Nueva York.- Los investigadores de la Guardia Costera detallaron el lunes una serie de problemas que se produjeron en los años anteriores a la implosión del sumergible Titán en las profundidades del océano, entre ellos descuidos en las pruebas y fallos de los equipos, en su intento por saber más sobre la catástrofe en la que murieron cinco personas el año pasado.
Los investigadores revelaron que el Titán había experimentado decenas de problemas durante expediciones anteriores, incluidos 70 problemas con el equipo en 2021 y 48 más en 2022, entre ellos baterías que dejaron de funcionar.
Durante parte del invierno anterior al accidente mortal de junio de 2023, el Titán estuvo almacenado sin protección a temperaturas muy bajas fuera de unas instalaciones en Terranova sin protección, según señalaron los investigadores.
A continuación, menos de cuatro semanas antes de la fatal misión, la nave fue encontrada “parcialmente hundida” dos días después de una prueba, tras una noche de marea alta y niebla. Y unos días antes de que implosionara, cinco personas que viajaban en el Titán fueron estrelladas contra su pared cuando volvía a la superficie tras una misión.
La Junta de Investigación Marina de la Guardia Costera de EU se reunió en Carolina del Sur para celebrar su primera audiencia pública sobre el desastre, en un intento de empezar a responder a la pregunta de qué falló en la misión del buque para visitar el naufragio del Titanic.
Una transcripción de las últimas comunicaciones del buque indicaba que la tripulación podría haber intentado, en los momentos previos al desastre, abandonar el viaje y volver a la superficie. En un último mensaje, la tripulación comunicó al buque de apoyo que al Titán se le habían caído dos de las pesas que le ayudaban a descender. Aun así, dijeron los investigadores, ninguna transmisión “indicaba problemas o alguna emergencia”.
Cuando la tripulación del sumergible envió su última comunicación, se encontraba a más de tres kilómetros bajo la superficie del océano Atlántico. No se volvió a saber nada de la tripulación.
La Guardia Costera lleva más de un año investigando las causas exactas de la implosión. Pero gran parte de ese trabajo se ha llevado a cabo fuera de la vista pública, con pocas nuevas revelaciones sobre lo que salió mal. La sesión pública del lunes comenzó con una descripción general de la investigación y una animación del sumergible que ilustraba lo que los investigadores habían averiguado hasta el momento.
Los investigadores señalaron que el exterior del casco del Titán estaba cubierto de poliuretano, lo que hacía imposible inspeccionarlo visualmente. Y dijeron que el casco nunca había sido sometido a una prueba de presión conforme a las normas del sector.
La Junta de Investigación Marina citó al primero de las dos decenas de testigos que se espera declaren en las próximas dos semanas. Entre ellos se encuentran antiguos empleados de OceanGate, la empresa de prospección submarina que operaba el sumergible, y expertos en seguridad y en asuntos marinos que tienen conocimientos sobre las causas del fatal suceso. También es probable que la junta analice las pruebas que ya ha reunido, incluidos detalles sobre el diseño del Titán y las directrices de seguridad de la empresa.
La pregunta más importante para los investigadores es qué provocó la implosión del Titán, una respuesta crucial para prevenir futuros accidentes. En concreto, tratarán de determinar si hubo fallos en el diseño del sumergible o en los materiales con los que se construyó.
El director ejecutivo de OceanGate, Stockton Rush, quien murió en la implosión, fue advertido años antes por expertos en sumergibles y océanos de que sus métodos eran aún experimentales y podían tener resultados devastadores.
Desde el accidente, los expertos han señalado varias decisiones de diseño que pueden haber ahorrado dinero a la empresa, pero que significaban que el sumergible difería de otros que habían demostrado ser seguros. Entre ellas, la forma de píldora del casco del Titán —la norma del sector ha sido una esfera— y el uso de fibra de carbono en lugar de titanio para el casco.
En una conferencia de prensa celebrada el domingo, Jason Neubauer, capitán retirado de la Guardia Costera quien preside la junta que investiga el Titán, dijo que su equipo había estado trabajando durante 15 meses para entender lo que había sucedido. Dijo que la audiencia del lunes, en North Charleston, Carolina del Sur, sería crucial para que los investigadores conocieran mejor el accidente y expusieran sus conclusiones hasta el momento.
“Estos procedimientos no son una mera formalidad”, dijo. “Son un paso fundamental en nuestra misión de comprender los factores que contribuyeron al siniestro y, lo que es aún más importante, las medidas necesarias para prevenir un suceso similar”.
Neubauer dijo que la investigación era una de las más complejas en las que había participado, en parte porque la implosión se produjo muy adentro en el océano Atlántico, lo que dificultó la recogida de los restos físicos de la nave destruida.
En respuesta a la pregunta de un periodista, dijo que cualquier posible evidencia de negligencia criminal se transmitiría al Departamento de Justicia de EU.
El sumergible Titán desapareció el 18 de junio de 2023, cuando perdió la comunicación con su buque de apoyo tras caer al agua a unos 645 kilómetros de la costa de Terranova, Canadá. A bordo viajaban Rush; Shahzada Dawood, un empresario británico paquistaní; Suleman, el hijo de 19 años de Dawood; Hamish Harding, un magnate de la aviación y explorador británico, y Paul-Henri Nargeolet, un experto marítimo francés y gran autoridad en el Titanic que había visitado los restos del barco decenas de veces.
La familia de Nargeolet presentó el mes pasado una demanda contra OceanGate, alegando que el director ejecutivo de la empresa había engañado a Nargeolet sobre la seguridad de la embarcación. Tras el accidente, OceanGate suspendió sus operaciones comerciales y de exploración.
Cuatro días después de la desaparición del sumergible, se encontraron restos de la nave a más o menos medio kilómetro de la parte delantera del Titanic. Meses después, los buzos encontraron restos humanos entre los escombros.