Contrariamente a un mito popular, los avestruces no entierran la cabeza en la arena con la finalidad de esconderse ante un conflicto o la amenaza de un depredador; por el contrario, en el lugar escogido para incubar los huevos, con el pico y la patas hacen los nidos, esto es, una depresión u hoyo en el suelo donde depositan los huevos.
El movimiento con el que pareciera pretenden esconder la cabeza ante un problema, en realidad es para mover los huevos y lograr una mejor incubación de los huevos; ambos padres se turnan para sentarse sobre los huevos, que periódicamente giran con el pico[1].
Además, los avestruces alcanzan velocidades de 70 km por hora, cuentan con patas que pueden ser armas formidables, de tal modo que las patadas de avestruz pueden matar a un humano o a un depredador potencial como un león. Cada pie de dos dedos tiene una garra larga y afilada.[2] Lo que hace evidente que no reaccionaría de una forma absurda como esconder la cabeza para evitar un conflicto.
La idea errónea de que el avestruz esconde la cabeza en la arena para escapar de los peligros, es lo que se conoce como el efecto avestruz, este hace referencia a aquel hecho en el que una persona ignora o evita enfrentar una situación o problema desagradable o incómodo, a menudo con la esperanza de que desaparezca por sí mismo si no se le presta atención.
Este comportamiento por el cual se ignora una situación o problema, es común observarlo en diversos contextos, por ejemplo, o vemos en algunos maestros que por no “meterse en problemas” o “evitar la fatiga” evaden enseñar conforme a la verdad a los alumnos, prefieren la comodidad, el utilitarismo o mantener su estatus y empleo a oponerse a los errores, renuncian a poner a sus alumnos en el camino que conduce al conocimiento verdadero y el progreso.
El efecto avestruz también lo podemos ver en los miembros integrantes de la familia, un ejemplo se aprecia en los problemas de salud, algunas personas evitan realizarse chequeo médico, por temor a que les diagnostiquen una enfermedad grave, aunque el síntoma sea menor y realmente no se trate de una enfermedad de cuidado, perciben un miedo grave imaginario.
De igual modo este efecto lo vemos en las instituciones públicas y privadas, en donde quienes tienen el deber de decidir o dirigir y ordenar al personal, son tibios a la hora de mandar, de tomar providencias o poner orden, estas personas prefieren evitar confrontaciones dejando que otros decidan por ellos. Triste la granja donde manda la gallina que más cacaraquea.
En el fondo de este efecto, en realidad vicio, encontramos el miedo, irracional o excesivo, desmedido o descontrolado, por el temor que se produce al percibir un mal o peligro que amenaza la estabilidad física, emocional, laboral de la persona, por ejemplo, perder el trabajo, etc.
El efecto avestruz es un vicio, es una falta de coraje, cobardía, hay ausencia de valentía, este implica una forma de evasión frente a problemas difíciles, la negación de éstos, que en su momento acarrea consecuencias peores a largo plazo debido a la falta de acción, hace evidente la debilidad de carácter de quien le da la vuelta al problema o patea el bote para más adelante.
En otras palabras, la persona no tiene carácter debido a la falta de la virtud de la fortaleza y su componente la valentía; de tal modo que no tiene constancia y determinación, especialmente cuando hay un peligro real o una adversidad que requiere tomar acción.
La mejor manera de combatir ese vicio es través de la práctica de la virtud de la fortaleza, la cual permite a las personas enfrentar el miedo o peligro que nos produce una situación, de una manera adecuada y razonada, sin caer ni en la parálisis (exceso de miedo) ni en la pusilanimidad.
[1] https://www.nationalgeographicla.com/animales/avestruz#:~:text=Todas%20las%20hembras%20del%20grupo,docenas%20de%20huevos%20de%20gallina.
[2] https://zooatlanta.org/animal/ostrich/