-Queda Marco con camino despejado
-El bastión azul con colchón de votos
-Las buenas cuentas de Maru

Pasada la jornada electoral, en la élite de los partidos políticos aliados contra Morena, PAN, PRI y PRD, fue observado un fenómeno complejo de explicar en la capital del estado, donde logró imponerse el bloque opositor, pero con nada o casi nada de aportación de los otros coaligados al albiazul.
Los morenistas arrasaron a nivel en la contienda presidencial, con Claudia Sheinbaum a la cabeza, y en la de los aspirantes al Senado de la República, conducida por Andrea Chávez y Juan Carlos Loera, sobre los panistas Mario Vázquez y Daniela Álvarez.
El avance morenista, sin embargo, fue contenido en cuatro distritos, entre ellos los dos de la capital, donde el alcalde Marco Bonilla capitaneó la estrategia de su reelección, a la vez que les marcó el ritmo a los aspirantes a diputados federales, el priista Alejandro Domínguez por el octavo y la panista Manque Granados por el sexto.
Incluso la candidata presidencial de la alianza prianista, Xóchitl Gálvez, resultó con mejores números en la capital del estado. Aquí tuvo una ventaja de 13 puntos sobre la morenista, lo que sólo ocurrió en contadas plazas del país, como ciudades de Guanajuato, Aguascalientes y en el súper panista distrito sexto de Nuevo León, con cabecera en Monterrey.
Lo que estaba en la mesa de discusión de los dirigentes de los partidos coaligados era ese fenómeno extraño que coloca a la capital como una ciudad que merece estudio político-electoral aparte. Pero, además, estaba el hecho de que eran casi nada los votos aportados por el PRI a esa alianza y menos los del partido reducido a zombie, el PRD, que está a punto de perder su registro nacional.
Las votaciones en los distritos federales y locales, en la contienda por la alcaldía y hasta en la elección presidencial, rondan en absolutos y relativos los que ya tenía el PAN en la bolsa, que de poquito en poquito los ha hecho crecer desde 2016.
La aritmética de la coalición quedó mucho a deber, pues en procesos pasados tenían cierto peso, sobre todo el tricolor, que ni se notó en los resultados de la alianza. Sin duda será tema de análisis por varios meses.
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Con retrocesos en distritos y municipios por todo el estado -algunos no perdidos, pero sí ganados con diferencias mínimas- en el PAN fue el alcalde Marco Bonilla el que se levantó como protagonista de la contienda y, por lo tanto, como el más fuerte tirador para proyectos futuros.
Vencidos en las urnas Mario Vázquez y Daniela Álvarez, aunque el primero ya sea senador como mejor perdedor en el estado, a Bonilla Mendoza le quedó despejado el camino para cuando menos encabezar las versiones de los futurólogos, que desde la noche del domingo en los reducidos festejos prianistas en la capital comenzaron a jugar con la sucesión por la gubernatura.
En efecto, no hay personaje dentro del PAN ni del PRI, si llega a ser perdurable la alianza consolidada en esta elección, que le pueda hacer sombra al reelecto alcalde de la capital, quien sacó el carro completo en su ciudad a pesar de un escenario tan adverso para los prianistas en gran parte del estado.
En los equipos de los candidatos ganadores de Chihuahua, de Nancy Frías, Joceline Vega, Alfredo Chávez, Carlos Olson y Carla Rivas, reconocen a Bonilla como el pilar de los liderazgos locales que les ayudó a sacar el triunfo de manera tan holgada que ni ellos lo esperaban.
La especie de ahorcamiento político estatal que representa el avance de Morena es el gran reto que deberán abordar esos grupos que empiezan a rodear al presidente municipal y a impulsar su crecimiento; otro reto será actuar con la debida cautela y el cuidado de las formas, para que no les resulte contraproducente su idea de posicionarlo.
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Hubo efectividad en la operación electoral de Marco Bonilla, no sólo defendiendo su espacio político de poder donde buscaba y logró la reelección, sino con el fin de aportarle a la causa de las candidaturas a diputados tanto locales como federales, y senadores.
Entre los votos de esta coalición y la que encabezaba Morena en diputados locales hay una diferencia en votos enorme, derivada del análisis por distrito, unos 144 mil sufragios, al corte del mediodía de ayer.
La mayor aportación de votos estuvo en los distritos 18 y 15, con una diferencia con el principal competidor de 25 mil y 28 mil sufragios, ¡53 mil votos entre ambos!; éste último fue la más grande diferencia, hasta el corte de ayer a la una pm.
Joceline Vega le puso una tundiza a José Ríos, de Morena.
Ese colchón de votos no sólo lo aportaron distritos de esta capital, sino también del interior del estado como el 21 de Hidalgo del Parral, con Guillermo Ramírez, con 10 mil de diferencia; o el 20, en Camargo, de Arturo Zubía, con un colchón de 12 mil sufragios.
Dato curioso, donde Morena fue en coalición barrió con PAN-PRI y PRD, y donde fue solo, recibió una paseada enorme, cuando el Verde y el PT pudieran haberle aportado aunque sea unos miles que pudieran haber emparejado la contienda.
Sigue sin haber explicación a esa decisión de comerse solos el mandado sin coalición; alguien pagará por ese capricho.
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En suma, frente al panorama desolador que dejo la elección del pasado domingo en el país, el liderazgo de Maru Campos en Chihuahua, hizo la diferencia. 
Ella entrega buenas cuentas porque conserva la mayoría en el Congreso local, de las 22 diputaciones, 14 se quedan en la Coalición y Morena se queda solo con 8 de las 9 diputaciones de Juárez; triunfa el PAN coaligado con PRI y PRD, en 34 de los ayuntamientos; acceden a la Cámara de Diputados federal con 4 de 9; y se obtuvo el acceso a la Senaduría por primera minoría.
Si bien Morena conserva el municipio de Juárez, el PAN obtuvo el triunfo en las siguientes principales ciudades: Chihuahua, Cuauhtémoc (donde se reelige Beto Pérez Mendoza), Delicias e Hidalgo del Parral.  En este último, arrebatándole la alcaldía al cacicazgo que se empezaba a formar con el Caballo Lozoya a la cabeza.
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Ocurrió un incidente en la instalación del Consejo General del Instituto Estatal Electoral, protagonizado por la representante de Morena, Virginia González Ramírez, enviada de no sabemos dónde, que encendió al representante de PRI PAN PRD, Jacques Adrián Jácquez Flores.
La representante leyó un documento que traía preparado y en él empezó descalificando a las autoridades locales, especialmente a la gobernadora, con adjetivos y epítetos al estilo de González Noroña, con acusaciones de intervención indebida en el proceso.
Eso fue lo que hizo que Jácquez pidiera la palabra para dirigirse al Consejo al instalarte esta mesa pero además le dirigiera algunas palabras a la enviada morenista.
Le dijo en pocas palabras que no hablara de lo que no conocía, en función de que desconoce la realidad de Chihuahua.
No recordamos alguna otra sesión donde haya estado el representante tricolor presente, ya que además es el coordinador en el estado de la coalición, o más bien dicho, del movimiento que conformaron los partidos PAN PRI y PRD. Lo tripula el fiscal de la zona centro, Heliodoro Araiza.
Afortunadamente ya en el transcurso del día no volvieron a coincidir ambos personajes y el ambiente se distendió.
El asunto causó extrañeza, porque precisamente Morena era y es el principal beneficiario de que las cosas se hicieran bien y en paz.