Mil 600 “socios” defraudados por un monto de 300 millones de pesos es la cifra inicial del nuevo fraude que se cometió, una vez más, desde Hidalgo del Parral. Hoy, con el Grupo Financiero Pacheco, pero con la misma estrategia que les ha funcionado y que parece que en Chihuahua encontraron un campo fértil de “ingenuos” y de autoridades negligentes.
Después de los megafraudes de Aras y Yox, nadie pensaría que esto sucedería de nuevo… pero hoy familias del sur del estado se encuentran, otra vez, con coraje y preocupación por ese dinero que pensaban era una inversión segura, con altos dividendos que nadie más les daría. Y en eso tuvieron razón: nadie se los dará ni les regresará lo invertido.
Al igual que en los casos de Aras, Yox y Vitas, lo que no se puede comprender es que estas empresas operaron de manera impune, sin que nadie las molestara. Ninguna autoridad bancaria, fiscal o comercial actuó; los fraudes se llevaron a cabo sin freno hasta que por sí solos “tronaron”, dejando en la indefensión a miles de familias.
En pocos días, ante la Fiscalía Zona Sur ya se recibieron 148 denuncias formales y casi 400 personas más acudieron para saber cómo proceder ante el fraude del Grupo Financiero Pacheco, lo que habla del impacto social de esta nueva estafa.
Y sí, es cierto: muchos se preguntan cómo fue posible que tantas personas volvieran a caer en este tipo de engaños. Pero también cabe cuestionar cómo es posible que las autoridades los dejaran operar impunemente.
Sobre el Grupo Financiero Pacheco se tienen identificadas a cinco personas como principales operadoras de las actividades financieras. Ellos tuvieron tiempo suficiente para poner tierra de por medio e incluso “rescatar” archivos que pudieran comprometerlos. Porque a nadie convence la versión de que defraudados coléricos irrumpieron en oficinas y casas llevándose todo, incluidas computadoras y documentos.
Así comienza el calvario de esos mil seiscientos socios de esta empresa “financiera”. Y si observan lo sucedido con Aras, Yox y Vitas, deberán armarse de valor para soportar años de lucha o, de plano, resignarse a decirle adiós a esa inversión que consideraron como su salvación financiera.
Sin duda, el mayor fraude sucedido en Chihuahua, y que será recordado por años, es el caso Aras, del cual aún no se ha podido determinar el monto exacto. Se estima que supera los 1,200 millones de pesos según las denuncias presentadas, aunque las investigaciones continúan. En total, se han registrado más de 8 mil denuncias individuales por fraudes que suman más de 70 millones de pesos tan solo en una causa penal específica.
Misma suerte corren los defraudados por el empresario Carlos Lazo Reyes, de Yox, quien se ostentaba como dueño del Chihuahua Fútbol Club, de la Liga Premier MX; del equipo Generales de Durango, de béisbol; del club Libertadores de Querétaro, de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional; y del equipo de futbol americano Reds de la Ciudad de México. Está acusado de defraudar a más de 40 mil personas en todo el país, por más de mil millones de pesos, dinero que los afectados habían depositado como inversionistas en la empresa de apuestas Yox Holding.
Mientras tanto, las autoridades ministeriales intentan “arreglar” mediante esquemas de fraude estos casos, y otras instancias como la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) solo “advierten” a la población sobre estos posibles fraudes, pero no actúan ni intervienen a tiempo.
Se ha cuestionado en múltiples ocasiones lo increíble que resulta que las autoridades bancarias y fiscales no detecten estas irregularidades. Estas empresas operan en total impunidad hasta que el esquema de negocio simplemente quiebra. Entonces ya no hay dinero porque nunca hubo inversión: solo gastos y, por supuesto, las cuentas llenas de los defraudadores.
Estos esquemas, que parecen salidos de un cuento de ficción, no son más que fraudes financieros y de inversión que engañan a las víctimas para que inviertan dinero basándose en información o promesas falsas. Estafas que suelen prometer altas ganancias con poco o ningún riesgo.
Como se ha visto, quienes han encontrado una forma de ganar dinero fácil engañando a las personas continuarán haciéndolo. Por ello es importante tomar en cuenta algunas señales de alerta para evitarlo:
Investigue antes de invertir: consulte con la Comisión de Bolsa y Valores o con autoridades competentes para verificar la legitimidad de la persona o empresa.
Desconfíe de las garantías: toda inversión conlleva riesgo, por lo que promesas de rentabilidades garantizadas o inusualmente altas son imposibles.
Hay que insistir: las inversiones fáciles no existen. Hoy, quienes ganan son esas personas sin escrúpulos a las que no les importa dejar a familias enteras sin dinero. Y, lamentablemente, tampoco a la autoridad le interesa prevenir: solo se sienta a esperar un nuevo fraude.