Se llegó a la última recta de este 2025, otro año más que finaliza muy bien para nuestra transformación y, sobre todo, para millones de mexicanas y mexicanos a quienes les han impactado de manera directa las políticas públicas de este nuevo episodio de nuestra nación.
Sobre todo, hay que recordar que durante el mes de noviembre la oposición impulsó una campaña negativa en contra de la Cuarta Transformación. Aprovechándose de manera carroñera de las desgracias y del sufrimiento público, desataron en redes sociales y medios de comunicación una guerra fratricida en la que acusaban de todos los males del mundo a la presidenta, a Morena e incluso al expresidente Andrés Manuel López Obrador. Fue casi un mes completo en el que usaron todo a su alcance para atacar al gobierno de México.
Se valieron del tema de la seguridad, de una supuesta “insurrección” de jóvenes a la que intentaron llevar a las calles para encabezar los anhelos opositores de “derrocar” a un gobierno democrático y con un respaldo popular que se reflejó en más de 36 millones de votos en 2024. Exhibieron su talante traidor y vendepatrias al pedir una incursión militar de Estados Unidos en territorio mexicano e incluso salieron a defender el robo y acaparamiento de agua; de todo. No se alían con el diablo porque este no se les arrima con temor de que le roben la billetera.
Y con algunos datos para ponerle sabor a las próximas reuniones familiares y de amigos en estas fiestas navideñas y de Año Nuevo —porque somos “chairos” y nos encanta darle sazón a las reuniones con comentarios políticos—, adelantándonos a esos debates, les recomiendo recordar que nuestro líder moral e histórico, Andrés Manuel López Obrador, resurgió de su estado de ermitaño en el que él mismo se impuso para dedicarse a escribir libros, y claro, regresó con un video de casi una hora en el que anunció su nuevo libro Grandeza, cosa que retumbó duro en todos los medios de comunicación, no se diga en las plataformas y redes sociales. Dicen que a dos que tres prianistas hasta un “válgame” se les escapó al volver a escuchar la voz de nuestro querido AMLO.
Una semana después, el pueblo de México volvió a demostrar el apoyo, respaldo y cariño que tenemos por esta nueva etapa de la transformación, con una movilización masiva desde todos los rincones del país. Personas que acudimos hasta el Zócalo de la Ciudad de México para celebrar estos primeros siete años de la transformación. Así que cientos de miles, con gran gusto y orgullo, fuimos a respaldar a nuestra presidenta Claudia Sheinbaum; sin duda, un momento histórico que nos llena de energía a quienes impulsamos esta transformación.
Fue doloroso, sí, para el PRIAN, que cree que con millones de pesos gastados en bots, cuentas falsas y algunos “influencers” —que solo se dejan influenciar por el dinero— sería suficiente para, es más, ni siquiera sabemos qué es lo que pretendían hacer, porque en un Estado democrático como México se necesita pueblo y democracia para encabezar los destinos del país desde el gobierno. Pareciera que, ante su derrota electoral y moral, a la oposición solo le queda la violencia, como bien lo dijo el dirigente nacional del PAN hace algunos meses.
Y para Chihuahua, con mucho festejo se tomó la aprobación de las nuevas leyes de aguas, en las que finalmente se comenzará a poner orden a todo el acaparamiento, robo y sobreexplotación de este importante recurso de la nación. Sobre todo para quienes padecen la falta de agua en sus hogares, deberán comenzar a verse cambios que permitan que este derecho se refleje y que, por el bien de nuestro estado, se cuide este valioso recurso natural. El agua es del Estado y del pueblo de México; además, es un derecho humano, no una mercancía.
Y aunque aún faltan algunos días para terminar el año, las buenas noticias para México siguen acumulándose. Tan solo esta semana, el Banco Mundial —ente económico internacional en el que el gobierno de México no tiene influencia ni incumbencia— dio a conocer que, en México, con la política de bienestar y los aumentos salariales, en siete años de gobierno de la Cuarta Transformación disminuyó en 13.6 por ciento la población en situación de pobreza y aumentó en 12.4 por ciento la clase media. Tengan para que aprendan.