Recuerdo hace un tiempo que manejar por carretera en nuestro gran estado era una actividad relajante que enriquecía los sentidos, momento de reflexión, una manera eficaz hasta cierto punto económica para desplazarse, en la comodidad de nuestro vehículo, al ritmo deseado para cubrir las agendas de trayecto y con el costo que exige el llevar un carro en condiciones, cobertura de seguro vial vigente, combustible, peaje, entre otros digámoslo así esperados, y hablo en tiempo pasado, porque hoy, considero que manejar en carretera es una cara actividad.
Pensaba escribir acerca de los efectos fisiológicos al manejar un vehículo automotriz en la carretera, del flujo sanguíneo óptico, de los campos visuales, de la adaptación de nuestro sentidos a la velocidad, o cómo se mueven los ojos al pasar una curva, el efecto del cansancio, el estrés, distractores como la música, el uso de celular o simplemente la sensación de libertad que produce el manejar hasta cierto punto en el anonimato, desafiando reglas de límites de velocidad , hasta de quien se enfrenta a tomar de nuevo un volante después de cualquier experiencia traumática al conducir. Pero reparé en el impacto económico que he tenido por no tener viajes libres de contratiempos por algún percance y haré énfasis en este tenor.
Los daños económicos, y en el tiempo invertido, que su servidora ha sufrido en tres meses de realizar viajes constantes dentro de las carreteras de la región. No lo hubiese considerado, pues ya es tema obligado de quienes salimos constantemente a carretera, ¿si exentamos alguno de los cientos de baches o socavones que existen?, ¿o trozos de llantas? ¿Si libramos llegar con la integridad de los neumáticos, ejes o daños a la suspensión? Hasta platicamos si encontramos en ocasiones a personas de las comunidades, con sus limitados recursos tratando de paliar el problema del mal estado de la calzada de nuestras carreteras, no se tome como queja mi opinión, porque esas sin duda están manifiestas y es que no somos el único estado donde esta situación se está presentando. Todo percance es multifactorial donde intervienen velocidad, pericia, iluminación, señalética, etc., pero cuando ya tu experiencia se centra en estar en constante alerta sorteando peligros, hablamos del estado de la carretera. Recientemente en Jalisco, el gobernador Enrique Alfaro, aludía el mal estado de las carreteras, a una disminución considerable a su presupuesto para mantener los 2200 kilómetros de estas mismas en buenas condiciones, según manifestó hasta 1200 millones de pesos. La Confederación Nacional de Trasportistas Mexicanos se manifestó en ese sentido, ya que si bien los accidentes con camiones de carga son menos frecuentes que los de automóviles pequeños, el impacto de estos accidentes es mayor en todos los sentidos, pero además la afectación a los vehículos de carga incrementa los costos en la reparación y mantenimiento de las unidades.
En mayo de este año el Consejo Consultivo Empresarial de Chihuahua, en voz de Federico Baeza también hizo queja pública refiriéndose al costo que genera los cientos de incidentes que sufren los vehículos en las carreteras de nuestro estado, ponchaduras, las más frecuentes, retrasos en los translados y hasta accidentes de consecuencias graves o letales. Exigía la indemnización por parte del estado a usuarios que pagamos cuotas de peaje, y es que aunque se estimaba en una cantidad de 20 millones , muchos no hacen uso del seguro de carreteras, lo cual es relativamente sencillo, por percibir que tardarían demasiado o simplemente no serían atendidos. Y si se hubiese referido al tramo carretero Juárez-Ascensión, el reclamo fuese mayor.
Ahora sí que como experta, en estos menesteres, solo en la carretera Juárez- Chihuahua en ambos sentidos, de mayo a la fecha, resaltaré que cuando he solicitado los servicios de aseguradora, la propia o la del seguro de carretera han respondido, aunque es cierto que de noche toma mayor tiempo y algunos servicios no están disponibles. El servicio de grúa en carretera, no se cubre, o solo un mínimo kilometraje y eso genera un costo que puede oscilar desde 3000 a los 10 mil pesos o incluso más, que tendrá que cubrir en ese momento, dependiendo la distancia, además que debe tener en consideración a donde llevarán el vehículo al momento de hacer el reporte, pues como responden de un “call center”, en el centro del país, siempre les resulta muy sorprendente entender que quedarse a mitad de dicha carretera, implicará tiempos de más de 4 horas para recibir completamente la atención, amén de que la geolocalización, si bien es con GPS, intentar ofrecer una referencia verbal solo sería posible conociendo el kilómetro donde “te quedes tirado” pues no hay muchos poblados de referencia, las distancias son muy amplias y existen personas que no reconocen este dato con precisión, menos sabe uno en que taller pueden recibirle en una ciudad distinta. En el mes de mayo de este 2024 se registraron hasta 30 o 40 llamadas diarias a estos seguros por carretera. Consideremos que el vehículo pasa por tramos de grava suelta y se dañe un vidrio frontal, daños en los rines, alineación y balanceo, sistemas de frenos, el tiempo que estará en el taller y posiblemente tenga que sufragar costos por otro trasporte, si es por servicio de plataforma, unos 5 mil pesos por lo menos en un mes, el costo que se elevará en su póliza por algún siniestro y si le agrega alguna cobertura.
Hablar de seguridad vial sin duda es hacerlo en diferentes vertientes, desde la visión de salud pública por el impacto de los accidentes o la económica. Este tema da para más sin duda, por lo pronto manejar por la noche, tristemente, ya no es opción para mí… seguiremos informando.
Opinión
Viernes 23 Ago 2024, 06:30
Manejar en carretera (I)
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Gabriela Cisneros
