El vuelo SQ321 experimentó lo que la aerolínea describió más tarde como “turbulencias extremas repentinas”.

La señal del cinturón de seguridad se encendió instantes después de que el avión empezara a temblar pero, para algunos, ya era demasiado tarde.

“Quien no se había abrochado el cinturón, saltó por los aires adentro de la cabina”, declaró Dzafran Azmir, uno de los 211 pasajeros del vuelo de Londres a Singapur que el martes sufrió turbulencias mortales. “En un instante, golpearon el techo de la cabina y volvieron a caer al suelo”.

El avión, un Boeing 777-300 ER de Singapore Airlines, había despegado del aeropuerto londinense de Heathrow el lunes por la noche, unas 10 horas antes. Iba lleno en sus tres cuartas partes. Muchos de los pasajeros eran singapurenses que regresaban a casa. Algunos eran alumnos que estudiaban en Inglaterra. Otros eran familias y también quienes habían planeado las “vacaciones de su vida” a destinos lejanos como Australia.

La mayor parte del viaje de 13 horas del vuelo SQ321 había terminado, y muchos pasajeros habían terminado su última comida a bordo, un desayuno que consistía en elegir entre una tortilla con crema de queso o fideos asiáticos salteados, ambos servidos con una guarnición de fruta fresca.

Para ese entonces, el avión había llegado al golfo de Bengala, situado entre el subcontinente indio y la península malaya, en el sudeste asiático. Algunos pilotos consideran la región “tristemente célebre” en esta época del año porque sus lluvias monzónicas pueden provocar turbulencias.

Pero los pilotos comerciales saben cómo prepararse para estas situaciones. Se basan en el radar meteorológico y llevan combustible extra para poder volar alrededor y esperar a que el tiempo amaine, si es necesario. O siguen el rumbo trazado por otros aviones que han pasado recientemente por la zona y han avisado a los controladores aéreos de las agitaciones meteorológicas.

Un escenario para el que es imposible prepararse es cuando el cielo está despejado y el radar del avión no detecta nada raro. Este fenómeno se conoce como turbulencia de aire claro.

“Es posible que el avión empiece a temblar, encendamos la señal del cinturón de seguridad y, sin saberlo, caigamos en la zona de turbulencias de aire claro”, explicó el capitán Teerawat Angkasakulkiat, presidente de la Asociación de Pilotos Tailandeses. “Es totalmente impredecible”.

 El vuelo SQ321 de Singapore Airlines en la pista del aeropuerto internacional Suvarnabhumi de Bangkok el miércoles, un día después de que realizara un aterrizaje de emergencia | Foto: Lillian Suwanrumpha/Agence France-Presse — Getty Images
El vuelo SQ321 de Singapore Airlines en la pista del aeropuerto internacional Suvarnabhumi de Bangkok el miércoles, un día después de que realizara un aterrizaje de emergencia | Foto: Lillian Suwanrumpha/Agence France-Presse — Getty Images

No está claro qué ocurrió después con el SQ321, pero había tormentas eléctricas cerca de su trayectoria de vuelo. Mientras sobrevolaba Birmania, a más de 11.270 metros de altura sobre el tramo sur del río más caudaloso del país, el Irrawaddy, se encontró con lo que la aerolínea describió más tarde como “turbulencias extremas repentinas”.

Durante los siguientes tres a cinco minutos, el avión se sacudió violentamente, dijo Dzafran, de 28 años, un estudiante universitario que se dirigía a su casa en Kuala Lumpur, Malasia, quien estaba sentado en un asiento de ventanilla en la fila 52.

“Luego fue aumentando, como la sensación de subir a una montaña rusa, subir hasta lo más alto y, de repente, comenzó a caer de manera muy dramática”, recordó.

Su bolso, que iba guardado bajo el asiento que estaba delante de él, voló por el avión, y su teléfono fue lanzado al pasillo. La mujer que estaba sentada en la fila adelante de Dzafran se golpeó tan fuerte la cabeza contra el cartel de plástico indicador del cinturón de seguridad que estaba sobre ella que este se rompió. Las máscaras de oxígeno cayeron del panel superior. La persona que iba detrás se golpeó contra un asiento. Dzafran resultó ileso, pero los otros dos pasajeros tenían cortes ensangrentados en la cabeza.

