-Subsidio de mentiritas a revisión el viernes
-Silencio es complicidad en Stsuach
-Perdedizos millones de Santa Rita
No es el periférico De la Juventud la única vialidad de alta velocidad en cuyos carriles la mayoría rebasa el límite permitido por ley, sino otras avenidas incluso con semáforos en las que prácticamente hay choques, atropellos y otros accidentes todos los días.
A pesar de que la Policía Vial reporta en la capital alrededor de mil multas mensuales por exceso de velocidad, alrededor del doble de las que son aplicadas por el uso de celular u otros distractores, las tragedias vehiculares en la ciudad siguen siendo la constante.
De ahí que resurja de forma habitual la propuesta en algunos sectores de regresar al sistema de fotomultas, tan descalificado cuando fue implementado en Chihuahua, a pesar de que ahora podría tener controles tecnológicos para quitarle el estigma de recaudatorio y darle un sentido absolutamente preventivo.
La postura del secretario de Seguridad Pública, Gilberto Loya, ha sido totalmente en contra de regresar a ese modelo, tal vez por el costo político de una decisión de ese tamaño o por la inversión que demandaría, dado que ya no existe la infraestructura que en su momento se creó para eso.
En lo que sí puso manos a la obra Loya Chávez fue en los operativos con pistola de radar para detectar a los carrerosos, instalados en avenidas de alto flujo vehicular como el Vicente Lombardo Toledano, que tienen espacio para retener vehículos y conductores.
Pero hay otras vialidades que en algunos tramos no tienen para dónde hacerse y menos para parar patrullas a los lados con sus respectivos agentes, a menos que pretendan generar embotellamientos descomunales, dado que tienen alto flujo vehicular a toda hora.
La medida preventiva, que ha sido notable los últimos días, es un paliativo a la imperiosa necesidad de frenar a los carrerosos con o sin licencia de conducir, que toman las avenidas como pista y no como lo que son, calles llenas de autos y personas con un destino al cual quieren llegar.
Pero es indispensable pensar en medidas, preventivas, integrales y no recaudatorias, por la alarmante incidencia de tragedias viales.
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Tenemos la gráfica de línea de los estímulos otorgados a la gasolina Magna, desde la primera semana de enero hasta la fecha, y lo único claro es que no se le entiende al fondo de dicha política económica desde el gobierno federal. Imagen en edición digital.
Si la decisión era eliminar el estímulo a la gasolina de uso común por la inmensa mayoría de automovilistas, pudo hacerse desde el mes de enero cuando inició con un subsidio raquítico de apenas 93 centavos.
Salvo el 17 de enero, que llegó el estímulo a un peso con 38 centavos, de ahí para acá ha ido en caída libre, con pequeña cresta el 14 de febrero, pero insignificante. Es un estímulo anecdótico, sólo para tratar de salvar imagen.
El cuatro de abril hubo respiro, pero volvió a colocarse la semana pasada en cero pesos, igual que las semanas del 14 y el 25 de marzo.
El subsidio de mentiritas será revisado de nuevo este próximo viernes, cuando pudiera confirmarse la política de castigo a los consumidores del combustible, y con ellos golpazo a la industria del transporte, y el aumento en el costo del traslado de mercancías.
Con los gasolineros ahorcados con un precio de referencia de 24 pesos y los consumidores, sin subsidio, hay una combinación complicada para la administración federal, cuando trata de reducir la inflación a través de forzar a los bancos a bajar tasas de interés, todo ello un coctel económico de pronóstico reservado, aderezado con incertidumbre con los aranceles.
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Muy extraño que, en el tema del desorden existente en el Sindicato de Trabajadores al Servicio de la UACh, Salvador García, guarde silencio contra quien es el responsable de la situación heredada, su antecesor Ricardo Moncayo.
Nada es conocido acerca de las denuncias que deben existir por la venta irregular de los lotes del millonario terreno, a 20 compradores mínimo, quienes pagaron diversas cantidades, algunos más del millón de pesos, antes de que fuera cancelada la operación.
Pero además de ello, tampoco se ha dicho nada de las obras de urbanización realizadas con cargo a las finanzas del sindicato, para ofrecer los terrenos en venta, recursos que no fueron unos cuantos pesos, y de los cuales no ha podido recuperarse ni un centavo.
Cómodamente los defraudados se fueron en contra del sindicato, quien está asumiendo la responsabilidad en los hechos, pero sin deslindar culpas, cuando ahí deben estar varias personas involucradas.
Mientras los sindicalizados andan con el Jesús en la boca por el temor de que vayan a afectarles los ahorros de toda su vida en el famoso fideicomiso, donde hay bastantes millones para pagar incluso la defraudación, pero que los jubilaos no consideran justo tras dejar su vida en tareas administrativas y ahora ven peligrar su patrimonio.
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Quedó develado que durante los cinco años de la administración corralista, no llegó peso alguno proveniente del Patronato de la Feria de Santa Rita.
Al menos, no hay registro de dichos dineros, que es una muy buena cantidad, porque nada más el año pasado, fueron cerca de 300 millones de pesos los ingresados por el Patronato con motivo de la fiesta.
Si fue una cantidad cercana, imaginemos que fueron no menos de mil millones de pesos los recursos que generó la festividad en el quinquenio, como para que el Patronato responsable, que habría que ver quien estuvo, se haya hecho perdedizo con ese reporte de dinero.
Deberá entrarle inclusive la Secretaría de la Función Pública, para no dejar el tema suelto, y rastrear si esos dineros salieron o no del patronato, y si fueron enterados a Hacienda, y por allá quedaron en algún cajón con Arturo Fuentes Vélez, el extitular de dicha dependencia, aún prófugo a estas alturas.
Desde que entró la actual administración no le ha fallado el recurso al DIF estatal como debe de ser.