A punto de concluir los juegos olímpicos Francia 2024, de nuevo quedó claro que las políticas públicas de apoyo a los deportistas están muy lejanas al entusiasmo y pasión que le imprimen todos los que acuden a estas justas, y que mientras las cosas sigan así, los resultados seguirán siendo muy mediocres.
México quedó en el lugar número 65, con 3 medallas de plata y dos de bronce… bueno muchos podrán justificar que acudieron atletas de 204 países, pero la realidad nos enseña que durante los 100 años en que nuestro país ha participado en estas justas deportivas cada vez caen más abajo. 
Con estos resultados queda en claro que el sistema deportivo mexicano va a la deriva con tres ciclos a la baja y la última medalla de oro costruída con recurso público fue hace 16 años, en Beijing 2008.
Desde luego por el orgullo de ser mexicano queremos ver a las mujeres y hombres subir al pódium de los ganadores, que nuestros atletas vean recompensado el gran esfuerzo que realizan para llegar hasta esta competencia con una medalla, pero la realidad nos indica que sólo por ellos y ellas, son los logros, en un país donde los hemos dejado solos.
Y hay que señalar que todos, como quedó en claro con la polémica que desató el originario de Nuevo Casas Grandes, Uziel Muñoz Galarza, mismo que logró meterse al top del lanzamiento de peso o de bala, al expresar que las autoridades deportivas de Chihuahua lo dejaron solo, por lo que tuvo que emigrar a Nuevo León.
El Instituto Chihuahuense del Deporte reconoce que no se le pagaron los apoyos deportivos a éste y todos los deportistas de alto rendimiento durante los años 2020 y 2021, una súper beca de ¡tres mil pesos al mes!… ósea 36 mil pesos al año que no sirven ni para comprar los tenis y ropa deportiva que requieren para entrenar todos los días, mucho menos para acceder a espacios deportivos donde puedan entrenar.
En serio, ni un “nini”, de esos que están en el programa de jóvenes construyendo el futuro reciben esa miseria, porque a ellos se les entrega un apoyo económico mensual equivalente a un salario mínimo que, en 2024, es de $7 mil 572 pesos, así como seguro médico del IMSS que abarca enfermedades, maternidad y riesgos de trabajo.

Así como Uziel Muñoz Galarza, Alegna Ariday González Muñoz, y Erick Josué Portillo Rodríguez decidieron irse a otro estado fuera de Chihuahua para seguir con su sueño olímpico, en otro de los grandes problemas del deporte mexicano: el “piratearse” talentos deportivos. 
Así que se hace lo que se puede, ya que no existe un programa a largo plazo para que los atletas desarrollen su potencial.
Corrupción, influyentismo, presencia de algunos deportes a los que se atiende mejor y muchos y graves vicios son los obstáculos que no se podrán sortear para que el deporte mexicano despegue.
Desde luego que no existe un plan transexenal, como ocurre en los países exitosos, donde los programas continúan, pese a los cambios de gobierno y de régimen a nivel nacional. Sin plan a largo plazo México nunca alcanzará el nivel de los países europeos, para ello hay que entender que el deporte, más que un arte, es una ciencia.
Lo peor es que los personajes que deben poner un orden y frenar la caída, son los más críticos, como las declaraciones de “El sistema está obsoleto” y “El deporte mexicano vive de las balas perdidas”, posturas que mostraron Marijose Alcalá y Ana Gabriela Guevara, respectivamente, encargadas del desarrolló de deportistas en México, a través del Comité Olímpico Mexicano (COM) y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE).
El abandono a los atletas de alto rendimiento por parte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) ha quedado demostrado con el recorte sistemático del presupuesto del organismo en más de la mitad en el sexenio de la cuarta transformación.
Y el problema es que los más afectados no han sido un puñado de deportistas de élite, sino miles de niños y jóvenes que se inician en el deporte. 
En serio, no podemos conformarnos con los logros obtenidos por los representantes mexicanos en competencias internacionales, pues han crecido en situaciones adversas y han obtenido triunfos sonados, en otras palabras, no debemos dejarlos solos frente al mundo.
Un orgullo para Chihuahua son Alegna Ariday González Muñoz, Uziel Muñoz Galarza, y Erick Josué Portillo Rodríguez, y sabemos que su corazón sigue estando en su tierra, que independientemente del estado donde entrenen siempre lleven en alto la bandera de México; ojalá las autoridades recapaciten y apoye a los cientos de niñas y niños que hoy están en las canchas, estadios y pistas, y que sueñan con llegar a las siguientes olimpiadas.