-Una desconocida de la 4T sale al quite
-Desfilaron armados cadetes sin porte de armas
-El porfirismo ya está aquí, le reviran a Sheinbaum

Al atender a los productores del campo que reclaman revisar y no aprobar a ciegas las reformas a la Ley de Aguas planteada por Palacio Nacional, el diputado coordinador de los panistas en el Congreso del Estado, Alfredo Chávez, no pudo evitar salir con las domingueras.
Tras el zafarrancho ocasionado por un traidor de la lucha campesina -Martín Solís, conquistado por la corrupción del gobierno de Javier Corral-, fue Chávez Madrid el que condujo la expulsión civilizada de quien fue visto como mero enviado del ahora senador de Morena para enterarse del movimiento campesino de protesta en contra de la 4T.
“Hay tres grandes problemas: el gusano barrenador, los granos, y ahora la Ley del Agua. Y ahora le agregaría un cuarto: el gran problema son los pend... que hacen leyes, que nunca han pisado un surco y nos quieren imponer una ley”, dijo el legislador, ante la concentración de productores la tarde del jueves en la torre legislativa. El video que documenta la expresión completa está disponible en la versión digital de GPS.
El panista controló el escenario y logró ser escuchado por los productores del campo, en la reunión que no fue atendida por los legisladores de Morena, ni los federales ni los estatales. Sólo acudieron representantes del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano.
Al participar como uno de los oradores, insistió en que sería cobarde por parte de los diputados de todos los partidos no defender a los campesinos con la ley en la mano.
“Quiero decirles, compañeros, que hoy vinieron a provocar con un tal Solís, que está vinculado a actos de corrupción. Y por eso qué bueno que lo corrieron. Porque este movimiento no es de partidos. Este movimiento es de chihuahuenses que quieren poner primero la frente, el corazón, el trabajo, el esfuerzo y el patrimonio de las familias en la lucha permanente”, dijo.
“Yo creo que en la Ciudad de México no saben lo que es sembrar en el desierto. Lo más, lo más ilógico, lo que yo no podía creer como abogado cuando leí la ley, fue que ahora ser agricultor es ser delincuente. Que ahora tener un presón es producto de cárcel. Que ahora por buscar agua se puede dar una orden de aprehensión”.
El encuentro convocado por el Legislativo Estatal, sin diálogo con los que sí promueven las reformas, básicamente dejó la puerta abierta para elevar el nivel de las protestas, en las que van unidos los campesinos y los transportistas, el binomio indivisible del sector económico de los alimentos en el país.

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Precisamente el dirigente barzonista y funcionario del área rural en la administración de Javier Corral, tenía muy clara la intención de “reventar” la mesa de análisis sobre la iniciativa de reforma a la Ley Nacional de Aguas, que sostuvieron legisladores federales y locales del PAN, PRI, MC y Verde, con al menos 300 productores agropecuarios de diversas regiones del estado, la tarde del jueves en el mezzanine del Congreso de Chihuahua.
Sin ser invitado, Solís llegó a la Torre Legislativa cobijado por el diputado local morenista Oscar Avitia, quien lo apuntó sin más en la lista de oradores y de pasadita justificó públicamente la ausencia de la senadora guinda Andrea Chávez.
Las muecas de sorpresa en el presídium fueron notorias. No tardó la protesta de los campesinos por la presencia de Solís, a quien no bajaron de traidor. Incluso uno de los productores intentó retirarlo por la fuerza del pódium.
Luego de varios minutos de tensión, el coordinador de la bancada panista, Alfredo Chávez, le pidió desalojar el recinto.
La estrategia fue por demás clara. Los senadores y diputados federales morenistas por Chihuahua no atendieron la convocatoria con el argumento de que fue hecha con solo 24 horas de anticipación.
Pero eso, Oscar Avitia fue el operador de una consigna evidentemente orquestada por el patrón de Solís, el exgobernador Corral.
Entre los presentes que recibieron y escucharon a los productores, estuvieron las diputadas federales Rocío González y Manque Granados, por el PAN; Tony Meléndez, del PRI, Alfredo Lozoya, de MC;
también el senador, Mario Vázquez, del PAN; así como las y los diputados locales Guillermo Ramírez, Alfredo Chávez, Francisco Sánchez, Octavio Borunda, Arturo Medina, Saúl Mireles, Yesenia Reyes, Arturo Zubía, Jaime Torres, Roberto Carreón, Ismael Pérez, Alma Portillo, Jorge Soto, Carlos Olson y Óscar Avitia.
Quedaron vacías las sillas de los representantes legislativos federales de Morena, los senadores Andrea Chávez, Juan Carlos Loera y Javier Corral; los diputados federales Armando Cabada, Daniel Murguía y Teresita de Jesús; así como la de Alejandro Pérez Cuéllar, del Verde.

