El presidente Trump anunció el viernes un plan para convertir una estrecha franja a lo largo de la frontera con México en California, Arizona y Nuevo México en una instalación militar como parte de su esfuerzo por reducir los cruces ilegales.
El plan, establecido en un memorando de la Casa Blanca, exige transferir la autoridad sobre la franja de 18 metros de ancho de terreno fronterizo federal, conocida como la Reserva Roosevelt, de otras agencias del gabinete al Departamento de Defensa. Las fuerzas militares que patrullan esa zona podrían entonces detener temporalmente a los migrantes que transitan por ella por invadir una reserva militar, según declaró un oficial militar estadounidense, quien habló bajo condición de anonimato para poder hablar sobre asuntos operativos.
La directiva amplía la presencia militar que ha aumentado de forma constante a lo largo de la frontera sur, incluso cuando los cruces ya han disminuido drásticamente durante la administración Trump. El envío de tropas a la frontera ya ha puesto a las fuerzas armadas en una situación políticamente sensible y, dependiendo de los detalles de la iniciativa, el plan podría contravenir las leyes que limitan el uso de tropas federales regulares para la aplicación de la ley nacional. La directiva establece que la franja fronteriza se convertirá en una "instalación militar bajo la jurisdicción" del Pentágono. Los militares podrán detener a cualquier persona que cruce a la "instalación militar", pero no tendrán la facultad de realizar arrestos migratorios, según el oficial militar. Los agentes de la Patrulla Fronteriza podrían ser convocados para arrestar a los migrantes.
El memorando formaliza un plan que la administración había estado considerando durante semanas. The Washington Post había informado previamente sobre el plan.
Un portavoz de la Casa Blanca no respondió a las preguntas sobre qué podrían hacer las fuerzas estadounidenses que operan en la franja fronteriza. Un portavoz del Departamento de Defensa tampoco respondió a las preguntas.
Los oficiales militares aún están trabajando en cómo ejecutar el plan, incluyendo cuánto tiempo podrían detener las tropas a los migrantes antes de entregarlos a los agentes de la Patrulla Fronteriza, y qué tipo de señales de "prohibido el paso" debían instalarse a lo largo de la frontera, advirtiendo a los migrantes que estaban a punto de ingresar a una reserva militar estadounidense. Además, habría que resolver otros aspectos logísticos, como los idiomas en los que se escribirán los carteles y la distancia entre ellos. También está la cuestión de dónde ubicar las patrullas militares a lo largo de cientos de kilómetros de terreno accidentado a lo largo de la frontera y qué entrenamiento adicional podrían necesitar esas tropas.
Adam Isacson, quien se especializa en seguridad fronteriza y derechos humanos en la Oficina de Washington para América Latina, afirmó que el memorando parecía crear una vía para el uso de personal semimilitar para detener a migrantes.Una sección del memorando exige la autorización de los miembros de la Guardia Nacional estatal para trabajar en la franja controlada por los militares. Si quienes trabajan en la instalación retienen a los migrantes hasta que los funcionarios de Aduanas y Protección Fronteriza los recogen, su uso "se acerca mucho a la detención de migrantes por parte de personal militar", dijo Isacson.