“No hay camino hacia la paz; la paz es el camino”
Gandhi

Eirene, era la diosa griega de la paz; de ahí deriva este concepto: Irenología. 
Que significa: estudios para la paz. Es una disciplina académica; parte de las ciencias políticas y la sociología, que se ocupa de la paz y del estudio multifactorial de los conflictos.
Hace unos días, tuve la fortuna de participar en una mesa de diálogo, con representantes en Chihuahua, de una organización denominada a nivel nacional: COMNAPAZ. Cuyo lema es: “Elevando Conciencias”. Misma que se fundó hace 30 años, como un movimiento de jóvenes pacifistas, teniendo su origen en Puerto Vallarta, Jal., a iniciativa del Mtro. Hiram Valdez Chávez, fundador y presidente. La cual pretende transmitir a la infancia, juventud y sociedad en general, la importancia que esta ciencia tiene para los seres humanos, frente a acontecimientos violentos que se suscitan en el mundo y específicamente en nuestro país.
Aquí en la entidad, la preside una muy querida amiga, abogada y catedrática, Lluvia Ortega Santillán; quien me solicitó apoyo para organizar un evento, sí con candidatas y candidatos, pero más allá de que fuera algo político, fue más bien de reflexión, de análisis, de razones, de moral, de compromiso ético, de comportamiento aceptable, de respeto y de coincidencia.
Esta asociación propone un manifiesto de paz positiva, para que se concreten acciones legislativas y gubernamentales de los tres órdenes, muy específicas, que garanticen una cultura de paz, que no quede solamente en el papel o buenas intenciones, sino en una ruta de acción, de mayor participación y movilización de la ciudadanía, con base en estrategias para superar las condiciones de violencia a las que hemos llegado.
Retoma una iniciativa, que quedo detenida en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, desde 2010, denominada: Ley Federal de Fomento a la Cultura de Paz. Solicita la aprobación para la conformación de una Comisión Nacional de Cultura de Paz y No Violencia. Sugiere una reforma educativa, con perspectiva de Paz. Entre otras propuestas.
En los últimos años hemos sido testigos de como se ha acrecentado la violencia, en todas sus formas y modalidades. No solo hacia las mujeres, -aunque sí de manera remarcada hacia nosotras-; sino, en todos los ámbitos. Al interior de los hogares, por acción u omisión de los padres hacia los hijos (y lo que es peor, también de los hijos hacia sus padres), lo cual es más lamentable cuando se trata de adultos mayores en abandono. En lo laboral, con las diferencias salariales, acoso, mobbing, intimidación. En lo académico, con el aprovechamiento de ciertas personas que creen tener un poder por encima de sus estudiantes, o entre compañeras o compañeros de escuela, bullying, hostigamiento. En lo social, con todo tipo de discriminación, burlas, faltas de respeto. 
En fin, en todos y cada uno de los ámbitos en que nos desarrollamos, está latente el riesgo de sufrir algún tipo de violencia, en mayor o menor medida, pero todos estamos expuestos.
Es grave, -además-, lo que se ha vivido, sobre todo en los últimos días de las campañas políticas, con el asesinato o atentados en contra de candidatas y candidatos, de diferentes partidos, en diversas entidades del país.
Y ya no se diga, lo brutal y despiadado que puede llegar a ser el nivel de violencia, cuando se trata de grupos criminales, que ya no solo se confrontan entre sí, sino que arrebatan la vida a inocentes. Como fue el caso de Dante Emiliano, en Tabasco; cuyas últimas palabras fueron: “no me quiero morir”, luego de haber recibido varios disparos en su abdomen, por querer proteger a su madre de unos secuestradores, afuera de casa de sus abuelos y no haber sido atendido con prontitud en un hospital del municipio de Paraíso, que no contaba con los materiales e insumos para salvarle la vida. Indignante. 
La Cultura de Paz, no debe definirse por lo que no es, en términos de ausencia de violencia o conflicto. Sino, -por el contrario-, debe ser un concepto dinámico, como presencia de justicia, armonía social y prosocialidad, en beneficio de todas y todos.
Ya es momento, de acabar con la polarización en nuestro país. Momento de erradicar el discurso de odio. Ya es momento de respetar el pensamiento plural. Momento de entender los puntos de coincidencia que podemos tener dentro de nuestras diferencias ideológicas.

Ya es momento…