Respetables lectores: debido a que en el alegato o intervención del pintor muralista David Alfaro Siqueiros, ‘en la vista formal para la sentencia de la Quinta Corte Penal de Enero 18 de 1962’, ante los injustos antecedentes penales que el Ministerio Público le atribuía, se vio obligado a hablar extensamente de su vida política; y por respeto al espacio que se nos confiere en este El Diario matutino, restringiremos al máximo lo sustentado en LA TRÁCALA, para seguir con el tema: Reforma al Poder Judicial federal, situados ya no en los años 60 del S. XX, sino en los años 20 del S. XXI; y, con otro, también, muy ilustre protagonista en la cosa jurídica y política de México.
A finales de los años 50 y durante los años 60 del S. XX, México se enmarcó en una serie de movimientos masivos impulsados por: obreros, campesinos, empleados de correos y telégrafos, médicos, maestros y estudiantes; siendo presidentes de los EUM, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, lapso en que fueron encarcelados la mayoría de ellos en Lecumberri, por más de tres años absurdamente y al arbitrio del Poder Judicial, aplicando normas extra-legales: D. A. Siqueiros (64 años de edad), Filomeno Mata Alatorre (78 años de edad), José Revueltas, Demetrio Vallejo (líder ferrocarrilero), Valentín Campa, Othón Salazar (líder magisterial), Rubén Jaramillo (líder campesino), J. Encarnación Pérez, Dionicio Encinas, Alberto Lumbreras; Heberto Castillo, Ramón Danzós Palomino (líder CCI), Gilberto Rincón Gallardo…
Además, fueron encarcelados en varias partes del país decenas de trabajadores; cesados centenares de maestros y despedidos 9000 empleados de los Ferrocarriles Nacionales de México. Continúa, D. A. Siqueiros:
“Más tarde, en forma escalonada, imponen el control de toda la vida intelectual del país. En esas condiciones, al considerarse poseedores de la verdad política, resuelven golpear a la oposición con furia fanática, cualquiera que ésta sea, general o parcial, como unilateralmente discrepante.
“En las mismas vísperas de la ocupación del poder, ya en las postrimerías del sexenio anterior, los obreros sindicalizados se habían empezado a manifestar en favor de un cambio general y rápido de sus condiciones miserables de vida… Entonces [el gobierno] ante la imposibilidad de hacer valer su pretendida razón en debate democrático, resolvió usar la fuerza armada contra el pueblo desprovisto de toda defensa, y en la actitud más cobarde que pueda imaginarse…
“Señores Jueces: actitud que no se compagina con el régimen de derecho democrático que afirman representar, para vergüenza internacional de los miembros del PODER JUDICIAL de nuestro país, ya que éstos se han prestado, contra toda ley, o con el uso AMAÑADO DE UNA LEY INSTONSTITUCIONAL el artículo 145 del Código Penal, a desempeñar el papel de verdaderos cómplices.
“A Valentín Campa, lo tuvieron tres años preso aquí, en este mismo palacio negro de Lecumberri, pero como no podían acusarlo de nada concreto, ya que ningún delito había cometido, sino todo lo contrario, esto es, señalar a los delincuentes, se le puso, como se dice, habitualmente, ‘una cama’; es decir, le arreglaron ‘su delito’ entre el Poder Legislativo y el Poder Judicial, con la complicidad del llamado CUARTO PODER, o sea la PRENSA.
“Pero para ser más precisos diremos que ‘esa cama’ ‘se la pusieron’ ya en forma específica, hombres de la oligarquía, altas personalidades de cada uno de esos poderes constitucionales y la mayor parte de los directores de los periódicos de base comercial…”
Así, desde esos años citados, continuando con la feroz y vergonzosa GUERRA SUCIA, hasta este 2024, brillante y patrióticamente se llega a la propuesta del régimen de la 4 T, de la imperiosa REFORMA o “Revolución” del Poder Judicial, sobresaliendo en el primer foro de consultas para tal efecto (Jueves 27 de junio 2024), la participación del Ministro en retiro y expresidente de la Suprema Corte de ‘Justicia’ de la Nación, Arturo Zaldívar, ponderándose lo siguiente:
“Cada vez que se hace una crítica al Poder Judicial, se habla de independencia judicial y de autonomía. Como si estos conceptos fueran valores en sí mismos; como si fueran valores etéreos y no garantías instrumentales para la justicia; se olvida, casi siempre, que la independencia judicial exige legitimación social.
“Esto es, la confianza del pueblo, de la gente, en su aparato de justicia. Sin legitimación social, la independencia no es sino una máscara para juzgar en contra de los derechos y los intereses del pueblo.
“La legitimización social de la justicia en México, está rota desde hace mucho tiempo; pero quizás nunca ha estado en peor situación que ahora. Si preguntamos a la gente –que lo hicimos en los diálogos por la transformación…- se dice que tenemos una justicia elitista, una justicia que privilegia a los que tienen, frente a los que no tienen.
“Que maltrata a las mujeres, que castiga la pobreza y no la delincuencia y que no tiene legitimación social. Hace unos años ante esta situación tan grave de la justicia y en particular del Poder Judicial federal, con el apoyo del presidente AMLO y de la mayoría de las fuerzas políticas de este Congreso de la Unión, se llevó a cabo una reforma judicial con, y, para el Poder Judicial.
“Una autorreforma del Poder Judicial, que fue muy importante y que dio resultados, mientras se tuvo la voluntad de que los diera. Se combatió como nunca la corrupción, se desarticuló el nepotismo, se previno y se castigó el acoso sexual; generamos una justicia digital completa; tuvimos una escuela judicial profesional; se generó un auténtico instituto de la defensa pública. Y lo más importante: se generó una política de igualdad y paridad de género…
“Lamentablemente, en enero de 2023 se tomó otra decisión, y la decisión fue: destruyamos todo lo que se hizo y confrontémonos con los otros poderes del Estado. Y entonces se dejó de combatir la corrupción, se regresó al nepotismo como cultura; se quitaron las políticas de paridad de género y de igualdad…
“La Suprema Corte se convirtió en defensora de la élites, de la oligarquía, de los poderosos, de la comentocracia, de la derecha.
“Decidió otorgarle a la oposición en una suspensión, en una sentencia lo que habían perdido en las urnas. Y esto lo dije en la Corte siendo ministro en funciones. Pero lo peor, decidió intervenir en los procesos electorales de manera descarada con los hechos que hoy son públicos.
“¿Cómo se hizo todo esto? Con la máscara de la supuesta independencia judicial, somos independientes y podemos hacer lo que queramos y no tenemos que darle explicaciones a nadie.
“Pero olvidaron que el pueblo no es tonto, y el pasado 2 de junio, el pueblo mandó un mensaje contundente de que se requiere una profunda reforma judicial y de que requerimos una justicia diferente.
“Casi 36 millones de votos le dijeron a los ministros y a las ministras: no más injusticias ya basta; queremos un Poder Judicial sensible, cercano a la gente, con humanismo y, fundamentalmente: un Poder Judicial más democrático...
“La justicia no es un privilegio, la justicia es un derecho, devolvamos la justicia a quien le pertenece, al pueblo de México. Para que por fin sea una realidad la máxima de: TODOS LOS DERECHOS PARA TODAS LAS PERSONAS.”