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En medio de la polémica por las propuestas para la Ley General del Agua y la Ley de Aguas Nacionales, fue una desconocida de la 4T, la diputada federal Greycy Durán, de Cuauhtémoc, postulada por el Partido del Trabajo, la que salió al quite a dar una luz de esperanza a los productores del campo.
Según la información que circuló desde la Cámara de Diputados, la chihuahuense asentó que la presidenta, Claudia Sheinbaum, está dispuesta a modificar su iniciativa en los puntos que mayor conflicto generan, sin perder los objetivos planteados: garantizar el derecho humano al agua; evitar su mercantilización; reforzar la rectoría del Estado; imponer regulación más estricta y fundamentar desde la norma el Plan Nacional Hídrico.
Las demandas de los productores del campo de Chihuahua no chocan con esas directrices, pero sí con sinsentidos como mayor burocratización y despojo de facto de las concesiones, las multas exorbitantes por faltas administrativas simples y otros reclamos que, hasta ahora, siguen sin atenderse por la aplanadora de Morena, acostumbrada a pasar las propuestas presidenciales sin moverles una coma.

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Nadie en la Policía Municipal sabe de quién fue la idea, pero entre los mandos viejos y colmilludos de la corporación llamó la atención que en el desfile por el Día de la Revolución, los cadetes en formación en el Instituto Superior de Seguridad (ISSCUU) marcharon con rifles de asalto en mano.
Aparecen los elementos impecablemente uniformados como estudiantes de la escuela policial municipal, lo que indica, con toda claridad, que no tienen el porte de armas necesario ni la certificación de la Secretaría de la Defensa Nacional para andar así en las calles.
Las armas parecen abastecidas (puede verse en la imagen en la versión digital de GPS), con su cargador instalado, a pesar de ser reguladas con ordenamientos federales que impiden su uso a los civiles y también a quienes todavía no son policías.
De ahí el detalle que prendió los comentarios negativos entre los mandos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, por tal elemental falla que refleja ignorancia jurídica y representa un alto riesgo para todos, porque no son resorteras ni pistolitas de juguete, al contrario.
¿O a poco las leyes en el país cambiaron para que los cadetes -no policías ni soldados profesionales- puedan desfilar con armas de alto poder en las calles? ¿O a poco ya les dieron su porte de armas y ni graduación tuvieron?

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Vaya que le han salido respondones, en el llamado círculo rojo, tanto al discurso de la presidenta Sheinbaum como al formato del pasado desfile del 20 de noviembre.
Si bien la movilización de la llamada Generación Z fue un contundente fracaso por su escasa asistencia, el hecho es que el otrora magnífico desfile se redujo notablemente.
Se justificaban las medidas extremas de seguridad, pero al mismo tiempo se evidenció el temor que les causa la Generación Z, misma que se empeñan en minimizarla.
Todo el primer cuadro de la ciudad fue cercado por miles de policías que se apostaron en calles aledañas al Zócalo y más allá, hacia los cuatro puntos cardinales.
Incluso durante el paso del desfile, en la Plaza de la Constitución, dos filas de elementos del Ejército y de la Guardia Nacional, vigilaban atentamente al graderío.
Por primera ocasión se acortó el trayecto de los contingentes militares, que en lugar de concluir como siempre en Campo Marte, lo hicieron en el Monumento a la Revolución.
En cuanto al discurso, algunos de los “comentócratas” a los que todos los días tunde Sheinbaum en Las Mañaneras, le detectaron severas inconsistencias.
En su afán por equiparar a la oposición con el porfirismo, la mandataria arengó que ahora se respeta el voto, sin aludir a las elecciones judiciales del dos de junio, dictadas en los “acordeones”.
Una aseveración muy vulnerable fue que, con el movimiento de la transformación se acabaron los lujos en el poder, porque se gobierna con ética y honestidad pero haciendo de lado los casos domésticos de excesos y corrupción.
En fin, clavó muchas Sheinbaum y por ende revivió de más a la convaleciente oposición.