Con el inicio del ciclo escolar, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) emitió una alerta crucial: compartir en redes sociales imágenes del regreso a clases —una práctica conocida como sharenting— pone en riesgo la seguridad de niñas, niños y adolescentes, al exponer datos personales y vulnerar su derecho a la privacidad. Es común observar en redes a padres captando el momento frente a la escuela, con uniformes, mochilas o identificadores visibles-
Paradójicamente, lo que nace del orgullo y el afecto puede ser un vector de vulnerabilidad. Estudios internacionales, incluido el FBI, alertan que una publicación aparentemente inocente puede ser aprovechada por depredadores en línea. Datos globales muestran que una proporción significativa de los niños presencia temprana de su exposición pública digital. Así, incluso una publicación bienintencionada puede alimentar perfiles digitales sin su consentimiento.
La SSPE propone acciones concretas: configurar adecuadamente los ajustes de privacidad, evitar mostrar nombres, escuelas, horarios o ubicaciones, no crear perfiles digitales para menores, y si se desea compartir, usar filtros, stickers o desenfoques. Además, invita a conversar con los menores sobre seguridad en internet.
Además del riesgo individual, el sharenting plantea un problema colectivo relacionado con la normalización de la sobreexposición infantil en internet. Según un estudio de la Universidad de Michigan, el 75% de los padres en Estados Unidos comparte fotos y videos de sus hijos menores de cinco años en redes sociales, sin considerar que muchos de esos contenidos pueden ser recopilados por terceros sin consentimiento. En México, aunque aún no existen estadísticas oficiales amplias sobre este fenómeno, la creciente penetración digital —con más del 90% de los hogares urbanos con acceso a internet, según el INEGI— sugiere que esta práctica también va en aumento. Esta exposición constante contribuye a crear una identidad digital que el menor no controla y que puede tener implicaciones futuras, desde el acoso escolar hasta el robo de identidad.
Por otro lado, el marco legal mexicano también comienza a visibilizar la necesidad de proteger los derechos digitales de la infancia. La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes reconoce su derecho a la intimidad y a la protección de sus datos personales, aunque su aplicación aún es incipiente en materia digital. Mientras países como Francia o Italia ya han emitido resoluciones judiciales que prohíben a los padres publicar fotos de sus hijos sin consentimiento, en México todavía falta conciencia sobre esta dimensión legal. Es urgente que tanto las autoridades educativas como las tecnológicas impulsen campañas de alfabetización digital y que los padres comprendan que cuidar la privacidad de sus hijos también es un acto de amor y responsabilidad.
Por emotivo que sea el momento del regreso a clases, llevarlo al ámbito público sin cuidado puede poner en juego la seguridad y la identidad digital de los menores. Es fundamental fomentar el cuidado de la privacidad, que también parte de la educación. Con pequeños gestos, podemos proteger su presente y su futuro.