Ciudad Juárez.- Todos hemos visto como el dólar americano sigue cayendo. A simple vista parece que es una debacle económica para Estados Unidos, provocada por Donald Trump, pero la realidad va más allá de ese simplismo.
La caída del dólar, provoca a su vez, que el resto de monedas del mundo, tiendan a apreciarse. El peso mexicano no es la excepción.
En palabras simples, el dólar no está barato porque la economía mexicana esté muy bien. Es una vil mentira vender eso de que hay un superpeso y que se debe a lo atractivo del país para invertir. Nada más falso.
Entonces, ¿qué está pasando?
Stephen Miran, quien es ahora asesor de Donald Trump, tiene una tesis y sus conocimientos, lo llevaron a hablarle al oído al presidente.
Para Miran, que el dólar sea la moneda de reserva mundial tiene ventajas y desventajas para la economía estadounidense, como menores costos de endeudamiento, sobrevaluación de la moneda y extraterritorialidad financiera.
Estos factores afectan la competitividad de las exportaciones estadounidenses y el panorama económico general. Un dólar caro, no permite a los exportadores, vender al nivel que desearían, por lo mismo.
El dólar, estaba sobrevaluado, por lo que, desde el día uno de su gobierno, Trump se ha dedicado a torpedearlo, para que baje de valor.
Miran, cree que antes de este segundo mandato de Trump, el dólar estaba entre un 20 y un 25 por ciento por encima de su valor real.
Entre la toma de protesta en enero y la segunda semana de junio, el dólar bajó unos 11 puntos. Por lo que considerando la tesis de Miran, todavía falta darle un bajón de entre 9 y 14 puntos a la moneda norteamericana.
Si eso sucede y si la guerra en medio oriente no mete ruido, entonces quiere decir que el peso, el yen o el euro, se van seguir apreciando. Para el peso, significaría que potencialmente puede bajar hasta los 18 pesos o menos.
Eso parece convenir a México, pero la verdad es que, en este escenario, no es así.
Si una empresa exportadora vende 100 dólares en mercancía y los trae de regreso a México, suponiendo que estén a 18 pesos, pues eso quiere decir que el ingreso total son mil 800 pesos.
Si el tipo de cambio estuviera en 22 pesos, los ingresos serían de 2 mil 200 pesos.
Ese ingreso adicional, muy bien podría servir para financiar los aranceles, por lo que no nos causaría prácticamente ninguna afectación. Pero no es así.
Según Miran, la sobrevaluación del dólar provoca la pérdida de empleos en el sector manufacturero, especialmente durante las recesiones económicas.
Estados Unidos ha registrado un déficit por cuenta corriente desde 1982, lo que indica la incapacidad del dólar para equilibrar el comercio, de acuerdo a lo publicado en su artículo “A User’s Guide to Restructuring the Global Trading System”.
“Estados Unidos puede adoptar enfoques tanto unilaterales como multilaterales para reestructurar el sistema comercial global, centrándose en aranceles y políticas monetarias. Estas estrategias buscan mejorar la competitividad del sector manufacturero estadounidense, a la vez que abordan los desafíos que plantea la condición de reserva del dólar”, afirma el autor.
De acuerdo a lo anterior, los aranceles y la debilidad del dólar, son la fórmula que sacará a Estados Unidos del agujero en que, según él, se encuentra.
Plantea una combinación de ambos, aunque en su escrito de 41 páginas, no descarta la existencia de riesgos en la implementación de su estrategia.
Las soluciones unilaterales pueden generar volatilidad en el mercado, mientras que las soluciones multilaterales requieren la cooperación de los socios comerciales. Los aranceles y los ajustes cambiarios buscan mejorar la competitividad de la industria manufacturera estadounidense, precisa el documento.
Las consideraciones de seguridad nacional influirán cada vez más en la política comercial, con especial atención a industrias críticas como la de semiconductores y la farmacéutica, agrega Stephen Miran.
Puntualiza en su artículo, que es probable que la Administración Trump busque acuerdos de reparto de cargas con sus socios comerciales para recuperar los beneficios de la reserva del dólar.
En otras palabras, se entiende como “si todos nos beneficiamos del sistema dólar, todos debemos cooperar para sostenerlo”. De ahí el establecimiento de aranceles.
En otra parte del documento, se afirma que “Un arancel del 10% con una depreciación monetaria del 10% resulta en cambios de precios insignificantes para los importadores estadounidenses. Si la moneda no se ajusta, los consumidores estadounidenses se enfrentan a precios más altos, lo que puede llevar a una reconfiguración de las cadenas de suministro”.
Esto significa que la depreciación forzada del dólar, sirve para financiar los aranceles o para que su efecto se nulifique al máximo y no afecte a los consumidores.
Estados Unidos, está actuando para defender su moneda, que es de reserva, como activo refugio y compra venta global en el comercio mundial. Si no lo hace, sus enemigos lo van atacar hasta que logren hundirlo.
El dólar barato, servirá para hacerse de ingresos adicionales y disminuir el déficit comercial que Estados Unidos tiene con el mundo, y de paso, darle sostenibilidad a su abultada deuda soberana.
El plan está en marcha, así que debemos acostumbrarnos y prepararnos en consecuencia, porque si no entendemos esto, vamos a sufrir innecesariamente.