Meses después de la reprobable y totalmente antidemocrática matanza de estudiantes y demás ciudadanos en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco (Ciudad de México) del 2 de octubre de 1968, un reconocido político de izquierda declaró –palabras más, palabras menos-, que “los regímenes impermeables a las reformas se convierten fácilmente en reaccionarios, que constituyen el refugio de todos los que aprovechan las situaciones creadas y unen a ellas sus intereses personales.
Afirmaba que para esas personas, todo cambio, toda transformación significa un derrumbe o un desastre; pero que, los que persiguen el mejoramiento de las instituciones, del pueblo y del país, en cada muro que cae aprecian la esperanza de otro nuevo que serás levantado”.
Realidad, que por años estuvo ¿está? vigente en los EUM, y en algunos casos sigue vigente en Latinoamérica y el Caribe; apuntalada por no pocos medios de comunicación masiva venales, conocidos comúnmente como chayoteros: televisión, radio, periódicos, multimedia.
Eso$ valore$ entendidos, entre gobernantes y “La Prensa Canalla” o “Los medios de comunicación como vanguardia de las corporaciones” (René Bartillac), todavía persisten en gobernar a sus pueblos si tomar en cuenta la voluntad de los ciudadanos, de los votantes que es la que origina todo poder; dando lugar, además: a la auténtica DEMOCRACIA PARTICIPA.
Claro ejemplo de la aplicación cotidiana de esas políticas antidemocráticas aquí en México, fueron las seguidas por los regímenes neoliberales a partir de 1980 hasta el gobierno prianista de Enrique Peña Nieto, en que, con una mentalidad enfermiza, día tras día se lanzaron en contra del fundador de MORENA e impulsor de la Cuarta Trasformación (4 T) de los Estados Unidos Mexicanos: ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Preponderantemente durante todo el sexenio (2018-2024) en que asumió y prosiguió con la excepcional responsabilidad de dirigir los destinos de la Patria y Matria Mexicana.
Por fortuna, los medios tradicionales de comunicación masiva como Televisa, TVAzteca, Radiofórmula; diarios como Reforma, El Universal, Excélsior…, así como las revistas Siempre, Proceso, Nexos, Letras Libres…, dejaron de percibir los multimillonarios “subsidios” por parte del gobierno federal y no pocos gobiernos estatales en turno, llevándolos a su caída tanto financiera como en sus ediciones, difusión y circulación.
Lógica y evidentemente, esas predichas empresas de la información y de la comunicación perdieron “rating” o crédito y credibilidad entre la opinión pública, entre la población y diversas etnias que habita en el medio urbano y rural.
En ese contexto, para tener información verídica y permanente entramos al siglo XXI con el amplio y generalizado uso de los medios digitales interactivos de la comunicación como el internet, los dispositivos móviles (celulares, tabletas) y las “benditas” redes sociales y/o youtubers, que nos permiten estar conectados en todo momento para informarnos rápida y eficientemente.
De tal manera, las REDES SOCIALES o los progresistas youtubers han hecho posible que los ciudadanos, que la población en general puedan tener delante de sí, y muy cerca a los gobernantes de los tres niveles; que puedan darse cuenta y apreciar los más característicos movimientos de su rostro, escuchar sus palabras con claridad y contemplar escenas interiores del ejercicio público-gubernamental, en condiciones mejores que los que están presentes.
De ahí la clara y decisiva aprobación y apoyo que el 80 por ciento de los mexicanos le brindara hasta el último día de su mundialmente reconocido mandato al ya expresidente. ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Desde la primera “mañanera” y las giras que realizó semana tras semana por todo el territorio nacional, incluyendo los sábados y domingos, desde los niños hasta los ancianos, las diversas etnias originarias y demás pobladores del campo y la ciudad; percibieron, vieron y sintieron a un AMLO sorteando exitosamente todo tema teórico-político y socio-económico, relativo a la cosa pública nacional e internacional. Constatando de igual manera, su admirable condición física.
Eso de levantarse de lunes a viernes a las 4 o 5 de la mañana para presidir las reuniones con el gabinete de la seguridad pública, para saber cómo se encuentra la nación en ese rubro; de ahí pasar a sostener las muy aceptables MAÑANERAS en diálogo circular con reporteros locales, nacionales e internacionales para salir bien librado de las variadas preguntas, algunas tendenciosas, insidiosas o puntillosas; desde que tengo uso de razón, no lo vi o supe en ningún expresidente a partir de 1940.
Recuerdo que al año y medio del régimen de la edificación de la 4 T, le comenté a algunos miembros de mi amada familia y a otras personas cercanas, que a la mejor el presidente AMLO no iba a aguantar el ritmo de las mañaneras, que quizá convendría que las programara para realizarlas sólo por tres días a la semana. Reconozco ahora, que rotundamente me equivoqué.
Qué altura de adalid de la izquierda, soportó los peores insultos de ciertos y bien ubicados “políticos y políticas” de la derecha, de potentados, de tristemente personas que “no tienen ni en qué caerse muertos. ¡Vamos, algunos le desearon ¿cristianamente?, hasta la muerte!
Cómo olvidar los días en que el presidente AMLO sufrió una infección en su ojo derecho, no faltaron esos faltos de toda moral, que se alegraron y esperaban que se agravara su “mal” y perdiera el ojo.
Eso y tantos hechos más pudiéramos seguir narrando del desempeño patriota, nacionalista, humano que demostró durante sus seis años de óptimo desempeño como Presidente Constitucional, Legal y Legítimo de los Estados Unidos Mexicanos.
BIEN GANADO SEÑOR AMLO, EL HABER QUEDADO EN LAS PÁGINAS DE LA HISTORIA DE MÉXICO Y DE LA HISTORIA UNIVERSAL: COMO EL MEJOR Y GRAN PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.