Ernesto Fonseca Carrillo, alias "Don Neto", uno de los líderes históricos del narco en México, ya es hombre libre tras purgar una condena de 40 años de prisión. Checa su historial

Ernesto Fonseca Carrillo, alias “Don Neto”, un nombre legendario y controvertido en la historia del narcotráfico en México, recuperó su libertad este domingo 6 de abril de 2025, tras cumplir una condena de 40 años de prisión por los asesinatos del agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, Enrique “Kiki” Camarena Salazar, y del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar, crímenes perpetrados en febrero de 1985.
La confirmación de la liberación del capo de 95 años provino de autoridades federales, quienes detallaron que el pasado sábado 5 de abril marcó el último día de su sentencia. La noticia enmarca un capítulo oscuro en la historia del narcotráfico mexicano y estadounidense, marcado por la violencia, la corrupción y las complejas relaciones bilaterales en la lucha contra las drogas.
Cuarenta años y ahora un portón abierto. La detención de Ernesto Fonseca Carrillo se produjo el 7 de abril de 1985 en el turístico puerto de Puerto Vallarta, Jalisco, prácticamente un mes después del hallazgo de los cuerpos de Camarena y Zavala en un paraje del estado de Michoacán.
Desde su aprehensión, “Don Neto” pasó más de tres décadas tras los muros de diversas prisiones de alta seguridad en México, incluyendo el Reclusorio Norte en la Ciudad de México y los penales federales de El Altiplano y Occidente, ubicados en el Estado de México y Jalisco, respectivamente.
Un giro en su reclusión se dio el 28 de julio de 2016, cuando el longevo capo (actualmente de 95 años), alegando problemas de salud, consiguió una orden de confinamiento domiciliario. Desde entonces, cumplió el resto de su condena en una residencia del exclusivo Fraccionamiento Hacienda Valle Escondido, en el municipio de Atizapán de Zaragoza, Estado de México, bajo la supervisión de las autoridades.

El último de los capos en pagar su deuda con la justicia (en México)
Ernesto Fonseca Carrillo se distingue como el único de los tres líderes fundadores del Cártel de Guadalajara implicados en el caso Camarena que ha logrado completar su condena en México y obtener la libertad. Sus socios en la organización criminal, Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo, han tenido destinos diferentes.
Caro Quintero, conocido como “El Narco de Narcos”, fue extraditado a Estados Unidos el 27 de febrero de 2025, donde enfrenta cargos por el mismo asesinato del agente Camarena.
Por su parte, Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Jefe de Jefes”, aunque está próximo a cumplir su condena de 37 años por este caso el próximo año, permanecerá tras las rejas hasta 2029 debido a una sentencia adicional de 40 años por delitos contra la salud, acopio de armas y cohecho.
La liberación de “Don Neto” también subraya un aspecto crucial de su caso: logró evitar la extradición a Estados Unidos. En 2015, el entonces Canciller mexicano José Antonio Meade Kuribreña negó formalmente la petición de entrega por parte del gobierno estadounidense, argumentando que Fonseca Carrillo ya había sido juzgado y sentenciado en México por el asesinato del agente de la DEA, un principio fundamental del derecho internacional conocido como *non bis in idem* (no dos veces por lo mismo).
El último de los capos en pagar su deuda con la justicia (en México)
Ernesto Fonseca Carrillo se distingue como el único de los tres líderes fundadores del Cártel de Guadalajara implicados en el caso Camarena que ha logrado completar su condena en México y obtener la libertad. Sus socios en la organización criminal, Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo, han tenido destinos diferentes.
Caro Quintero, conocido como “El Narco de Narcos”, fue extraditado a Estados Unidos el 27 de febrero de 2025, donde enfrenta cargos por el mismo asesinato del agente Camarena.
Por su parte, Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Jefe de Jefes”, aunque está próximo a cumplir su condena de 37 años por este caso el próximo año, permanecerá tras las rejas hasta 2029 debido a una sentencia adicional de 40 años por delitos contra la salud, acopio de armas y cohecho.
La liberación de “Don Neto” también subraya un aspecto crucial de su caso: logró evitar la extradición a Estados Unidos. En 2015, el entonces Canciller mexicano José Antonio Meade Kuribreña negó formalmente la petición de entrega por parte del gobierno estadounidense, argumentando que Fonseca Carrillo ya había sido juzgado y sentenciado en México por el asesinato del agente de la DEA, un principio fundamental del derecho internacional conocido como *non bis in idem* (no dos veces por lo mismo).
A finales de la década de 1970, “Don Neto” fue uno de los traficantes sinaloenses que se trasladaron a Guadalajara tras la Operación Cóndor, una ofensiva del gobierno federal contra la producción de marihuana y amapola en el Triángulo Dorado.
Fue en Guadalajara donde, junto a Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo, dio el salto a las “grandes ligas” del narcotráfico, construyendo lo que se asemejó a un monopolio en el tráfico de drogas en México. Su organización estableció lucrativas rutas de trasiego y forjó alianzas estratégicas, incluyendo negociaciones con el Cártel de Medellín liderado por Pablo Escobar, marcando un punto de inflexión en la escala del narcotráfico mexicano.

