Montevideo, Uruguay.- La Unión Europea (UE) y el Mercosur anunciaron ayer un acuerdo para un Tratado de Libre Comercio (TLC) largamente aplazado, que sin embargo se enfrenta ahora a una difícil batalla para su ratificación por la oposición de Francia.

En una rueda de prensa en Montevideo junto a los Mandatarios de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacó que se había logrado un consenso tras 25 años de negociaciones, por la necesidad de un comercio libre frente al creciente proteccionismo mundial.

"Este acuerdo no es sólo una oportunidad económica, es una necesidad política", manifestó Von der Leyen.

"Sé que vienen fuertes vientos en dirección contraria, hacia el aislamiento y la fragmentación, pero este acuerdo es nuestra respuesta", agregó.

Los funcionarios europeos dicen que el acuerdo ayudará a reducir la dependencia del comercio con China y a aislar a las naciones de la UE del impacto de los probables aranceles con los que amenaza el Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.

El documento aún debe ser legalizado, traducido y aprobado por los países miembros.

La breve rueda de prensa en Montevideo puso de relieve algunos de los retos. Sólo hablaron Von der Leyen y el Presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y no se permitieron preguntas.

Más tarde, el Presidente paraguayo, Santiago Peña, reconoció que el acuerdo era un paso importante, pero advirtió que quedaba mucho trabajo por hacer.

Francia, el país de la UE que más ha criticado el acuerdo, lo ha tachado de "inaceptable".

La Ministra francesa de Comercio, Sophie Primas, se comprometió a oponerse a las siguientes fases del pacto, alegando preocupaciones medioambientales y agrícolas.

En contraste, otros miembros de la UE como Alemania y España, señalan que el acuerdo es vital para el bloque en su intento de diversificar su comercio tras el casi cierre del mercado ruso y el malestar por la dependencia de China.

Consideran que Mercosur es un mercado para los automóviles, la maquinaria y los productos químicos de la UE y una fuente potencialmente confiable de minerales esenciales, como el litio, el metal para las baterías necesario para la transición ecológica de Europa.

El acuerdo comercial requeriría la aprobación de 15 de los 27 miembros de la UE, que representen el 65 por ciento de la población del bloque, junto con una mayoría simple en el Parlamento Europeo.