Al escuchar el término inteligencia artificial IA, o asistente digital, no son pocos los temores que surgen entre algunos padres de familia, estudiantes, servidores públicos, trabajadores de la empresa privada o sociedad en general.
Una de las razones de este recelo o desconfianza es porque piensan que habrá pérdida de empleos, pues creen que la inteligencia artificial vendrá a sustituir al ser humano en algunas funciones o roles, lo que posiblemente nos lleve a un aumento del desempleo.
Otro temor, fundado, al igual que lo es respecto a la televisión, las redes sociales, el teléfono, es que puede presentarse en las personas una dependencia excesiva en relación con este tipo de asistentes digitales, lo que vendría a incidir en la pérdida de creatividad y pérdida de algunas habilidades.
En el caso de bastantes docentes e investigadores, una preocupación es no poder mantenerse al día con los avances tecnológicos, lo que conlleva el temor de que sus trabajos, conocimientos, artículos o libros se vuelvan obsoletos; en fin, esos son solo algunos de los temores.
No te preocupes la inteligencia artificial no va a sustituir al ser humano, por la simple razón de que ¡¡todo!! lo que empieza a existir, tiene un origen, un principio, es decir, alguien lo inventó o lo creó, por ejemplo: una silla de madera tiene como principio de su ser un carpintero, de igual modo la inteligencia artificial que antes no existía tiene como causa de su origen al ser humano, por tanto, requiere del ser humano para ser diseñada, programada y, en su caso, corregida y supervisada, o sea no se manda sola.
Otra razón por la cual la inteligencia artificial no sustituirá al hombre, es porque, así como el inventor del teléfono le determinó un fin que cumplir, esto es, ser un medio para comunicarse y no para sustituir la comunicación entre personas, así, el hombre inventor de la inteligencia artificial le estableció una finalidad.
La finalidad de la inteligencia artificial, en esencia, consiste en ser una herramienta digital para complementar nuestras habilidades y ayudarnos a ser más eficientes, efectivos, productivos y creativos en nuestras labores. Solo recuerda cuando inventaron los tractores, no desaparecieron los campesino o agricultores, ¡Por el contrario! Empezaron a producir más y mejor con menos esfuerzo y en menor tiempo.
La inteligencia artificial nos permite ahorrar tiempo, ejemplos: en medicina ayuda a emitir un mejor diagnóstico de alguna enfermedad; realizar una predicción casi exacta con la debida anticipación de desastres naturales; a los padres les permite dar un seguimiento al avance académico de los hijos; en el caso de los docentes les permite preparar mejor su material de clase y abordar de mejor forma y actualizados los temas a enseñar.
Las empresas y trabajadores también se ven beneficiados, pues les permite mejorar sus procesos de atención al cliente a través de procesos de personalización, solo piensa, cuando compras a través de plataformas en línea, nos sorprende los productos que nos ofrecen nos muestran lo que buscamos en ese momento, parecen adivinos, bueno pues en eso consiste el aprovechamiento de la IA. Imagínate a un servidor público dándote un servicio así, de lujo ¿no?
Obviamente el uso de las IA implica un desafió de aprendizaje para todos y de discernimiento para distinguir los que nos muestra, esto es diferenciar si la información mostrada es realmente verdadera y buena, porque debe quedarnos claro: la IA no razona solo muestra lo que encontró.
También representa un desafío ético para quien la diseña y para quien la usa; los primeros deben evitar el tráfico de los datos personales que los usurarios proporcionan a cambio de usar las aplicaciones, y éstos a su vez deben usar responsablemente la IA para los fines que fue creada.
Como ves, es el tiempo de aprovecharnos de otras inteligencias, ¡sí¡ de las inteligencias artificiales, con responsabilidad, con ética, para eficientar nuestro trabajo, nuestras tareas, nuestro tiempo.