-Llegó alcaldesa con chaperón de Bienestar
-Es “Pancho” un vil buitre naranja
Desde la Policía Estatal comparten una fotografía captada la mañana del martes, donde un par de oficiales a cargo de la patrulla PE-338, revisan a los tripulantes de una vieja pickup que seguramente circula de milagro, en calles de la colonia 20 Aniversario.
La imagen, visible en GPS edición digital, muestra a dos agentes, hombre y mujer, que mantienen retenidos a dos hombres con las manos puestas en el cofre de la antigua unidad en la que viajaban, hasta que les marcaron el alto para una revisión.
Hay una polémica interna en la corporación de seguridad porque, nos aseguran, el episodio no quedó plenamente registrado. Es decir, les marcaron el alto, los revisaron y los dejaron ir, pero no quedó constancia del hecho, de los motivos para molestar a un par de ciudadanos y de la resolución a la que habrían llegado.
Desde luego, abundan especulaciones de que el par de incautos debieron “arreglarse” con los uniformados para poder continuar su marcha, sin saber exactamente si eran responsables de algún delito o falta administrativa por el que fueran detenidos momentáneamente.
Lo más interesante es que, al dejar ir a los tripulantes de la troquita -armada en partes, como puede verse en los colores rojo, negro y blanco que tiene su carrocería- el agente hombre se sube al asiento del conductor y la mujer en un asiento trasero. El motivo, señalan, es que el inspector jefe a cargo de la unidad, Maximino Muñoz, iba en la parte de adelante, en el sitio del copiloto, pero nunca se bajó de la patrulla.
El dato es interesante y relevante porque, acusan los policías, es el modus operandi del tal Maximino, a cargo de un turno en la ciudad de Chihuahua. Anda generalmente de cacería a ver dónde pega los mordidones y manda por delante a los agentes a su cargo.
De este caso en concreto hay quienes dicen que “les quitaron para las sodas” a los pobres incautos de la añosa pickup; a juzgar por las condiciones de la unidad, ello parece imposible, pero si tomamos en cuenta que hay grupos enteros de estatales que no saben otra cosa, pues también es factible que les hayan bajado hasta las monedas de un peso que traían encima.
El gran problema es que los casos no son aislados, sino constantes de todo el turno de trabajo de los elementos que tiene a su mando el inspector Maximino. Y no es de días o meses, es de años atrás.
Los jefes de Seguridad Pública saben pero por algo no castigan ni hacen limpia.
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Más de una semana después de que los sicarios tomaran la cabecera municipal de Guadalupe y Calvo, la alcaldesa Ana Laura González Ábrego, acudió al Palacio de Gobierno, a un encuentro que, dicen, sacó chispas del secretario de Gobierno y del general comandante de la 42 Zona Militar, Santiago de la Peña y Alejandro Gutiérrez.
Después de esconderse hasta de sus propios compañeros de Morena, a quienes ni siquiera respondió llamadas los últimos días, la presidenta se dignó a presentarse ante la sede del poder estatal; curiosamente, llegó acompañada de Diego Villanueva, esposo de la superdelegada federal, Mayra Chávez Jiménez, cuya jefa Secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, apostó sin mucho éxito al control de tan conflictiva región del Triángulo Dorado.
Nos reportan que, en primer lugar, fue de lo más llamativo su arribo al Palacio, custodiada por la Guardia Nacional y con su asesor de cuestionable lujo, quien puede verse en la imagen que dejamos en GPS, junto con otra foto donde aparece con su pareja, la jefa del Bienestar en el estado.
Ya en privado, trató de zafarse de los cuestionamientos que le hicieron tanto el jefe militar de la región serrana y el número dos de Palacio, con la idea de que es víctima de muchos ataques “políticos” por ser la primera mujer que encabeza el alejado municipio.
Fue mero pretexto, como si no pudiera cuestionarse a una autoridad su polémico video encerrada en su casa de Guadalupe y Calvo, pidiéndoles a los ciudadanos hacer lo mismo, en vez de buscar actuar como gobernante responsable.
El reclamo estatal y militar fue por esconderse, a pesar de insistir en que no lo hace, y por no reportar la situación de inmediato ni pedir el auxilio de forma coordinada de todas las autoridades, que lucieron por su ausencia durante días.
