Washington.- Un día después de que Harvard demandó a la Administración Trump por su decisión de congelar millones de dólares en fondos federales para la institución, más de 100 universidades y otras entidades educativas condenaron ayer la "interferencia política" del Mandatario en el sistema educativo estadounidense.

La "intrusión" del Gobierno "pone ahora en peligro la educación superior en Estados Unidos", escribieron en la misiva, firmada por más de 220 líderes de educación superior de todo el país.

"Hablamos con una sola voz contra la intervención gubernamental sin precedentes y la interferencia política que ponen en peligro la educación superior estadounidense. Estamos abiertos a reformas constructivas y no nos oponemos a la supervisión legítima del Gobierno. Sin embargo, debemos oponernos a la intrusión indebida", indicaron.

A la declaración se sumaron responsables de grandes escuelas públicas, como la Universidad de Virginia y Wisconsin-Madison, así como de universidades privadas más pequeñas.

Muchos de los rectores que firmaron la carta -entre ellos Alan Garber de Harvard- también se enfrentan a riesgos financieros como resultado de los profundos recortes del Gobierno federal a los contratos y becas de investigación.

Garber informó el lunes que su universidad optó por demandar a la Administración Trump después de que recibió una lista de medidas que incluían auditar a sus profesores en busca de plagio, además de nombrar a un supervisor externo para garantizar que sus departamentos sean "diversos en sus puntos de vista".
Harvard, la escuela más antigua y rica del país, se negó a cumplir las exigencias y la Casa Blanca amenazó con congelar 2 mil 200 millones de dólares en financiamiento federal para la institución.

"El Presidente ha dejado bastante claro que es Harvard quien se ha puesto en posición de perder su propio financiamiento por no obedecer la ley federal, y esperamos que todos los colegios y universidades que reciben fondos de los contribuyentes cumplan la ley federal", comentó ayer la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.

Trump busca someter a varias escuelas prestigiosas, a las que acusa de tolerar el antisemitismo en sus campus, a través de amenazas a sus presupuestos, su estatus de exención de impuestos y la inscripción de estudiantes extranjeros.

Varias instituciones importantes, incluida la prestigiosa Universidad de Columbia, terminaron por ceder a las demandas de la actual Casa Blanca, que afirma que la élite educativaa es "demasiado izquierdista".