Por lo general inicio la colaboración con introducción amena de una historia; hoy entro directo al tema; les platico, esta semana en un medio de comunicación escuché la propuesta de una diputada del estado de Chihuahua, con la cual busca que el Congreso de la Unión apruebe establecer el derecho a la vida como el principal de los derechos, o más aún, el reconocimiento de que la vida es la base de todos los derechos, cuyo goce pleno es un prerrequisito para el disfrute de todos los demás derechos humanos; en razón de dicho carácter no son admisibles “enfoques restrictivos” del mismo, por tanto, propone una adición al artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a saber:
“El Estado reconocerá y protegerá el derecho a la vida desde el momento de la concepción. Las autoridades, en el ámbito de sus atribuciones, implementarán las acciones y políticas públicas correspondientes para la protección de ese derecho”[1].
Consagrar el derecho “a la vida”, dicho correctamente “el derecho a la protección de la vida del ser humano”, en la Constitución Política Mexicana ¡es bueno, muy bueno! si consideramos que, el ser humano no está protegido en aquella desde el momento mismo de la concepción, de hecho es ¡una excelente propuesta! cuya esencia ya se encuentra redactada en el artículo 5 de la Constitución Política del estado de Chihuahua[2], donde se otorga la protección jurídica de la vida del ser humano desde el momento mismo de la concepción.
Ahora, aprobarlo en concordancia con los Tratados Internacionales estimamos es un ¡enfoque reeeestriiictivo!, erróneo y contradictorio al fin que “creemos” persigue la propuesta, pues aunque se apruebe por el Congreso de la Unión no se protegerá la vida del ser humano desde el momento de la concepción, ¡así como lo lee!, porque la Corte Interamericana de Derechos Humanos, contrario a la ciencia -real y verdadera- ha interpretado erróneamente el término “concepción” -sobre lo cual ahondaré en la segunda parte-; me refiero, en esta ocasión, específicamente a la Ciencia conocida como Embriología cuyo objeto material y forma de estudio es el ser humano, cuyo desarrollo entraña el proceso continuo que inicia desde el momento de la fecundación; para ello, esta Ciencia: ha llegado a la conclusión de que, “el proceso evolutivo o desarrollo del ser humano comienza con la fecundación, esto es, el proceso por el cual el gameto masculino, el espermatozoide, y el gameto femenino, ovocito (óvulo), se unen para dar origen a un cigoto, con el cual inicia la vida de cada persona como individuo único[4].
Con la fecundación queda constituido el organismo del ser humano en su fase de cigoto, en perfecta continuidad con tal proceso se inicia su desarrollo o construcción de las diversas partes[2]: órganos, aparatos y sistemas; conforme se va desarrollando va adquiriendo el fenotipo (rasgos) que le corresponde en cada momento de su vida: actualiza la plenitud de su ser biológico en cada etapa concreta, lo que se conoce en filosofía como actualidad ontológica. El embrión humano desde el momento de la fecundación posee su propia esencia, es decir, es persona humana, lo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos no reconoce.
La esencia del ser humano es la racionalidad por la cual es ser persona humana y no otra cosa, la cual existe en el momento mismo de la fecundación. A no ser que esa esencia sea accidental, y apareciese en el transcurso del tiempo, lo que implicaría que no correspondería a su esencia, por tanto, no sería persona humana, o ser humano, esto no lo comprenden los jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ¿cómo la ve? dijo la lavandera: como lavé.
[1] https://www.youtube.com/watch?v=kj1iJI9HWcI&t=327s.
[2] https://www.congresochihuahua2.gob.mx/biblioteca/constitucion/archivosConstitucion/actual.pdf
[3] Gloria Mª TOMAS Y GARRIDO, Cuestiones actuales de Bioética, Eunsa («Iniciaci6n Filosófica», Pamplona 2011. Pág. 37.
[4] Moore KL, Persaud TVN, Torchia MG. Embriología Clínica. 10ª ed. España: Ed. Elsevier Saunders. 2016. p. 11.
Opinión
Sábado 20 Abr 2024, 06:30
Ser humano o conjunto de células (primera de dos partes)
.
Jesús Guerrero
