El pasado martes, el futbolista venezolano Miguel Navarro vivió un indignante episodio de xenofobia durante el partido entre Talleres de Córdoba y São Paulo por la Copa Libertadores. Luego del gol de la victoria del equipo brasileño, el jugador paraguayo Damián Bobadilla presuntamente insultó a Navarro llamándolo “venezolano muerto de hambre”. El zaguero, visiblemente afectado, consideró abandonar el campo tras el agravio, pero decidió mantenerse en juego para no perjudicar a su equipo, que ya había agotado los cambios.

Este acto lamentable no quedó en silencio. A través de sus redes sociales, Navarro expresó su dolor e indignación, calificando el insulto como un reflejo de "pobreza mental" y anunciando que llevará el caso hasta las últimas consecuencias. Talleres de Córdoba respaldó por completo a su jugador, emitiendo un comunicado en el que condena de forma enérgica el acto de discriminación y reafirma su compromiso con el respeto, la inclusión y la igualdad dentro y fuera del campo.

La reacción ante el caso ha sido contundente. La Policía Militar intentó presentar a Bobadilla ante la Justicia Penal Especial, pero el jugador ya se había retirado del estadio. Este episodio ha encendido nuevamente la alerta sobre el racismo y la xenofobia en el fútbol sudamericano, dejando claro que, más allá del deporte, sigue siendo urgente combatir el odio y la discriminación en todas sus formas. Miguel Navarro no solo representa a su club, sino también a un país que exige respeto y dignidad.