Cargas explosivas detonaron durante la madrugada del miércoles en dos puentes de rutas que conectan la costa y la sierra de Ecuador, en lo que el Gobierno describió como una represalia tras un importante operativo militar en contra de la minería ilegal.
El hallazgo sigue a la detonación en la víspera de un automóvil frente a un centro comercial en la ciudad de Guayaquil, una de las más peligrosas del país.
Las autoridades investigan si el grupo criminal conocido como Los Lobos estaría detrás del ataque, dijo el Ministro del Interior, John Reimberg, a periodistas en Otavalo.
Washington designó a Los Lobos como organización terrorista tras una reunión con el Presidente ecuatoriano Daniel Noboa el mes pasado.
Noboa dijo en un evento público en Guayaquil que los hechos violentos buscan desestabilizar al Gobierno e impedir que atienda las necesidades de los ecuatorianos.
"No podemos retroceder ante las mafias, ante la gente que quieren aterrorizar a las familias ecuatorianas", dijo Noboa.
"Parte de su plan es desequilibrar al Gobierno".
Las autoridades explicaron que una de las explosiones dañó parte de la base de un puente, mientras que en el otro la carga detonó parcialmente.
El Ministro de Infraestructura, Roberto Luque, había dicho más temprano en X que los explosivos se colocaron en los puentes de las rutas Guayaquil-Machala y Machala-Cuenca tenían como objetivo interrumpir el tráfico.
La detonación del coche bomba en Guayaquil dejó una persona muerta y varias heridas, según las autoridades, que señalaron que en la zona encontró un segundo vehículo con explosivos, pero no detonó y fue desactivado.
Reimberg y parte del gabinete permanecen en Otavalo, en la provincia de Imbabura, no lejos del lugar del operativo militar contra la minería ilegal hace dos días, y donde se ha concentrado una protesta convocada por la organización indígena CONAIE desde fines de septiembre en contra de la eliminación del subsidio al diesel.
En el operativo contra la minería ilegal se detuvieron a siete personas, algunas de ellas pertenecían a un grupo disidente colombiano, según Reimberg.
Las comunidades indígenas de Imbabura anunciaron la tarde del miércoles que se retiraban a sus territorios, dando por terminada la prolongada protesta, luego de acordar con el Gobierno el inicio de mesas técnicas para debatir sobre sus demandas.
Los líderes en la provincia informaron sobre la muerte de un indígena en un hospital, que resultó herido en fuertes enfrentamientos el martes con la fuerza pública en Otavalo. Otro manifestante murió el mes pasado en la misma zona.