Existen tantos temas en el tintero, para reflexionar en estos días; que si el presupuesto con sus múltiples recortes en rubros importantes; que si mayores impuestos que habremos de pagar para que el gobierno tenga más de donde robar o comprar votos; que si la ley que libera a extorsionadores o les reduce penas; que si las leyes en materia de migración; que si limitaciones y prohibiciones en temas del agua para el campo y todos los sectores productivos; o que si se empalma la revocación de mandato, con las elecciones concurrentes de 2027, para que el nombre de Claudia Sheinbaum vaya en la boleta; esta pequeña lista es solo por mencionar algunos puntos de lo que suena en la agenda nacional.
Como siempre, el gobierno de la transformación de cuarta, desea acaparar todo: recursos, narrativa, reflectores, todo de todo.
Algo que trae verdaderamente preocupada a la Presidenta (“con A de mujer”…sic); es lo relativo al llamado ciudadano que se está haciendo en más de 75 ciudades del país, para salir a marchar por las calles, el día de mañana, 15 de noviembre. Ya sea que se la adjudiquen quienes han determinado llamarse “Generación Z”, “Movimiento del Sombrero”, “Frena”, “México Unido”, o quien sea. O “la oposición”, como lo ha asegurado Claudia. Quien convoca es lo de menos.
Los mensajes que están llegando a la ciudadanía en general a través de todas las redes sociales, es que se hace un llamado pacífico, que México se levante. Que tomemos acción ante todo lo que está ocurriendo, sobre todo en cuestión de violencia e inseguridad.
Ya se ha visto en estos siete años, que en algunos movimientos, han sido ellos mismos, (los de Morena), quienes infiltran “porros” y “matones”, para generar destrozos y así desvirtuar la libre expresión y buena intención de los organizadores. Este sábado, saldrá la titular del ejecutivo federal, a culpar al pasado, a Calderón, a quien sea, para restarle valor a la movilización libre, consciente, espontánea, pero sobre todo “real y verdadera”, de quienes estamos cansados del populismo, del gobierno vinculado a los criminales y que deseamos cambiar para bien, a nuestro muy querido México.
En un primer momento, se pretendía, -por parte del gobierno federal-, minimizar las manifestaciones suscitadas, tras el artero crimen de Carlos Manzo. Afirmaron, que eran “bots” que querían dañar la imagen de la mandataria. Al ver cómo ha ido creciendo el hartazgo de las y los jóvenes y que se están organizando, no podrán negar que se trata de un reclamo generalizado de Paz y Justicia.
Se les hace fácil a los de Morena, manipular conciencias, comprar voluntades, ponerle precio a la dignidad de las personas. Lo que no han previsto, es que ese estado de cosas, puede cambiar. Que “ni todo el amor, ni todo el dinero”, son para siempre. La juventud está dándose cuenta y está despertando.
Ojalá que todos estos movimientos sirvan para algo. No para que el gobierno se responsabilice y ponga orden; ya que ellos obedecen a otros intereses, a los del narco, a quienes les deben demasiados favores. Así que no, no tomarán las riendas o acabarán con la impunidad o la ola de violencia. Porque no quieren hacerlo. Pero que al menos, vean cómo van perdiendo “popularidad”, y que por la vía democrática, este país retome su rumbo.
Con todos los yerros que pudieron haber tenido los partidos que han gobernado (sea el PRI o el PAN), por lo menos no estaban en contra de las y los mexicanos. Como dijo Peña Nieto, ningún Presidente se levantaba pensando como “joder a México”, aunque estos últimos dos (AMLO y Sheinbaum), si lo hacen día con día.
Es tal el temor de la señora Sheinbaum, que ha mandado blindar el Palacio Nacional. Es bastante costosa la colocación de las vallas metálicas. Más allá del dinero gastado, es su contradicción, que por un lado haga parecer que las marchas son cosa de nada y por otro suponga que habrá actos violentos de parte de los manifestantes. Además, qué clase de persona es, que se está preocupando por saber ¿quién está detrás de la convocatoria? Cuando lo realmente alarmante para un gobierno, debería ser la razón por la cual se llega al extremo de hacer esas marchas. Debería estar buscando grandes soluciones a los grandes problemas.
No son Fox, ni los legisladores priistas, como ella lo ha mencionado. Incluso quiso bromear, diciendo: “No son muy de la generación Z, ni a chavorrucos llegan pues”.
No es un tema de edad o segmento poblacional. La inseguridad nos afecta a todas y todos por igual; en las ciudades como en las rancherías; a los grandes o medianos empresarios como a pequeños comerciantes; a profesionistas como a estudiantes e incluso niñas y niños; a los padres, como a los abuelos o sus nietos. A las mujeres, comunidad LGBTQ+, como a heterosexuales. No hay distingo alguno, para ser potenciales víctimas de ataques armados, retenes, clandestinidad, huachicol, extorsiones, secuestros, robos, homicidios, etc.
Ya es momento, de no dejarnos engañar con el discurso oficialista. Momento de salir a la calle. Ya es momento de despertar y actuar. Momento de dar la espalda a los coludidos con los carteles.
Ya es momento…