Para nada resulta extraño que la ahora oposición (PAN-PRI-PRD) pretenda nuevamente crear un mundo de fantasía, en el que ellos vuelven a aparecer como “los buenos”, haciendo múltiples señalamientos por demás infundados e irresponsables. En una total desvergüenza dicen que la democracia está en riesgo y que los mexicanos tienen miedo porque el gobierno de AMLO lo ha permitido.
HAGAMOS MEMORIA: El que Andrés Manuel López Obrador haya llegado a la Presidencia de la República, en gran parte se debió al HARTAZGO de los mexicanos por tanta corrupción e impunidad; por tanta violencia desatada principalmente en el gobierno de Calderón; por la grave situación económica en que estaba sumida la nación —y la consecuente pobreza de millones de mexicanos—; por tanta y tanta promesa incumplida, entre un sinfín de agravios a la población.
Ahora quieren dejar establecido que antes no había inseguridad y miedo, y que ha sido en el actual gobierno federal cuando se generó o acrecentó, siendo que esto viene desde Calderón, cuando en zonas como Ciudad Juárez fueron decenas —¿cientos?— de miles de personas las que tuvieron que refugiarse en la vecina ciudad de El Paso, Texas, u otras cercanas, teniendo que cerrar un sinnúmero de negocios para evitar las extorsiones a las que estaban siendo sometidos por la delincuencia organizada. En ese entonces sí había un gran temor y desolación en las calles de dicha ciudad fronteriza y de muchas más, al grado que fue considerada como la ciudad más violenta del mundo.
NO MIENTAN. El ambiente de inseguridad y de temor no es mayor al de las elecciones de 2018. Dejando a un lado esa retórica falsa y exagerada, hasta ahorita no he escuchado a persona alguna que comente que no saldrá a votar el próximo 2 de junio porque tiene miedo, o que simplemente ya no quiera salir ni a pasear por temor. Definitivamente desde hace varios lustros existen zonas muy focalizadas del país en donde la violencia sí es limitante para sus habitantes, pero estamos lejos de que sea algo generalizado en el territorio nacional. Lamentables las muertes y las agresiones relacionadas con determinados actores político-electorales, pero no es una situación que sea común a todos los mexicanos. 
Ahora que, si la democracia está en riesgo porque a los conservadores se les ha afectado en sus privilegios indebidos y corruptos, y se ha pretendido desterrarlos en su apropiamiento de instituciones como el INE, el TEPJF, de la SCJN y otras instancias más que deberían servir al pueblo y no a grupos de la derecha, pues entonces esa visión de democracia sí que se encuentra en riesgo.
Hoy más que nunca, lo que se está haciendo es ir caminando hacia la verdadera democracia, en la que la justicia social se está aplicando en beneficio de los más desfavorecidos, con esos programas sociales que están permeando en millones y millones de hogares, y las condiciones laborales cada vez van favoreciendo más y más a los trabajadores y a sus familias. A nadie se le han limitado sus derechos y libertades, tan es así que el presidente de todos los mexicanos sigue recibiendo mentadas de madre a diestra y siniestra, y no hay reprimenda alguna.
Existe una economía muy satisfactoria, que no sólo se ha visto reflejada en el valor del peso frente al dólar, sino en una importante inversión extranjera que incluye a destacados inversionistas como Elon Musk de la empresa Tesla.
Si lo anterior viene a ser ese “comunismo” que AMLO supuestamente implementaría con la Cuarta Transformación, pues adelante, que continúe ese dizque comunismo con Claudia Sheimbaun, y que se siga beneficiando al pueblo, no a oligarquías.
Pretenden hacer ver que siempre han sido buenos o que ya cambiaron, pero cínicamente siguen cometiendo actos indebidos, como en el caso de los dirigentes nacionales del PAN y del PRI, Marko Cortés y Alejandro Moreno, respectivamente, que con el llamado ACUERDO POLÍTICO ELECTORAL COAHUILA 2023-2024, transaron notarías, magistraturas, el “subsistema de educación”, el Instituto de Transparencia, entre otras cuestiones que comprende dicho botín —perdón, acuerdo— de la citada entidad.
También hay que tener muy presente lo que hace unos días se hizo público, la tan cuestionada reunión realizada a finales del año pasado, a la que asistieron la presidenta de la SCJN Norma Piña y el mencionado Alejandro Moreno, además de otros integrantes de dicha Corte y magistrados del TEPJF, así como Santiago Creel, coordinador de campaña de Xóchitl Gálvez, llamando la atención que si se ha manejado que se estaban tratando asuntos oficiales, por qué se celebró en el domicilio de uno de los ministros y no en la sede de alguno de los referidos órganos públicos. Esa es la tan defendida SCJN.
NO FUE CIERTO: que AMLO implementaría un régimen dictatorial, pues como lo señalé, siguen las recordadas de progenitora hacia él sin reprensión alguna; que haría los cambios constitucionales necesarios para reelegirse, lo que ni siquiera se ventiló en alguna iniciativa (al menos conocida); que nos quitarían nuestras casas y todas nuestras pertenencias; que viviríamos como en Cuba, Venezuela o Nicaragua; que la inversión extranjera se iría, etc. Pero insisten con lo mismo, como si los millones y millones de mexicanos que se han visto beneficiados con esa justicia social iniciada con la Cuarta Transformación, sean tontos y puedan ser manipulados por el discurso de quienes por décadas los tuvieron en el olvido.
Indudablemente siguen siendo los mismos, ya que no hay una prueba que demuestre lo contrario, y salvo que Xóchitl en su sueño y en el de sus seguidores, de llegar a ganar la presidencia —insisto, en su sueño— y gobierne sola, pues únicamente así, y sólo así, cabría esa posibilidad de que remotamente pudiera hacer algo bueno por el país y ya no lo vuelvan a desfalcar.
Pero hasta el momento, lo único que ha demostrado la candidata Xóchitl Gálvez, son ataques infundados hacía Claudia Sheinbaum y el presidente AMLO. Con simplezas refiere algunas propuestas, pero no desmenuza el cómo llevarlas a cabo. Claramente se le ve una ausencia de programa de gobierno, pues seguramente quienes la postulan lo consideraron en vano, al no tener posibilidad de ganar, algo que siempre han sabido. ¿Qué ganará perdiendo Xóchitl Gálvez? ¿Por qué se prestaría a los intereses de la derecha prianista? ¿Por qué no insistiría en su candidatura a la CDMX?
La derecha sigue complicándolo todo, y por eso no han salido adelante otras reformas importantes que fueron ofrecidas por López Obrador y que, a su vez, fueron AVALADAS por los millones de mexicanos que votamos por él. Es necesario que se lleve a cabo el Plan C para poder seguir concretando la Cuarta Transformación, quitando de una vez por todas a los tan ya evidenciados como enemigos de México y de los mexicanos.
QUE NO SE NOS OLVIDE: la violencia, la corrupción, la impunidad y la pobreza, son lamentables flagelos generados y heredados de gobiernos del PAN y del PRI.