Esta semana vi una entrevista que dos periodistas le hicieron a Adriana Terrazas, priista de toda la vida y, por un par de años, morenista mientras fue diputada por la bancada de Morena en el Congreso de Chihuahua. A ella, Mario Delgado le abrió la puerta y se la cerró Ariadna Montiel por no someterse a su mando, lo que le costó la no reelección de su diputación, reelección que sí obtuvieron los demás diputados morenistas sometidos a la secretaria de Bienestar.
Me pareció interesante la entrevista, porque, a diferencia de los políticos que ahora están en Morena y antes estuvieron en el PRI o el PAN, ella no solo no niega su origen ni su amor al PRI, sino que lo ve como una cualidad personal: el haber transitado del PRI a Morena y después ser representante de la gobernadora panista en la Ciudad de México.
Autodenominada como una política de “la vieja guardia”, identificó de la misma manera a Cruz Pérez Cuéllar, político de su generación en el PAN, donde fue diputado local y federal en los sexenios de Fox y Calderón, y quien ahora, como alcalde morenista de Juárez, busca la gubernatura. También mencionó a César Jáuregui, hoy poderoso político panista, quien es fiscal general del estado y antes fue secretario de Gobierno, y quien seguramente será el candidato a alcalde de Chihuahua, con altas posibilidades de ganar.
Me llamó la atención el término con el que se autodenominó: “la vieja guardia”, refiriéndose a ellos como los políticos de toda la vida en los dos únicos partidos que ganaban elecciones en Chihuahua, PRI y PAN, y que defendían la camiseta con todo. Es decir, los políticos que se han dedicado toda su vida a ser políticos y que empezaron desde muy jóvenes en el PRI o el PAN, muchos de los cuales hoy están posicionados en Morena en el estado.
Junto a Adriana Terrazas, que disfrutó de las mieles del poder en el PRI o el PAN y que ahora están en Morena, podemos ver a Cruz Pérez Cuéllar, quien en 2014 salió del PAN por conflictos con su dirigencia y con Javier Corral, quien le ganó la senaduría, siendo ese el origen de sus diferencias, pues Corral lo denunció por fraude electoral y así se la ganó. Cruz fue después candidato a gobernador por Movimiento Ciudadano, cuando Corral también lo fue (aún se recuerda el debate cuando Cruz se le fue con todo a Corral e ignoró a Enrique Serrano, candidato del PRI y de Duarte).
También vemos a Mayra Chávez, ahora delegada de Bienestar y a quien Adriana Terrazas conoce muy bien, pues ambas estuvieron posicionadas y arropadas por César Duarte. Mayra llegó a ser diputada local plurinominal y líder del PRI en Juárez, acusada incluso también por Javier Corral por sus nexos con el duartismo y su cercanía con César Duarte, acusación que no prosperó.
Tanto Cruz Pérez Cuéllar como Mayra Chávez llegaron a Morena después de 2018, cuando Morena empezó a ganarlo todo, y vimos cómo se empezaron a posicionar rápidamente: Cruz por la relación que tejió con Ricardo Monreal cuando fue senador junto a él, nexo por el cual llegó a la Presidencia Municipal; y Mayra Chávez por su cercanía con Ariadna Montiel, después de haberse acercado primero al entonces delegado de Bienestar, Juan Carlos Loera.
Más recientemente, se integró Brenda Ríos, esposa de Alex LeBaron, ambos políticos ex priistas que formaron parte del gobierno de Peña Nieto en Chihuahua, con delegaciones importantes. Brenda fue candidata a gobernadora por el Partido Verde, cuando Maru Campos también lo fue, atacando las políticas morenistas y sus liderazgos, incluido al propio AMLO. Hoy, es diputada local por Morena.
También Marco Quezada, desde 2021, es morenista; un priista de toda la vida que llegó a ser alcalde de Chihuahua en el sexenio de Duarte, muy conocido y aún querido por los priistas de la capital, y quien busca nuevamente ser candidato por el partido guinda. Al igual que Miguel LaTorre, ex panista, que como Brenda Ríos se hizo morenista a partir de la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum, aunque, a diferencia de ella, no alcanzó a ser diputado.
Todos ellos se acercaron a Morena no porque hayan cambiado de pensamiento o simpaticen con la ideología de la 4T. Lo hicieron porque son políticos de toda la vida, y a eso se dedican, como lo dijo Adriana Terrazas: a estar presentes, independientemente del color. Son de “la vieja guardia”, donde todas y todos convivieron con César Duarte y les fue bien, siendo Adriana Terrazas la única que lo acepta y lo agradece.
Ojalá que en el 2027, junto a estos políticos que estarán en la boleta electoral en el estado (por decisiones de políticos del centro, a quienes no les importa lo que pase en Chihuahua), veamos a otros que la gente no identifique como parte del pasado. Porque si no, la ciudadanía verá que no hay diferencia, pues sigue votando por los mismos, como si no hubiera liderazgos de base morenista.