mayor para la mayoría de los presupuestos universitarios que los contratos y los donativos.
Las universidades están obligadas a informar al Departamento de Educación de cualquier donativo o contrato extranjero por valor superior a los 250 mil dólares, aunque históricamente la norma no se ha aplicado enérgicamente y la agencia sostiene que miles de millones de dólares no han sido declarados. El Journal también encontró casos de conteo doble y otros errores de datos.
En el Capitolio están aumentando los llamados a examinar los contratos chinos con escuelas estadounidenses por riesgos para la seguridad nacional.
Ayuda a rivales de EU
El Journal solicitó registros públicos a las principales universidades públicas de los 50 Estados para obtener detalles de sus contratos con entidades en China. El resultado revela cómo los contratos abarcan industrias donde Beijing ha subsidiado y apoyado de otro modo a empresas chinas, desde la medicina y la agricultura hasta la manufactura e incluso las artes.
Las escuelas dicen que la práctica de combinar el financiamiento chino con el expertise estadounidense a menudo sirve al bien público, como el desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer. Sin embargo, para los detractores, el control del Partido Comunista sobre el sector empresarial de China puede teñir incluso esos objetivos.
Esa es la interrogante que enfrentan las universidades estadounidenses que han firmado contratos con WuXi AppTec, con sede en Shanghai. Conocida en China como la Huawei Technologies de la industria farmacéutica, AppTec es un conglomerado de biotecnología reconocido mundialmente por sus avances médicos y terapias de fabricación aprobadas por la Dirección de Alimentos y Medicamentos de EU, pero al igual que Huawei, el fabricante chino de equipos de telecomunicaciones avanzados que ahora está en la lista negra, ahora se ve asediado en Washington por preocupaciones de que Beijing pueda abusar de sus innovaciones.
Tanto AppTec como Huawei han tenido contratos con universidades estadounidenses, encontró el Journal. Las empresas dicen que son empresas privadas y rechazan las sugerencias de que siguen instrucciones del Gobierno de China o plantean riesgos de seguridad nacional para EU.
La Universidad de Arizona valuó tres contratos con AppTec que reportó para el 2022 en alrededor de 1.5 millones de dólares. Entre ellos figuraba un acuerdo en el que una rama de servicios de AppTec, en nombre de otro fabricante de medicamentos chino, acordó pagar al hospital de la universidad 36 mil 977 dólares por cada persona inscrita en ensayos de un fármaco diseñado para tratar tumores.
Programa piloto
Varios contratos identificados por el Journal proporcionaron a China la formación especializada de la que carece.
Por ejemplo, China tiene pocos aviones pequeños o pistas de aterrizaje públicas necesarias para la formación de pilotos, por lo que durante más de una década las principales aerolíneas chinas, como Air China, pagaron millones de dólares a la Universidad de Dakota del Norte anualmente para que sus reclutas consiguieran licencia de vuelo.
Sólo entre octubre de 2018 y julio de 2022, los registros de Dakota del Norte detallan contratos por valor de más de 37 millones de dólares de cuatro transportistas chinos.