Washington.- El despliegue por parte de Estados Unidos de siete buques de guerra, un submarino nuclear, dos mil marines y varios aviones espías, sumado al ataque mortal contra una lancha que presuntamente transportaba drogas, y a la designación de los cárteles venezolanos como organizaciones terroristas así como a la recompensa de 50 millones de dólares por Nicolás Maduro parecen ser el acto inicial de una campaña de presión para derrocar al Presidente de Venezuela, de acuerdo con Ian Bremmer, fundador de la firma de riesgo geopolítico Eurasia Group.
"Llevar buques de asalto anfibios y misiles de crucero a una redada de drogas es como utilizar un soplete para matar un mosquito: una exageración", escribió en el texto titulado "¿Está EU por invadir Venezuela?".
Bremmer hace notar que un despliegue de esta escala cuesta a los contribuyentes cientos de millones de dólares, conlleva riesgos de errores de cálculo y accidentes, además de que implica mucha más fuerza de la que requiere la misión declarada.
"O bien esta es la operación antinarcóticos más costosa de la historia o es algo más", apuntó.
De acuerdo con el analista, el Gobierno del Presidente Donald Trump se ha encargado de reiterar que EU no reconoce a Maduro como un jefe de Estado legítimo protegido por la ley estadounidense, para crear cobertura legal en caso de atacarlo directamente.
Y quien ha estado presionando de manera más directa por una intervención estadounidense en Venezuela es el Secretario de Estado y asesor de seguridad nacional, Marco Rubio.
"Para Rubio, cuya visión del mundo fue moldeada por la política del exilio cubano en Miami, atacar Caracas es más que drogas, crimen e inmigrantes ilegales: se trata de derribar lo que él ve como el representante subsidiado del petróleo de Cuba y el primer paso para limpiar la casa en América Latina", apuntó.
Y a juzgar por las recientes acciones tomadas por la Administración estadounidense, el ex Senador por Florida de ascendencia cubana habría tenido éxito en convencer a Trump de que Venezuela ofrece la oportunidad perfecta para proyectar fortaleza en el escenario global, "y darse una vuelta de la victoria sin complicaciones en un momento en que el régimen es frágil y algunas de sus otras grandes estrategias de política exterior, como la diplomacia con Ucrania, están fracasando".
Sin embargo, matizó Bremmer, Trump no se inclinaría por una invasión con tropas terrestres como fue Irak, sino por un derrocamiento desde el interior de Venezuela, posiblemente a través del Ejército, el cual se ha mantenido leal a Maduro como lo fue con su antecesor Hugo Chávez, pero la recompensa de 50 millones de dólares, un bloqueo naval y la posibilidad de morir a manos de un Tomahawk crean poderosos incentivos para reconsiderar.