Dos semanas atrás, una noticia cimbró al mundo en un ambiente de inestabilidad internacional en medio de dos grandes frentes de guerra, en Ucrania y en Palestina, cuando Israel atacó con aviones militares estadounidenses la embajada de Irán en la capital de Siria, Damasco, matando a varios jefes militares iraníes, lo que ha generado incertidumbre y miedo ante la respuesta que tendrá Irán, y que ya la cantó.
El ataque directo a una embajada extranjera es automáticamente un “Casus belli”, e Irán prepara sus milicias y armas para responder el golpe de Israel, mientras que la comunidad internacional teme que esta reacción desate un conflicto de escala mayor no solo en el Oriente Medio, sino a nivel mundial, que ya se venía cocinando con el genocidio que se vive en la Franja de Gaza.
Y los organismos de la comunidad como la ONU, se ha visto tibia, gris, sin autoridad alguna para detener o mínimo, señalar de manera dura a Israel, no solo por el indignante ataque a su embajada, sino por el mismo genocidio en Gaza y las constantes agresiones y asesinatos de palestinos en Cisjordania, el mundo se tambalea ante la violación al orden establecido.
Parece cosa lejana hablar de lo que sucede en Palestina y Oriente Medio, sin embargo el viernes de la semana pasada, otra noticia impactó al continente americano y al mundo, cuando el gobierno de Ecuador violó el derecho internacional y el Tratado de Viena, cuando policía armada irrumpió en la embajada de México en Quito, agredió físicamente a diplomáticos mexicanos, se llevaron detenido al ex vicepresidente de Ecuador quien se encontraba en proceso de asilarse en la embajada mexicana, un hecho histórico que quebranta la vecindad continental.
Inmediatamente el presidente Andrés Manuel López Obrador instruyó suspender las relaciones diplomáticas con el gobierno de Ecuador, ante el agravio y la ofensa, la falta de respeto que quebranta aún más las relaciones internacionales y el orden establecido sobre el respeto a la ley, algo que no solo preocupa a México, sino a todos los países que en estos momentos sienten que sus embajadas en otros países pueden ser violentadas.
Afortunadamente para México, la comunidad internacional tomó otra postura a diferencia del conflicto bélico en Israel, e inmediatamente todos los países latinoamericanos se sumaron en respaldo al gobierno mexicano, más que por la violación al derecho internacional, ha sido por lo que México representa en el ámbito del asilo político, un legado histórico enmarca a nuestro país por brindar protección y asilo a perseguidos políticos, y en Ecuador es la misma historia.
No sorprende la postura del gobierno ecuatoriano y del silencio de otros actores en América Latina, lo que sí indigna es la postura apátrida y entreguista de la oposición mexicana, quienes no ven más allá de sus propios ojos y fobias, y siempre y sea por estar en contra del presidente, se suman a quienes agredieron y violentaron la soberanía nacional, así son ellos, así son en la oposición, desmemoriados y traidores a la patria.
Ahora México se encuentra en una confrontación diplomática con el gobierno fascista de Ecuador, pero no estamos solos, el respaldo de la comunidad internacional es importante, tanto en la Organización de las Naciones Unidas y el Tribunal Internacional de Justicia, donde se desarrollan los procesos diplomáticos y en las instancias correspondientes de un país con leyes y de democracia.
Se ha solicitado al Tribunal Internacional suspender a Ecuador como integrante de la ONU, hasta que emitan una disculpa pública y reconozcan las violaciones a los principios y normas fundamentales del derecho internacional, por el asalto a nuestra embajada.
Es importante no solo para México, sino para todos los países que exista esta sanción por parte del Tribunal Internacional y la postura de la ONU, porque el orden establecido y del estado de derecho de la comunidad internacional está en momentos peligrosos, es necesario que las naciones libres se manifiesten al respecto y pongan sobre la mesa el respaldo al derecho internacional, porque la violencia y la guerra no son una opción para los pueblos, y mientras del otro lado del mundo las circunstancias no son alentadoras, seremos nosotros los hermanos americanos quienes nos sostendremos en los principios del respeto, como dijo el Benemérito de las América, Benito Juárez, “El respeto al derecho ajeno, es la paz”.