Buenos Aires, Argentina.- La inflación en Argentina registró en abril el cuarto mes consecutivo de desaceleración al situarse en 8.8 por ciento mensual, primera tasa de un dígito en un semestre, una cifra celebrada como "una goleada" por el presidente ultraliberal Javier Milei aunque economistas alertan que responde a la caída del consumo. 

La variación del índice de precios al consumidor (IPC) acumuló un alza de 65 por ciento en lo que va del año, tras la erupción inflacionaria de 25.5 por ciento de diciembre, y se colocó en un 289,4 por ciento interanual, informó este martes el instituto de estadísticas Indec.

El aumento fue impulsado sobre todo por el sector de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (35,6 por ciento), debido a la quita de subsidios y los aumentos de las tarifas.

Javier Milei, Presidente de Argentina, celebró la caída de la inflación en Argentina en abril, al situarse en 8.8% mensual. Crédito: AP
Javier Milei, Presidente de Argentina, celebró la caída de la inflación en Argentina en abril, al situarse en 8.8% mensual. Crédito: AP

Las divisiones que registraron las menores crecidas fueron alimentos y bebidas (6 por ciento), bienes y servicios (5,7 por ciento) y bebidas alcohólicas y tabaco (5,5 por ciento), en momentos en que muchos negocios incrementaron las ofertas de sus productos para estimular el alicaído consumo.

"A la inflación la estamos goleando", festejó Milei este martes, poco antes de que se diera a conocer el primer registro de un dígito mensual desde octubre del año pasado, cuando la inflación se situó en 8,3 por ciento.

Milei impulsa una ambiciosa desregulación de la economía y un draconiano ajuste fiscal con el fin de alcanzar el "déficit cero" para fin de año.

El Fondo Monetario Internacional lo ha felicitado por cumplir sobradamente sus metas y anunció el lunes un acuerdo que allana el desembolso de casi 800 millones de dólares.

El organismo multilateral destacó el "primer superávit fiscal trimestral en 16 años, la rápida caída de la inflación, el cambio de tendencia de las reservas internacionales y una fuerte reducción del riesgo soberano".

Sin embargo, expertos alertan que el superávit se logró con recortes de gastos que no son sostenibles en el tiempo: miles de despidos, paralización de obras públicas y deterioro de salarios y jubilaciones en un país con la mitad de sus 47 millones de habitantes en la pobreza.

Retroceso del consumo

El superávit fiscal se logró por recortes en los gastos, no por mayores ingresos fiscales. La inflación baja por una caída en la demanda, no por una mayor oferta", señaló el economista independiente Salvador Di Stefano.

Las marchas y manifestaciones son diarias por parte de sindicatos, universitarios, empresarios de pequeñas y medianas empresas, jubilados, pacientes que dejan de recibir sus medicamentos oncológicos del Estado y otros sectores afectados por las políticas de ajuste y desregulacización económica.

"Algunos de los precios bajaron un poco, pero porque no hay consumo, la gente no compra. Creo que estamos peor que lo que estábamos antes", dijo a la AFP Liliana Segovia, una trabajadora de seguridad privada de 44 años.

En este sentido, la consultora Focus Market estimó en un informe divulgado el lunes que el consumo retrocedió en abril 20,4 por ciento en comparación interanual, y 17,1 por ciento respecto a marzo.

"Abril ha sido un mes complejo para el bolsillo de los argentinos. La subida de tarifas de servicios públicos, a pesar de la desaceleración del alza del precio de los bienes, deja poco excedente para mantener el gasto a valores constantes", dijo su director, Damián Di Pace.

Si bien la inflación interanual alcanza el 290 por ciento, categorías específicas que no responden a alimentos o prendas de vestir registraron aumentos mucho mayores: vivienda, agua, electricidad y gas 311,6 por ciento; salud 341 por ciento y transporte 325 por ciento, por ejemplo.

"Evidentemente, vamos a próximos meses donde la corrección de los precios relativos de la economía, como tarifas de servicios públicos y privados, comienza a erosionar la capacidad de gasto de muchos hogares argentinos", explicó Di Pace.

Por otro lado, la contracción industrial (21 por ciento interanual en marzo) es la mayor desde abril de 2020, cuando la actividad estaba semiparalizada por la pandemia de Covid-19.