“No seduzcas. Las personas que te corresponden llegarán a ti por lo que eres y no por lo que aparentas ser”

Jodorowsky

Mucha tinta sobre el concepto de pueblo ha corrido en nuestro país principalmente desde la independencia en la Constitución de 1824, la primera que formó los principios que rigen nuestros derechos y obligaciones, llámese ciudadano y pueblo.

El Artículo Primero de la Constitución señala: En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.

Como lo vemos, la Constitución señala personas, lo demás son expresiones propias de una separación desde el punto de vista político, social, ideológico o perspectiva.

Los partidos políticos se refieren al pueblo como los más desprotegidos en la sociedad, lo cual es cierto, pero también se debe distinguir que no sólo se les debe dar “ayudas económicas”, como lo hacen los gobiernos de Morena. El pueblo como una clase vulnerable está ansioso de educación, fundamental. Recordemos que desde Lázaro Cárdenas se formaron los maestros rurales que tenían a cargo niños y adolescente en la misma aula, a quienes se les entregaban libros elaborados por maestros enterados de los problemas de los niños, adolescentes, jóvenes y adultas mayores.

Con el tiempo se crearon las instituciones de Artes y Oficios, en el estado de Chihuahua lo teníamos, pero desapareció. Desconozco el motivo. Estas instituciones formaban jóvenes para enfrentar la vida, salir con capacidad para tener ingresos, y desde luego tener la oportunidad de ingresar a la universidad. Existen algunas semejantes, pero no han permeado en la sociedad.

López Obrador y la presidenta se centran en señalar a los pobres, se les olvida que todos somos personas, como señala la Constitución, otro concepto sería ciudadanos. Los pobres, como se les dice, no sólo se les debe atender en todos los sentidos, ciudadanos, clase media alta y alta, no debemos olvidar a las grandes empresas, que el Gobierno cubriendo ciertos beneficios les otorga el sello de “empresas socialmente responsables”, siendo que es una burla, ya que abrir una pequeñas calle, poner banquetas, arreglar algunos problemas de luz, entre otras cosas, lo hacen, pero después no vuelven, de de nada sirve esta ayuda. Es decir, esta responsabilidad nos corresponde a todos.

En cuanto a la educación, ésta es fundamental, lo más importante, hay que tener que terminar el histórico rezago del analfabetismo, después fomentar la lectura como lo iniciaron los gobiernos posrevolucionarios, “como lo hizo el General Villa”, aunque no se quiera reconocer. Los generales tuvieron la visión de iniciar procesos de educación, basta como ejemplo a quienes se les conoció como “los siete sabios”, que con el tiempo formaron parte en la constitución de partidos políticos. Éstos no fueron intelectuales de cajón, al margen de ideologías políticas, sus ideas hasta la fecha tienen plena vigencia. El Gobierno no quiere “personas o ciudadanos”, en total sentido de la palabra. Para ellos el pueblo son los sometidos, lo que es cierto, pero no son títeres para manejarlos como hasta ahora lo han hecho los gobiernos del PRI, PAN y ahora Morena.

Qué nos dice la religión sobre el pueblo:

La frase "el pueblo de Dios" indica siempre una relación clara. Dios llamó a Abram (más tarde Abraham) en Génesis 12 a dejar su tierra por una nueva que Dios le mostraría. Una vez que Abram estaba allí, Dios dice en Génesis 12 12:2: "Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición". Esta nación se convertiría en la nación de Israel, el primer grupo en ser designado como el pueblo de Dios.

Dios le dice a Israel a través del profeta Isaías: "Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres tú" (Isaías). Dios también confirma a Israel como Su pueblo en Ezequiel 38, en una profecía a la nación vecina de Gog.

¿Los creyentes no judíos que creen en el Mesías judío (Jesucristo) pueden ser considerados el pueblo de Dios? Sí. Jesús vino por toda la humanidad, no sólo para salvar a Israel (Romanos 1:16, 10:1; Gálatas 3:2). La relación de Dios con Su pueblo es más que Su llamado; también le llaman a Él su Dios. David dice: "Yo sé, Dios mío que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he visto con alegría que tu pueblo, reunido aquí ahora, ha dado para ti espontáneamente" (1 Crónicas 29:17). Aquí, el pueblo de Dios se identifica más con su voluntad de entregarse a Él, que por su nacionalidad.

Quien acepta a Jesucristo como Salvador y Señor, se convierte en una parte del pueblo de Dios. La relación no viene a través de la asistencia a la iglesia o de las buenas obras. Es una decisión deliberada de seguir sólo a Dios. Es por eso que tanto 2 Corintos 6:16 como Marcos 8:38 indican que hay que tomar una decisión. Y cuando tomamos esa decisión de abrazar a Dios, Él nos abraza también. Entonces somos verdaderamente su pueblo.

De lo anterior, que desde los tiempos bíblicos se hablaba del pueblo sin distinción alguna, desde luego se presentaban diferencias como en cuál momento de historia, pero en estas épocas, vivían en comunidad, aprendiendo los unos de los otros.

Debemos lamentar que en México no existen personas, sólo un pueblo que le pertenece a Morena, es de su propiedad, todo las mañanas lo dice la presidenta, ya el discurso no tiene debate, no es motivo de discusión, tal vez no sea importante. En lo personal me considero persona dentro del pueblo.

Salud y larga vida.