El infectólogo pediatra Moisés Ramírez López, quien ha atendido a más de 40 pacientes de sarampión en esta emergencia sanitaria, indicó que apenas están viendo la punta del iceberg y que este brote expone no sólo la falta de inmunidad contra dicha enfermedad, sino también la vulnerabilidad ante la rubéola y la parotiditis.
A pesar de que en Texas el virus comenzó semanas antes que en Chihuahua, el número de contagios en aquel estado es de 646, mientras que en Chihuahua ya contabilizan 761, con una cifra real que podría ser mucho mayor, advirtió el especialista.
Ramírez López recordó que es una enfermedad de alta transmisibilidad y que, aunque la mortalidad ha sido menor en comparación con la registrada entre 1989 y 1990 —cuando fallecía uno de cada cinco enfermos—, el riesgo sigue siendo alto.
Mencionó que no es benigna, ya que puede provocar complicaciones severas como sordera, neumonía, ceguera y daño neurológico, además de una disminución importante del sistema inmunológico, lo cual abre la puerta a infecciones oportunistas mucho tiempo después de haber contraído el virus inicial.
Aunque la tasa de mortalidad actual es baja, lamentó que ya hayan registrado el fallecimiento de una persona de 31 años con antecedentes de diabetes mellitus mal controlada, lo que demuestra que, en individuos con factores de riesgo, el sarampión puede tener un desenlace fatal.
Agregó que incluso en pacientes que sobreviven al cuadro agudo existe el riesgo de complicaciones tardías, como la panencefalitis esclerosante subaguda, un padecimiento degenerativo y mortal que puede manifestarse años después de contraerlo.
Adultos jóvenes, los más vulnerables; baja cobertura de vacunación y desabasto
El infectólogo explicó que, a diferencia de generaciones mayores que enfrentaron el virus de forma natural y, por tanto, desarrollaron una inmunidad más sólida, los adultos jóvenes de entre 25 y 30 años constituyen el grupo más afectado en este brote.
Estas personas, indicó, sólo cuentan con la protección otorgada por la vacunación infantil, que en muchos casos no fue reforzada adecuadamente o resultó incompleta debido a diversas circunstancias, incluyendo el desabasto de biológicos registrado durante los últimos años.
Ramírez López sostuvo que uno de los factores más importantes para la reaparición del virus ha sido precisamente el descenso en las tasas de inoculación, fenómeno que no puede ser atribuido a un solo motivo.
Señaló que durante la pandemia de Covid-19 la prioridad de los gobiernos y laboratorios fue la producción masiva de vacunas contra el coronavirus, lo cual provocó escasez de otros inmunológicos, incluidos los que protegen contra el sarampión.
A esto sumó la interrupción de las campañas de vacunación sistemática, tanto por el confinamiento como por el desmantelamiento de programas de salud pública.
El especialista también mencionó que, si bien la existencia de movimientos antivacunas ha influido en la disminución de la cobertura, este fenómeno es menos relevante en México en comparación con Estados Unidos, donde comunidades como la menonita concentran la mayoría de los brotes.
En Chihuahua, consideró que el aumento de casos responde más a la falta de vacunación que a una resistencia ideológica de la población.
Comparando con Texas, Ramírez López apuntó que, aunque el estado norteamericano tiene un mejor promedio de cobertura en vacunación, también presenta bolsas de población no protegida, lo que ha permitido la aparición de contagios múltiples.
Sin embargo, la cifra oficial en Chihuahua supera ya a la de Texas, lo que refleja tanto la gravedad de la situación local como un esfuerzo de diagnóstico que, aunque todavía insuficiente, ha permitido detectar más casos de los que tradicionalmente habrían documentado.
Reconoce acciones actuales; advierte necesidad de reforzar la vacunación
Respecto al manejo de la contingencia, Ramírez López reconoció que aunque las autoridades de Chihuahua llegaron a esta situación debido a omisiones y falta de previsión en años anteriores, actualmente están realizando un esfuerzo importante para contener el brote.
Señaló que la vacunación intensiva que han implementado en comunidades afectadas, así como las campañas de información dirigidas a los padres de familia, representan acciones correctas que podrían reducir la velocidad de propagación si las sostienen y refuerzan en los próximos meses.
El médico aclaró que, si bien reconoce el esfuerzo actual, este debe acelerarse. Hizo énfasis en la necesidad de aplicar estrategias de inmunización agresivas, especialmente en las zonas donde el virus circula activamente.
Recomendó la aplicación de la llamada "dosis cero" de la vacuna triple viral (sarampión, rubéola y parotiditis) a partir de los seis meses de edad, medida que no sustituye el esquema normal de vacunación que debe completarse a los 12 y 18 meses.
También instó a los adultos jóvenes a revisar su historial de vacunación y, en caso de no contar con evidencia de haber recibido las dos dosis recomendadas, acudir a protegerse de inmediato.
Subrayó que no solo el sarampión está resurgiendo: en Chihuahua han detectado también un aumento preocupante en los casos de tosferina, otra enfermedad prevenible mediante vacunación que puede ser letal, sobre todo en lactantes.
Finalmente, Ramírez López hizo un llamado urgente a la población y a las autoridades para no minimizar la amenaza que representa el sarampión y para actuar de inmediato reforzando las estrategias de inmunización. Advirtió que, si no se logra elevar rápidamente las coberturas de vacunación, brotes de enfermedades que durante décadas estuvieron bajo control volverán cada vez más frecuentes, poniendo en riesgo a toda la población, en especial a los sectores más vulnerables. (Ismael