Así, ni llegó sonriente ni se fue sonriente González Ábrego, a quien desde el Bienestar -como siempre se ha sabido y ahora queda más que confirmado con la presencia de Villanueva a su lado- forzaron a sostenerse como candidata a presidenta municipal en contra de su voluntad y ahora la mantienen básicamente como elemento decorativo, no como verdadera autoridad.
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Nomás el color naranja distingue al diputado de MC, Francisco “Pancho” Sánchez, de los buitres que aparecen para ver qué ventaja sacan de las tragedias.
El legislador de Movimiento Ciudadano trata de aprovechar cada tema de la agenda pública para lucrar políticamente, como ahora es el caso de violación y homicidio del niño Jasiel Giovanny, crimen que cimbró a Chihuahua por la saña con que fue cometido.
Como si el diputado tuviera alguna calidad de especialista o experto en cualquier cosa, nomás por montarse en el tema ha salido a descalificar la decisión de la autoridad de internar en el Cereso Femenil a Abraham Alejandro F.D o Perla Anahí, procesado como presunto responsable del delito, dada la polémica que generó dicha determinación que atendió al sexo biológico del imputado.
Ignorante del tema de género, así se subió al barco de los que hablan nomás porque tienen boca y lengua; de los que no dicen más tonterías en el día nomás porque no se levantan más temprano.
Luego, también ofreció a boletinazos ayuda jurídica para el padre biológico del niño, cuando, lejos de protagonizar, si le interesa ayudar a las víctimas de este crimen, podría comenzar por cerrar la boca y gestionar ante las instancias correspondientes una atención integral a la problemática familiar y social que destapó tan terrible caso.
Tal vez es pedirle peras al olmo pensar que el gerente de MC y lugarteniente del Alfredo “El Caballo” Lozoya realmente haga su trabajo de legislador y actúe con prudencia frente a los problemas sociales que, evidentemente, no le interesa resolver, sino sacar ganancias de los mismos.
Así, no queda más que cuidarse del buitre naranja, el mayor que ha aparecido entre la clase política estatal, luego de este crimen que mantiene la consternación en la sociedad entera.
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Como balde de agua fría o el gozo se fue al pozo, según se quiera ver, cayó el anuncio de la secretaria de Agricultura, de Estados Unidos, Brooke Rollins, de cerrar otra vez la frontera a la importación de ganado mexicano; luego de que detectaran un caso de gusano barrenador en Veracruz.
En La Mañanera, la presidenta Sheinbaum calificó como “exagerada” la reacción estadounidense, sobre todo porque se trata de un solo ejemplar detectado en dicha entidad, no en el norte del país.
Aseguró que existen los protocolos para una próxima reapertura. Pero a la vez el titular de la Senasica, -el área encargada de las moscas estériles- Francisco Javier Calderón Elizalde, declaró que posiblemente venga un retraso de dos semanas.
El susto no puede ser mayor para los ganaderos chihuahuenses, un retraso de quince días generaría aún más pérdidas. Se supone que estaba en puerta abrir el puerto de Palomas-Columbus el siete de julio y el de San Jerónimo-Santa Teresa para el 21.
Algo tiene qué explicar el secretario de Agricultura de este país, Julio Berdegué, por ese descuido o negligencia en la frontera sur, aunque la Presidenta justificó su ausencia en La Mañanera “porque está enfermo”.
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Quién sabe si le alcance a Javier Corral moverse a donde calientan gordas, entregar su resto a Morena ya como militante.
La lumbre podría llegarle más temprano que tarde a los aparejos aun con todas las sospechosas tardanzas del fiscal carnal de Corral, Abelardo “El Bayo” Valenzuela.
La semana pasada pregonaba el exgobernador en sus redes que “un testaferro” de César Duarte, su compadre y protector Eduardo Almeida, estaría bajo proceso por un fraude fiscal que asciende a 512 millones de pesos.
Solamente que ahora tiene una noticia más pesada en su contra, el aseguramiento de bienes a la familia de Fuentes Vélez.
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La administración de Marco Bonilla sigue impulsando el desarrollo económico de las mujeres emprendedoras de la capital.
Ayer fue clausurada la segunda edición del Networking “Creciendo Juntas”, donde 200 beneficiarias agradecieron el impulso.
Como dato interesante, Bonilla dijo que, por estadísticas, invertir en los negocios de las emprendedoras y empresarias, aporta al crecimiento económico social, sin contar que son las que pagan puntualmente los créditos otorgados por el municipio.
Eso marca la diferencia entre un gobierno que ayuda a la independencia económica a otro –el federal- que las hace depender de dádivas.