Al menos una pasajera, al parecer, pudo reaccionar con suficiente rapidez y abrocharse el cinturón. Era una mujer que estaba sentada detrás de Dzafran.

“Fue un milagro que pudiera reaccionar tan rápidamente”, dijo.

Teandra Tukhunen, otra pasajera que estaba durmiendo, no pudo reaccionar tan rápido. Se despertó por las turbulencias y vio que se encendía la señal del cinturón de seguridad, pero no tuvo tiempo de abrochárselo, por lo que salió despedida hacia el techo y luego cayó al suelo, explicó Tukhunen, una mujer australiana de 30 años, a Sky News. Tukhunen estaba en un hospital de Bangkok y tenía un brazo en un cabestrillo.

En otros lugares del avión, la gente empezó a llorar y a gritar de dolor. El latigazo cervical fue tan intenso que un pasajero dijo que parecía como si quienes habían estado caminando por el avión estuvieran dando volteretas. Decenas de personas, entre ellas algunos miembros de la tripulación, sufrieron heridas.

Daños dentro del avión | Foto: Reuters
Daños dentro del avión | Foto: Reuters

Cuando las turbulencias se calmaron, quedó claro que uno de los pasajeros más afectados fue un viajero llamado Geoff Kitchen. Kitchen, de 73 años, era abuelo de dos hijos y dirigía un grupo de teatro local en la ciudad de Thornbury, en el suroeste de Inglaterra, y había planeado las “vacaciones de su vida”: seis semanas en Australia y el sudeste asiático con Linda, su esposa desde hace 50 años.

Andrew Davies, que estaba sentado delante de Kitchen, lo ayudó a levantarse de su asiento y lo tendió en el suelo, donde le practicaron maniobras de reanimación cardiopulmonar durante al menos 20 minutos.

Cuando el avión entró al espacio aéreo tailandés, el piloto hizo una llamada de socorro al aeropuerto de Suvarnabhumi, en Bangkok, solicitando un aterrizaje de emergencia. Luego le anunció el nuevo destino a los pasajeros y solicitó la presencia de cualquier persona con formación médica para ayudar a los heridos.

Cuarenta y cinco minutos después de comenzar el calvario, dijo Dzafran, el avión aterrizó. Eran las 3:45 p. m. hora local.

Varias ambulancias con luces intermitentes ya estaban en el aeropuerto. Los pasajeros esperaron pacientemente mientras enfermeras, personal de urgencias y médicos se apresuraban a atender primero a los heridos graves. En total, 83 personas resultaron heridas. Veinte de ellas fueron trasladadas a la unidad de cuidados intensivos de un hospital local.

Drew Kessler, tesorero de Rotary International en Nueva York, quien se dirigía a Singapur para asistir a la convención anual de esa organización, dijo que se había roto el cuello, mientras que su esposa, Vicki, se rompió la espalda.

Cuando Dzafran se disponía a desembarcar, la tripulación indicó a los pasajeros que evitaran uno de los pasillos. Dzafran dijo que creía haber visto a alguien tendido en el suelo. Los auxiliares de vuelo cercanos a las zonas business y primera clase sangraban. Había comida tirada en la cocina.

Los pasajeros, aturdidos y confundidos, subieron a un autobús desde la pista y llegaron a una zona de espera dentro del aeropuerto de Bangkok. Ahí comenzaron a conversar. Un compañero de vuelo le dijo a Dzafran que alguien había muerto en el avión y le mostró un artículo de prensa en internet. Era Kitchen. Fue la única víctima mortal, una de las pocas atribuidas a las turbulencias, y aún no se ha revelado la causa del fallecimiento.

Singapore Airlines ha pedido disculpas por el episodio, y sus investigadores llegaron a Bangkok para tratar de entender lo que sucedió.

Dzafran fue uno de los 143 pasajeros que resultaron ilesos. Según él, su compañera de asiento, que se había abrochado el cinturón de seguridad, tampoco sufrió lesiones.

Pasajeros del vuelo SQ321 saludan a sus familiares a su llegada al aeropuerto de Changi, en Singapur, el miércoles | Foto: Roslan Rahman/Agence France-Presse — Getty Images
Pasajeros del vuelo SQ321 saludan a sus familiares a su llegada al aeropuerto de Changi, en Singapur, el miércoles | Foto: Roslan Rahman/Agence France-Presse — Getty Images