El mundo ha experimentado con la idea de autos eléctricos desde que se inventó el automóvil. La automotriz Nissan puede presumir que sus primeras experiencias vienen desde los años cuarenta.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la empresa Tachikawa Aircraft pasó de fabricar aviones a fabricar vehículos eléctricos para la nueva realidad japonesa. La crisis del petróleo jugó un factor importante para que el primer automóvil creado por la empresa fuera completamente eléctrico. Se le llamó Tama.
Aunque la clasificación de "Kei car" no apareció hasta un par de años después, el Tama tenía dimensiones similares. Era un coche de 3 metros de longitud, con espacio para dos personas en su modalidad de carga y cuatro en su variante de pasajeros.
La motorización era un pequeño motor de corriente directa. Generaba alrededor de 4.5 caballos de fuerza. Según el fabricante, el Tama podía llegar a una velocidad máxima de 35 km/h, pero su velocidad de operación más eficiente estaba por los 28 km/h.
La batería era de plomo, de 40 volts. Con las características de motorización y mecánicas del Tama, esta batería tenía capacidad de darle una autonomía de conducción de hasta 65 kilómetros por carga.
Comercialmente, el Tama eléctrico estuvo lejos de ser un éxito. En 1949, Japón introdujo los "Kei cars", que eran vehículos económicos orientados a reactivar Japón. Estos vehículos tenían dimensiones compactas y motorizaciones de menos de 660 centímetros cúbicos. Conforme se regularizaba la disponibilidad de combustible, la gasolina demostraba su ventaja en autonomía, tiempo de carga y costo sobre la alternativa eléctrica.
La empresa de Tama cambió varias veces de nombre, hasta que se convirtió en Prince, la compañía de autos que se fusionó con Nissan hacia 1966.
En Nissan, los vehículos eléctricos o electrificados continúan consolidándose, con modelos como Leaf y Ariya, que son completamente eléctricos, y los modelos e-Power que, aunque obtienen energía de recarga de motores de combustión, la propulsión es completamente eléctrica.