Según me cuentan, nací en el hospital del ISSSTE; tuve este servicio médico por años, como beneficiaria de mi señor Padre. (La persona que más admiro en el mundo). Por ello me siento identificada y me solidarizo con quienes padecen, sobre el tema que voy a tratar enseguida, en este editorial.
El Profe Durán, como mucha gente lo conoce; es egresado de la Normal del Estado, de la Normal Superior y ya luego hizo algunos posgrados. Trabajó toda su vida, combinando la cátedra con algunos cargos públicos. Prestó sus servicios por casi 40 años y se jubiló, (hace ya mucho tiempo), del sistema federalizado. Es decir, es jubilado del ISSSTE. Con las leyes anteriores, que no eran tan fatídicas como las que ahora se proponen; aún así, sufrió un decremento considerable en sus ingresos, por haber un “tope” salarial. Desde hace muchísimo que el magisterio federal ha venido pidiendo la homologación con los estatales, quienes no tienen ese “tope” y que además cuentan con jubilación dinámica. Aunado a otras diferencias que existen en las prestaciones de unos y otros.
Es así, que muchas maestras y maestros, confiaron en las mentiras de la -ahora Presidenta-, que les aseguró mejorar sus condiciones laborales y económicas, no sólo a las y los maestros, sino a todos los empleados del Gobierno Federal, que cotizan al ISSSTE. Falaz. Como en todo.
Resulta que se debate en estos días, la iniciativa enviada por la señora Sheinbaum; ya que perjudicará de forma significativa a quienes cotizan al ISSSTE; pues, se pretende que las aportaciones tanto en el rubro de servicio médico, como en el de prestaciones sociales, se calcule considerando el salario integrado.
Trataré de explicarlo con números: se dice, que la reforma, solo afectará a quienes ganan más de 10 UMAS (Unidad de Medida y Actualización Mensual); o sea: $34,394.60. Podrá pensarse que son pocos los que perciben ese sueldo; sin embargo, sí son muchísimos y serán bastante más, si se le suman a su sueldo base, todas las prestaciones a que -como trabajadores-, tienen derecho.
Entonces sí dañaría a una enorme cantidad de empleados federales, que los descuentos que les hagan, se calculen sumando todas sus percepciones. No solo al magisterio, sino a todos los burócratas federales, empleados de salud, policías, personal del legislativo y el judicial; sean sindicalizados o de confianza. El golpe va para todos.
Se estarían afectando a más de 720 mil trabajadores que cotizan en el ISSSTE, que aportarían mucho más, a pesar de las carencias de infraestructura, desabasto de medicamentos, así como tardanza en cirugías y consultas que existen en las clínicas y hospitales del ISSSTE.
Que yo sepa, no viene en el presupuesto federal, el dinero necesario para construcción de hospitales en nuestra entidad; o para ampliación o rehabilitación de los espacios existentes e insuficientes. Solo quieren más dinero, pero no es para beneficio de los propios derechohabientes de la Institución.
Con la iniciativa, se pretende generar ingresos adicionales para las arcas públicas, de aproximadamente 11,100 millones de pesos anuales, castigando a una buena parte de los trabajadores.
Por otro lado, la reforma pretende absorber el fondo para vivienda (algo similar al dinero que se robaron del INFONAVIT); para “supuestamente”, construir vivienda por parte del gobierno y luego arrendarla o venderla a sus trabajadores. Con esto no se garantiza que sean viviendas dignas, en buenas zonas en las ciudades, que sea accesible en términos económicos y en cuestión de ubicación y movilidad, ni que cuenten con todos los servicios. Es una manera más, que está buscando el gobierno de Morena, para allegarse de dinero que no les corresponde. “No tienen llenadera”.
La reforma es un tremendo impacto a la economía de las y los trabajadores. Las aportaciones se incrementan entre 260% y 470% dependiendo del nivel.
A pesar de que el trabajador realizará una mayor aportación mensual, NO se incrementa su ahorro para su pensión, es decir, la mayor aportación es exclusivamente para el “seguro de salud” y NO para la seguridad social.
Al parecer, habrá una mesa de diálogo. Esperemos que lleguen a acuerdos.
Ya es momento, de frenar la reforma. Momento de decirle no a las pretensiones de la Presidenta. Ya es momento, de velar por las y los trabajadores mexicanos al servicio del gobierno federal.
Ya es momento…