Fuimos educados -históricamente hablando- desde una perspectiva oficialista maniquea: los héroes son buenos, perfectos, incólumes, sabios, patriotas, nacionalistas, fieles. Y los antihéroes, malos, anómalos, enfermos, ignorantes, traidores, malinchistas, ingratos. Así, Cuauhtémoc, Juárez, Madero, Tata Lázaro, pertenecen al primer grupo. En cambio, Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Porfirio Díaz, Victoriano Huerta representan la segunda clase.
Pronto nos dimos cuenta que ni Cuauhtémoc era un cuasi dios, ni Díaz un malévolo dictador, ni Juárez un arquetipo de democracia y que Cárdenas repartió lo que no era de él.
Lo que en estos momentos ocurre en Venezuela nos proporciona elementos para afirmar que Don Porfirio y el general Pinochet son dignos de alabanzas y que a Fidel Castro, Daniel Ortega, Evo Morales y Vladimir Putin el implacable juicio de la historia deberá alcanzarlos y ponerlos en el lugar que les corresponde.
Y es que Nicolás Maduro les dijo a todos los dictadores del pasado, del presente y del futuro “háganse un lado que ahí voy yo. Me importa el poder, no mi pueblo”. Porfirio Díaz prefirió renunciar a la presidencia para no provocar un baño de sangre. Técnicamente la revolución de 1910 debió terminar en mayo de 1911. Augusto Pinochet cedió a las exigencias de su pueblo y “concedió” –en 1988- un plebiscito para que se decidiera si continuaba en el poder hasta 1997. Las urnas le dijeron “No” y a regañadientes y todo, aceptó el veredicto. Y eso que él se hizo del poder mediante un golpe de estado, era militar y bastante sanguinario.
Me interesa lo que ocurre en Venezuela. Lo sigo en los periódicos, redes sociales y pláticas con amigos de aquel país. En internet –sobremanera en YouTube- fui testigo de cómo los “influencers” descargaban sus ilusiones en sus páginas: “la familia de Maduro ya salió el país”, “Maduro llora su derrota”, “Maduro negocia con Estados Unidos su salida de Venezuela”, “Venezuela vota para acabar con el chavismo de Maduro”, “Encuestas anticipan dura caída del chavismo”, “Se filtran videos donde Maduro llora y acepta la derrota”, “El enojo de Maduro, mucha cámara y poca gente”, “Vacías las concentraciones a favor del dictador”, “Maduro pierde el apoyo del ejército”, “Maduro tiene preparados sus tres aviones para abandonar el país”, “Maduro se esconde” y etc. Pero solo fueron sueños, delirios, quimeras, fantasías, buenos propósitos, muy alejados de la cruel realidad ante un autócrata decido a quedarse por siempre y para siempre.
¿Por qué interesarse por esta jornada electoral? Porque estamos viendo el futuro de México. En aquella nación los poderes judicial y electoral están en manos del gobierno. Las leyes las redactan según su conveniencia. Ese es con lo que sueña nuestro actual presidente. Y es inverosímil que sea delito no acatar el resultado del Consejo Electoral de Venezuela porque es traición a la patria.
Maduro será otra vez presidente a menos que la ciudadanía y la presión internacional se lo impidan. Por lo pronto ya rompió relaciones diplomáticas con Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay. ¿Y el gobierno de México? Parcial. Maduro y Andrés son cuates. Hoy por ti, mañana por mí.
Esto es lo que nos espera a los mexicanos –con el plan C- cuando las instituciones autónomas estén en manos de quienes detenten el poder. Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca ideológicamente de la Venezuela de Maduro. Ya nos acercaremos nuevamente a la Dictadura Perfecta.
Hoy, más que nunca, admiro a Díaz, a Pinochet y a Zedillo porque prefirieron el bien del país. Son más patriotas que los nacionalistas actuales.
A mi Álter Ego le asombra que la Presidencia de la República, Secretaría de Gobernación, Secretaría de seguridad y protección ciudadana, CISEN e inteligencia militar ignoren lo que ocurre en el país. No saben nada del asunto de Mayo Zambada porque los americanos, desconfiando del gobierno mexicano, no se los informó. La presidenta electa anda súper norteada. Ya sabemos qué nos espera con Rosa Icela, dama muy cercana a Claudia, en su próximo cargo.
Opinión
Miércoles 31 Jul 2024, 06:30
Maduro, espejo donde México se refleja
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Rafael Soto Baylón
