Empezaré este artículo, con motivo de la fecha, con una felicitación sincera a todas las madres, hoy que se celebra nuestro Día.
Abrazo con cariño a quienes tienen la fortuna de contar con la presencia física de cada una o cada uno de sus hijos. Pero, abrazo con sincera solidaridad y empatía, a quienes desafortunadamente han perdido un hijo o una hija (sea en un accidente, por enfermedad, homicidio o feminicidio). Y, de manera especial, abrazo sororamente, a las madres buscadoras, que no han podido identificar el paradero (vivos o muertos), de sus hijas o hijos desaparecidos.
En esta ocasión, quisiera compartir una grata anécdota de algo que me ocurrió hace unos días.
Participo en política, desde hace décadas. He andado en muchas luchas y causas con ese motivo.
Recuerdo lo complicada de la elección local para gobernador en 1986, en la confrontación entre Don Fernando Baeza y Don Francisco Barrio. A esto, incluso se denominó, como: “El verano caliente”, por lo álgido de la contienda. Luego, en el 92, gana la elección. Así que fue Gobernador Constitucional del Estado 1992-1998. El primero de extracción distinta al Revolucionario Institucional.
Nuestra entidad ha evolucionado, ha avanzado, hemos crecido mucho, lo que permite que estos dos grandes personajes de la vida pública, no solo de la entidad, sino del país, estén ahora coincidentes en una gran Alianza, concretada entre los partidos a los que cada uno de ellos pertenecen; es decir: PRI y PAN (más la suma del PRD). Fuerza y Corazón Por México.
Resulta que en esta semana, tuve la oportunidad de conocer (lo había visto y saludado solamente), al señor “Pancho Barrio”. Con toda su entereza, caballerosidad, amabilidad y con una sonrisa amplia, me saludó, me abrazó y me agradeció, que yo le diera la bienvenida en un acto político, en la sede del PRI, de Ciudad Juárez, pues, al parecer, es la primera vez que él ingresa en dicho edificio.
Posterior al festejo al que fuimos, estuve platicando por buen rato con él. Le pedí autorización para mencionarlo en este artículo.
Estuvo contándome acerca del sistema político de Canadá. Lo cual conoce muy de cerca, ya que se desempeñó por como Embajador de México, a partir de enero de 2009. Coincidimos, en que nos faltan muchos años de madurez política, para lograr una tradición democrática, con un esquema federal parlamentarista, aún siendo parte del “Commonwealth” inglés. Esto quiere decir, que forman parte de la monarquía de Reino Unido.
Según me explicó el Señor Barrio, allá en el país del norte, el ciudadano vota por su representante, llámese diputado. El Jefe de Estado es nombrado por el Rey. Y, el Primer Ministro, es el presidente del partido que tenga mayoría en la cámara de los comunes (diputados), en tanto que el Senado es por designación.
Es así, que de entre los propios legisladores, se ocupan de los distintos ministerios: educación, salud, energía, etc. No hay un gabinete ocupado por personas nombradas por el titular del ejecutivo, sino de entre los diputados.
Pero, además de eso, es muy importante la figura de la oposición, pues el partido que no tenga la mayoría, nombra a su vez a un “crítico”, que está vigilante del actuar de cada uno de los ministros de estado. Le hace señalamientos, lo conmina a cumplir su deber. Es llamada: oposición oficialista. (Aunque nos suene contradictorio o como antípodas esas dos palabras. Pues aquí lo “oficial” es contrario a “oposición”.
Además me contó algunas anécdotas personales. Como por ejemplo, que sus hijas estudiaron en Monterrey. Y sobre algunas reuniones.
En fin, para mí es muy significativa esa plática sostenida con un hombre admirable. A quien me tocó criticar en su momento (no a la persona, sino al gobernante). Como cuando le hacíamos marchas y plantones en el Palacio de Gobierno, durante su sexenio, en la lucha a favor de los derechos para las mujeres.
Agradezco su disposición, su franqueza y lo afable que fueron esos minutos en que tuve la posibilidad de convivir con Don Francisco Barrio Terrazas.
Ya es momento, de unidad, de fortalecer nuestra democracia.
Ya es momento…