A mis amigos Luis Javier, Sergio “el Pollito” y Gor Gor, con fraterno cariño.
“La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica, porque destruye los cerebros.”
—Noam Chomsky
¿Qué es la desinformación y por qué es tan letal?
La desinformación es la difusión intencionada de información falsa o engañosa, con el fin de manipular la opinión pública o causar daño. Es un fenómeno creciente en la era digital, donde la información —y también su distorsión— circula a gran velocidad. Algunas frases que la describen son:
“Una mentira, como tal, es a su manera un testimonio.”
“La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.”
“Cuando la verdad es reemplazada por el silencio, el silencio es una mentira.”
No es opción el silencio ante el infundio
No podemos guardar silencio cuando escuchamos a personas que estimamos por su inteligencia y capacidad —aunque piensen distinto— ser seducidas por la propaganda desinformativa. Esta no solo destruye el debate, sino que transforma las diferencias en disputas, y lo más grave: en descalificaciones hacia opiniones ajenas.
Hoy se acusa sin fundamento incluso a la presidenta, como antes se hizo con el presidente López Obrador, a quien muchos nunca reconocerán —sin importar lo que diga el INEGI— que durante su gobierno más de 10 millones de mexicanos salieron de la pobreza.
Volvamos al tema de la desinformación y repasemos lo que han dicho algunos pensadores:
“La desinformación es un arma poderosa que puede utilizarse para manipular a las masas.”
“En la era de la información, la desinformación es la nueva peste.”
“La desinformación no solo afecta la calidad del debate público, sino que también pone en riesgo la salud, la seguridad y la democracia.”
“Una sociedad bien informada es el mejor antídoto contra la desinformación.”
“El silencio ante la desinformación es complicidad.”
“La desinformación puede ser tan dañina como la verdad a medias.”
“La desinformación es una forma de violencia simbólica.”
“Busca socavar la confianza en las instituciones y en la verdad misma.”
“Es un desafío global que requiere una respuesta global.”
“La educación y el pensamiento crítico son herramientas esenciales para combatirla.”
La desinformación no es simplemente información incorrecta. Es una narrativa falsa o engañosa, distribuida con intención deliberada de confundir, manipular y dañar. Hoy representa una amenaza real para la democracia, la salud pública y la cohesión social.
Combatirla requiere educación, pensamiento crítico, y colaboración entre actores sociales, académicos y estatales.
La seducción del infundio y la pérdida de la amistad
Me preocupa profundamente ver a personas inteligentes arrastradas a luchas casi fratricidas con compañeros, amigos e incluso familiares, por diferencias de pensamiento que se vuelven trincheras. Muchos, convencidos de “tener la razón”, no advierten cómo los mensajes disfrazados de opinión y las narrativas propagandísticas los han convertido en rehenes de intereses de grandes corporativos mediáticos.
Como bien señala Chomsky:
“El propósito de los medios masivos... no es tanto informar y reportar lo que sucede, sino más bien dar forma a la opinión pública de acuerdo con las agendas del poder corporativo dominante.”
Estas agendas manipulan, seducen y arrastran incluso a la lógica colectiva. Dígame usted:
¿Quién habría imaginado hace poco más de un año que Xóchitl Gálvez sería impulsada con tanta fuerza? La llamé entonces un globo mediático: subió con impulso artificial y cayó por su escaso talento.
¿Y cuánto ha costado —y costará aún más— el gobierno de Donald Trump? La manipulación mediática también explica en parte el conflicto que devasta Ucrania, usada por intereses occidentales como ariete contra Rusia. Y el espantajo de Zelensky, encumbrado por la propaganda, será juzgado por la historia.
La propuesta: una voz a escuchar
Este es el panorama de liderazgos y actuaciones. Y con respeto, conmino a quienes aún no se han dado el tiempo de conocer y comprender el espíritu de trabajo y la mística de servicio de quienes han ocupado la Presidencia de México en tiempos recientes.
Me refiero al hombre que, tras el desafuero, fue juzgado por la historia y superó la prueba —incluida la pandemia— y que logró sacar de la pobreza a millones mediante el aumento del salario mínimo.
Y ahora, a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, a quien debemos entender y atender. Como lo dijo en la conmemoración de los 700 años de Tenochtitlán:
“La Cuarta Transformación no sólo es un proyecto económico o político; es, sobre todo, un proyecto de dignidad, que reconoce que no puede haber justicia verdadera si no empezamos por saldar la deuda histórica con los pueblos indígenas. Que no puede haber democracia si se excluye la voz de quienes llevan siglos resistiendo. Tampoco puede haber identidad nacional sin reconocer ni dar su lugar al profundo y orgulloso rostro indígena de México, su esencia y su grandeza cultural.” (1)
Escuchemos su voz cuando nos invita a sumarnos a un proyecto que es de todos. Entendámosla y acompañémosla. Su habilidad negociadora —visible incluso frente a un Trump beligerante y amenazante— permitió postergar aranceles que habrían golpeado fuertemente a México. Esa cabeza fría fue crucial para defender nuestra soberanía, que —como en Europa— tantas veces se cede con facilidad, incluso por figuras como Ursula von der Leyen.
Aquí, en México, Trump regresa. Y lo hace respaldado por quienes no sólo están desinformados, sino también malintencionados, como Marco Cortés y Alito Moreno. Representan a partidos que, cada vez más, se mimetizan en el intento de recuperar antiguos privilegios, alineándose con políticas intervencionistas e injustas del norte.
Ese mismo norte que —como el PRIAN— tiene sus días contados como hegemonía global. Al tiempo.
*por un México que sea de todos,
entendamos y atendamos a su voz.**
Fuente:
(1) Ángel Vargas y Alma E. Muñoz, La Jornada, domingo 27 de julio de 2025, p. 2.