Nueva York.- La Administración Trump planea usar las negociaciones arancelarias en curso para presionar a los socios comerciales de EU a que limiten sus tratos con China, dicen personas con conocimiento de las conversaciones.

La idea es obtener compromisos de los socios comerciales de EU para aislar la economía china a cambio de reducciones en las barreras comerciales y arancelarias impuestas por la Casa Blanca. Los funcionarios estadounidenses planean usar las negociaciones con más de 70 países para solicitarles que prohíban a China enviar mercancías a través de sus países, impidan que empresas chinas se instalen en sus territorios para evitar los aranceles estadounidenses y no absorban los productos industriales baratos de China en sus economías.

Estas medidas buscan socavar la ya precaria economía china y obligar a Beijing a sentarse a la mesa de negociaciones con menos cartas en la mano antes de posibles conversaciones entre Trump y el Presidente chino Xi Jinping. Las demandas exactas podrían variar considerablemente según el país, acorde a su grado de involucramiento con la economía china.

La Casa Blanca y el Tesoro no respondieron a solicitudes de comentarios. Los funcionarios estadounidenses han abordado la idea en conversaciones iniciales con algunos países, dijeron personas entradas de las conversaciones.

El propio Trump insinuó la estrategia el martes, al declarar en el programa en español "Fox Noticias" que consideraría obligar a los países a elegir entre Estados Unidos y China, en respuesta a una pregunta sobre la decisión de Panamá de no renovar su participación en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el programa global de infraestructura de China para países en desarrollo.

Uno de los cerebros detrás de esta estrategia es Scott Bessent, el Secretario del Tesoro, quien ha asumido un papel destacado en las negociaciones comerciales desde que Trump anunció el 9 de abril una pausa de 90 días a los aranceles recíprocos para la mayoría de los países, excepto China.

Bessent presentó la idea a Trump durante una reunión el 6 de abril en Mar-a-Lago, el club del Presidente en Florida, mencionaron personas familiarizadas con la conversación, señalando que obtener concesiones de los socios comerciales estadounidenses podría impedir que Beijing y sus compañías evadan los aranceles, los controles de exportación y otras medidas económicas estadounidenses.

Esta táctica forma parte de una estrategia impulsada por Bessent para aislar la economía china, que ha cobrado fuerza recientemente entre los funcionarios de Trump. Los debates sobre el alcance y la severidad de los aranceles estadounidenses siguen en curso, pero los funcionarios parecen estar mayoritariamente de acuerdo con el plan de Bessent para China.

Este plan involucra aislar a China de la economía estadounidense mediante aranceles e incluso potencialmente retirar las acciones chinas de las bolsas estadounidenses. En una entrevista reciente con Fox Business, Bessent no descartó que la Administración intente deslistar de la bolsa a las acciones chinas.

Aun así, el objetivo final de la política de la Administración hacia China aún no está claro.

Bessent también ha afirmado que aún hay margen para negociar un posible acuerdo comercial entre Estados Unidos y China. Esas conversaciones tendrían que involucrar a Trump y Xi. Karoline Leavitt, la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, leyó una nueva declaración de Trump durante la rueda de prensa del martes, sugiriendo que un acuerdo con China no es inminente.

"La pelota está en manos de China", indicó Leavitt al leer la declaración de Trump. "China necesita llegar a un acuerdo con nosotros. Nosotros no tenemos que llegar a un acuerdo con ellos. China quiere lo que tenemos... el consumidor estadounidense".

Tampoco está claro que la línea anti China haya entrado en negociaciones con todos los países. Algunos países no han escuchado demandas relacionadas con China de los negociadores estadounidenses, afirman personas familiarizadas con las conversaciones, aunque reconocen que las negociaciones se encuentran en sus primeras etapas. Muchos esperan que la Administración Trump plantee las demandas relacionadas con China tarde o temprano.

Bessent ya ha mostrado su interés en obtener compromisos anti China de los socios comerciales de Estados Unidos. A finales de febrero, declaró que México había ofrecido igualar los aranceles estadounidenses a China como parte de las negociaciones sobre los aranceles impuestos por Trump a México por el comercio de fentanilo. Bessent calificó la oferta de México como un "buen gesto", pero la idea no hizo mucho eco en la Administración.

Desde entonces, Bessent ha asumido un papel más central en las negociaciones comerciales, liderando las conversaciones sobre aranceles recíprocos después de que Trump anunció su pausa de 90 días el 9 de abril. El Secretario del Tesoro tenía previsto reunirse con el Ministro de Revitalización Económica de Japón ayer y ha presentado una lista de países que cree que pronto podrían llegar a acuerdos con Estados Unidos, entre ellos Japón, el Reino Unido, Australia, Corea del Sur e India.

China está llevando a cabo su propia diplomacia comercial. Esta semana, Xi viajó a Vietnam -un importante socio comercial de Estados Unidos, duramente afectado por los aranceles de Trump- y firmó docenas de compromisos económicos con el Gobierno de Hanoi.

China ve la estrategia comercial recíproca de Trump como una oportunidad, declaró Peter Harrell, ex director senior de economía internacional del Consejo de Seguridad Nacional del ex Presidente Joe Biden, en una mesa redonda celebrada el martes en la Facultad de Derecho de Georgetown.

Sin embargo, la capacidad de China para contrarrestar las políticas comerciales estadounidenses es limitada, añadió Harrell. Aunque Estados Unidos sigue siendo "un importador neto masivo", China está reduciendo sus importaciones del resto del mundo y centrándose en la autosuficiencia.

China "no va a reemplazar a Estados Unidos como fuente de demanda de los productos que fabrican muchos de estos países en desarrollo", afirmó Harrell. "Por lo tanto, la economía de esto será un desafío para China, pero creo que los vemos manejando la política de esto con relativa astucia". (Gavin Bade y Brian Schwartz / THE WALL STREET JOURNAL)