Chihuahua, Chih.- Largas filas, horas de espera y temperaturas elevadas marcaron el primer día de registro en Chihuahua para la nueva pensión del Bienestar, dirigida a mujeres de entre 60 y 64 años.

Cientos de solicitantes, muchas de ellas adultas mayores en situación de discapacidad, comenzaron a llegar desde las 4:00 de la mañana al módulo ubicado en las calles 14 y Primero de Mayo, donde soportaron sed y cansancio, así como la falta de sombra y baños.

La fila, que avanzaba por varias cuadras, formaba parte del inicio del programa Pensión Mujeres Bienestar, impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum, como una medida para atenderlas antes de que cumplan 65 años, edad en que ya acceden a la pensión universal.

Según relataron algunas asistentes, la espera fue especialmente dura para quienes tienen problemas de salud, movilidad limitada o vienen de zonas lejanas.

“Estoy desde las cinco de la mañana y apenas vamos avanzando. No he comido nada y no hay dónde sentarse”, expresó la señora María Elena, de 62 años.

En Chihuahua, el proceso de inscripción es organizado según la primera letra del apellido, pero muchas mujeres desconocen el calendario, lo que ha generado aglomeraciones. Pese a los esfuerzos del personal, la alta demanda y falta de organización provocaron desorden y frustración entre las asistentes.

Este programa otorga 3 mil pesos bimestrales y es dirigido a mujeres que, aunque ya no están en edad productiva formal, aún no cumplen los requisitos para recibir el apoyo universal.

De acuerdo con autoridades, estiman que en el estado más de 26 mil podrían ser beneficiarias en esta primera etapa. Las autoridades federales anunciaron que los primeros pagos serán a través del Banco del Bienestar, a partir de septiembre. Precisaron que, quienes deseen inscribirse, deben acudir con CURP, acta de nacimiento, comprobante de domicilio y credencial del INE. No obstante, lo más urgente para muchas ha sido simplemente resistir la espera y el calor. “Lo más triste es que este apoyo es para nosotras, pero el trámite no está pensado para nuestras condiciones. Nadie nos ofrece ni un vaso de agua”, lamentó Lupita, de 63 años.

Con todo y las incomodidades, muchas estaban contentas por finalmente recibirán el apoyo que, aseguran, es muy necesario.