La cola en perros y gatos cumple funciones de equilibrio y comunicación, pero su ausencia puede deberse a causas congénitas, selección genética de ciertas razas o amputaciones, estas últimas con graves consecuencias para su bienestar.
Cuando un animal no tiene cola, compensa en su movilidad, pero sobre todo cambia su forma de expresarse. En lugar de fijarnos solo en el rabo, es importante observar otras vías de comunicación como la postura corporal, las expresiones faciales, vocalizaciones y el contexto de la situación.
En los perros, la alegría puede mostrarse con el movimiento de la parte posterior, expresiones relajadas, juegos y ladridos suaves. En los gatos, en cambio, mover la cola indica nerviosismo, no felicidad; para identificar su alegría debemos atender a su cuerpo relajado, ronroneos, frotamientos, maullidos cortos o cuando se tumban mostrando la barriga en señal de confianza.