¿Por qué contra el "Kiki" Camaerna?
La influencia del Cártel de Guadalajara creció exponencialmente hasta que el agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, logró infiltrarse y obtener información crucial que alertó a las autoridades sobre las operaciones de la organización. Un golpe significativo para el cártel ocurrió el 6 de noviembre de 1984, cuando el Ejército mexicano, gracias a información proporcionada por la DEA, aseguró un vasto complejo de producción de marihuana en Chihuahua, donde trabajaban más de 4 mil campesinos y se incautaron más de 6 mil toneladas del enervante, la mayor cantidad asegurada en la historia hasta ese momento.
En represalia por estas acciones, los líderes del Cártel de Guadalajara, incluyendo a “Don Neto”, ordenaron el secuestro de Enrique Camarena y del piloto Alfredo Zavala el 7 de febrero de 1985 en Guadalajara. Tras ser torturados, sus cuerpos fueron hallados sin vida en Michoacán el 5 de marzo siguiente, desatando una intensa investigación por parte de las autoridades estadounidenses.
Un mes después del hallazgo del “Kiki” y el piloto Zavala, la justicia mexicana alcanzó a Fonseca Carrillo en Puerto Vallarta, marcando el inicio de su larga estancia en prisión.

Libertad en la vejez y una demanda pendiente
Ahora, a sus 95 años, y con un historial médico que incluye al menos 18 enfermedades diagnosticadas, como artritis severa, pérdida significativa de la visión y un tumor en el colon, Ernesto Fonseca Carrillo ha recuperado su derecho a desplazarse libremente por el territorio mexicano.
Sin embargo, su pasado aún lo persigue. En marzo de 2025, familiares de Enrique Camarena presentaron una demanda civil en una corte federal de San Diego, California, exigiendo el pago de daños y perjuicios a “Don Neto”, Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo.
La demanda, interpuesta bajo la Ley Antiterrorismo de 1992, acusa a los tres capos de “actos de terrorismo” por el secuestro, tortura y ejecución del agente de la DEA en 1985.
Los nueve familiares demandantes, incluyendo la viuda e hijos de Camarena, buscan una compensación económica cuyo monto será determinado por un jurado, incluyendo posibles daños punitivos y la triplicación de la cantidad bajo la ley antiterrorista.
La demanda se basa en la designación del Cártel de Sinaloa como organización terrorista por parte del gobierno de Donald Trump, argumentando que el Cártel de Guadalajara fue el precursor de esta organización, controlada posteriormente por figuras como Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada.
Mientras Rafael Caro Quintero enfrenta un nuevo proceso penal en Nueva York tras su extradición y Miguel Ángel Félix Gallardo permanece preso en Puente Grande, Jalisco, “Don Neto” inicia una nueva etapa en libertad, aunque marcado por su pasado y la sombra del crimen que lo definió durante décadas. Su liberación cierra un capítulo en la historia del narcotráfico en México, pero la búsqueda de justicia para Enrique Camarena y Alfredo Zavala continúa para sus familias.