“Amaos los unos a los otros”
Juan 13:34-35
El mundo está en crisis. No descartemos que los estados de guerra se extiendan por el planeta. Estamos viviendo en una bola de violencia. Y a veces nos preguntamos ¿y cuándo no? La Segunda Guerra Mundial fue el genocidio más grande de la historia de la humanidad. Las férreas dictaduras son más peligrosas cuando están muy bien armadas, verbigracia Rusia y Corea del Norte. Ese orden que San Agustín creía tendía a llegar a la Ciudad de Dios, va en sentido opuesto.
Otras naciones cuentan con armas nucleares: Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido, India, Paquistán, Israel y la lista continúa y están dispuestas a defender con todo a quien ellos denominan Mundo Libre.
Estamos en grave peligro. Las consecuencias de las confrontaciones bélicas nos afectarán a todos desde lo económico, político, ideológico y posiblemente a la destrucción del planeta. Uf, no quiero ni pensarlo.
¿Las causas? Son múltiples: enfrentamientos ideológicos, religiosos, étnicos, financieros, demostración de fuerza y mil más. Según estudios, en los primeros años del siglo veintiuno se presentan más de treinta conflictos armados, grandes, medianos o pequeños. Estamos sentados en un polvorín atómico. Las armas son cada vez más sofisticadas, demoledoras, terribles, demasiado poderosas. “Jugar al más valiente con armas nucleares es increíblemente peligroso que nos tiene absolutamente a todo el mundo al borde de un precipicio” afirmó Carlos Umaña, Premio Nobel de la Paz.
Quisiéramos vivir en santa paz, con tranquilidad, leer los periódicos sin zozobra, pero la realidad es completamente contradictoria.
Pero ¿por qué no surge un mesías mundial pacifista capaz de llevar a la Tierra a la paz? Que Israel dé besos y no bombazos a sus hermanos y viceversa. Que se respeten los derechos humanos.
Que declare “Esto no son guerras, son malos entendidos, finalmente todos somos hermanos”. “No hay violencia, esos pequeños enfrentamientos son exageraciones de la prensa conservadora para vender más periódicos”.
“¿Peligro de una guerra nuclear? Claro que no, son simples escaramuzas que solo tienen fines publicitarios”. “No queremos guerra, estamos a favor de la paz porque las guerras solo traen muerte y destrucción (inventamos el hilo verde)”. Un líder que se comprometa a resucitar al Mar Muerto y a pintar de blanco el Mar Rojo. “Con diálogo todo se puede arreglar”. Que quienes están en disputa se sienten a dialogar y hagan un lado sus diferencias, se hagan regalos entre sí. Desmantelen sus armas. ¿Es tan difícil reunir a los judíos, musulmanes y cristianos en una mesa de conciliación”? “Las actuales tensiones internacionales no van a solucionarse por la vía de la fuerza. Debemos asegurar entendimientos políticos y mecanismos de construcción de la confianza” declaró Marcelo Ebrard ante la ONU. Hombres y mujeres ¿por qué no se les ha ocurrido nombrar a ya sabes quién como mediador y verán que en una mañana ojos el universo vivirá en eterna paz? Entiendan de una vez “[La guerra] no beneficia ni siquiera a magnates y gobernantes belicistas”. Y así, dictadores, estados teocráticos y democráticos vivirán por fin en el más alto valor de la fraternidad que es la paz.
La Antropología Filosófica estudiamos la esencia de la naturaleza humana. No nos agradará saber que todo parece indicar es la tendencia a la violencia. Desde Caín y Abel hasta nuestros días. Nos esperan tiempos difíciles. Las guerras en cualquier parte del orbe nos afectarán. Quisiera tenerles mejores noticias, pero esto es lo que hay.
Mi álter ego recomienda que cuando estén en la soledad de las urnas para ejercer su voto, piense en su jubilación, en sus AFORES, en su dinero, en su futuro, en su vejez.