Distinguida Doctora
El proceso electoral terminó. He de aclararle que no emití mi sufragio por usted y quiero fundamentarlo: me agrada la continuidad, pero no el continuismo ni el peligro latente de un Maximato. Hay que continuar con lo que está bien y corregir lo que está mal. En mi memoria histórica no recuerdo ningún precedente de que ese sojuzgamiento a quien le antecede en la presidencia fuese tan marcado. En otros tiempos era todo lo contrario. Existen elementos para pensar –asegurar- que fue una elección de estado. Como nunca, el presidente intervino en las pre-pre-pre campañas, en las campañas y en las post campañas. A usted, según analistas, la obligaron, ah no, le sugirieron, mencionara a AMLO y sus logros a cada momento incluidos en los debates. Así –dicen- saludaba por las mañanas- “Como dice Andrés Manuel López Obrador, buenos días”. Después del mediodía “Como dice Andrés Manuel López Obrador, buenas tardes o buenas noches”. Entendemos que debió obedecer a quien fue y es su mentor, pero esperamos no lo sea más. Finalmente, el voto popular le dio un incuestionable triunfo. Él ya cumplió su parte, ahora le corresponderá ser la máxima autoridad y cumplir con lo que le corresponde.
Cuenta hoy con el respaldo de millones de ciudadanos. Pero si actúa con mesura e inteligencia se lo refrendarán e incluso quienes no la apoyamos en las urnas posiblemente nos sumemos a sus iniciativas y diremos “equivoqué mi voto”.
Lo primero que debe hacer es detener los caprichos autoritarios del todavía presidente. Deje en paz las Reformas al Poder Judicial y al Instituto Nacional Electoral. Toda institución es perfectible. Pero si a la fuerza los cambia por su amplia mayoría en el Congreso quedará mal. Es mejor que esas modificaciones las analice­­n legisladores, especialistas, sociedad civil y si se llegan a acuerdos con el cien por ciento de los actores políticos, será un triunfo para usted. Si usa solo la mayoría parlamentaria dará un paso atrás porque será una señal que tendrá un gobierno intransigente. Y recuerde, con la economía, con los mercados y con los inversionistas no se juega. Es posible conciliar justicia y finanzas.
¿Para qué modificar el INE? Ya en el 18 le otorgó el triunfo a AMLO y en 24 a usted ¿cuáles son sus fallas? No haga retroceder más de treinta años de vida democrática. 
Atienda de inmediato la inseguridad del país. Si le es posible, trate la paz con la delincuencia organizada, pero no les entregue el poder. Que sepan quién manda.
Sé que no será sencillo, pero debe deshacerse de la influencia de su maestro y protector. No es necesario hacer lo que Lázaro Cárdenas con Plutarco Elías Calles; de sacarlo a mitad de la noche y exiliarlo. Invítelo a que sea embajador en Cuba, Nicaragua o Venezuela. No se vaya a equivocar y lo mande a Perú, España, Ecuador, Argentina, Estados Unidos o al Vaticano.
“Errare humanum est” (fallar es de humanos). Y es imposible que aún con la alta investidura que México le otorgó, se convierta en una diosa o cuasi diosa. Pero deseamos que los errores que llegue a cometer sean suyos y no por obedecer órdenes de quien ya sabe reciba desde la oscuridad. Si es una mala decisión se la cargarán a vuestra merced y aquel no tendrá ninguna responsabilidad.
Gobierne para todos. No continúe la tradición de este sexenio de insultar, degradar, descalificar y provocar divisiones y odios entre los mexicanos (por amor a Dios, no vaya continuar con las mañaneras). Rectifique la deteriorada Política Exterior. México para las naciones y las naciones para México. No incluya en puestos importantes a Marcelo Ebrard, ya demostró que no es confiable.
Regrese gradualmente a los militares a sus cuarteles. Rodéese de funcionarios eficientes, honrados, inteligentes que los hay. No exija secretarios de estado incondicionales. Aléjese de los lambiscones. Respétese respetando a quienes disientan de sus decisiones. Relea El Príncipe de Maquiavelo.
En fin, espero estas palabras le sirvan. Si me necesita como asesor sabe dónde encontrarme.
atentamente
Rafael Soto Baylón
Mi álter ego explica lo ocurrido en las elecciones: Xóchitl era una buena candidata, pero apoyada por partidos con mala trayectoria y sin una identidad ideológica. Claudia fue su antítesis. No era tan buena opción, pero tuvo el apoyo de un partido muy fuerte.