Guadalajara, México.- "Ya no podía callar", le dijo la víctima a su madre el día en que por fin rompió el silencio sobre años de presuntos abusos sexuales por parte del ex futbolista Omar Bravo.

El ex delantero de Chivas enfrenta una investigación judicial fortalecida por material probatorio que, según fuentes cercanas al expediente, incluye 42 capturas de pantalla de conversaciones vía chat, así como un video (grabado por la propia víctima) en el que se ve al deportista haciendo peticiones directas a la adolescente de tipo sexual.

Estas pruebas fueron incorporadas a la carpeta de investigación como indicios claves por la Fiscalía de Jalisco. A ellas se suman el testimonio de la propia víctima, así como el de su madre.

Las fuentes consultadas describen que la Fiscalía clasifica al acusado como un "sujeto con acceso cotidiano a la víctima en un entorno de confianza familiar". El testimonio asentado señala que la menor habría estado expuesta a acercamientos de carácter sexual con frecuencia, en momentos donde el acusado coincidía en el domicilio familiar.

En su declaración, la madre de la víctima señaló que estos hechos comenzaron en 2019, durante un convivio familiar. La denunciante afirmó que la niña tenía 10 años en ese momento, y que el ex futbolista se encontraba bajo efectos del alcohol. Ese episodio es considerado el punto de origen de las agresiones.

La conversación que activó la denuncia se dio el 29 de septiembre de 2025. Alrededor del mediodía, la mamá recibió un mensaje del novio de su hija, un joven de 17 años. Le pidió hablar de algo delicado relacionado con la menor. Por la tarde, él acudió a la vivienda y le solicitó a la madre conversar fuera de casa, donde pudieran estar apartados.

Tras recoger a su hija en la escuela, la madre accedió a trasladarse con ambos a la casa club del coto. Fue ahí donde la adolescente relató lo que -según la declaración presentada ante la Fiscalía- habría ocurrido desde tiempo atrás mientras la familia convivía con Omar Bravo.

El ex futbolista intentó tener relaciones con la menor varias veces. Incluso, según fuentes cercanas al caso, le ofreció dinero a cambio.

La historia de abusos empezó el Día de las Madres de 2019, cuando la niña tenía 10 años y Omar estaba ebrio. Primero le dijo que quería jugar que él "se convertiría en un niño de su edad" y, más tarde, le tocó los genitales cuando ella estaba acostada.

A partir de ese momento, el contacto físico de parte de él aumentó, bajo distintos pretextos, cuidando que nadie más se diera cuenta.

Las insinuaciones eróticas y sexuales y los tocamientos se dieron después bajo la amenaza de que, si no accedía, su mamá "las pagaría" económicamente.

Las fuentes sostuvieron que la víctima contó que, posteriormente, el ex jugador empezó a masturbarse frente a ella.

En su declaración, la víctima dijo que llegó a acostumbrarse a la conducta, al punto de considerarla "parte de la rutina", lo que -según especialistas consultados- es una constante en procesos donde hay vínculo de confianza y dependencia con el presunto agresor.

La denunciante explicó a la autoridad que no acudió antes a presentar una acusación por miedo a represalias económicas y familiares.